Archive for enero 2015
ღ♥♡Crazy Life In Japanღ♥♡~✿Digimon✿~◈Capitulo 15◈
Capitulo 15: Tarde De Hombres
Era una tarde tranquila de un viernes especialmente frío de un mes de diciembre extremadamente helador y frío, pero a Mimi no le importaba, tenía calefacción y en su casa se estaba muy bien.
Se encontraba con Kari y Sora viendo la televisión, daban una película romántica y excesivamente empalagosa que tenía a Mimi y a Kari completamente enfrascadas lloriqueando y dando largos suspiros cada vez que pasaba algo y abrazadas por la emoción.
Sora en cambio se encontraba apartada de ellas en el otro lado del sofá mirándolas sin creerse que se estuvieran comportando de esa manera y cada rato que tenía oportunidad se lo hacía saber:
- ¿Pero qué os ha dado? ¿No veis que esa relación no es más que un topicazo de ricachón que se enamora de una sirvienta? Menudo coñazo y menudo pastelón…
- Sora por dios- dijo Kari mirándola por primera vez- ¿es que no ves la esencia de la película? El amor vence las diferencias de clase y está por encima del dinero…
- Hikari por favor- dijo Sora- no digas nada más… una palabra más y te perderé el respeto que pudiera tenerte…
- No la hagas caso, Kari- le dijo Mimi- ya sabes cómo es Sora en temas sentimentales…
Sora solo se rio y le dio una larga calada a su cigarrillo antes de dejarlo olvidado en un cenicero plagado de colillas anteriores. Mimi frunció el ceño. Se acababa de percatarse de que sin darse cuenta Sora había vuelto a imponer su hábito de fumar donde le diera la gana…
Volvió su memoria atrás y recordó que le había permitido fumar solo porque estaba enferma y pensaba fumar en la ventana sin importarle empeorar… pero ahora ya estaba bien y pensaba volver a recuperar su autoridad:
- ¡Sora! Ya no estás enferma, así que… ¡a fumar a la ventana!
- ¿Y después de cinco cigarros en la tarde te das cuenta de que estoy fumando sin abrir la ventana?- preguntó Sora mirándola incrédula.
- ¿Te has fumado ya cinco?- preguntó Mimi escandalizada y antes de decir nada consultó su reloj y entonces añadió- ¡solo llevamos hora y media aquí!
- Para que luego digas que esa película no es un coñazo- dijo Sora mirando la televisión con odio.
En ese momento la película se acabó para alivio de Sora mientras que Kari y Mimi se quedaron mirando la pantalla con lástima.
Mimi consultó su reloj otra vez y se levantó del sofá mientras decía:
- Bueno ya es tarde, me voy a dar una ducha.
Se encaminó hacia el baño, tenía que ducharse porque al día siguiente tenía una conferencia importante sobre lenguas del mundo y debía de ir presentable, chascó la lengua al recordar que sería un sábano y que le fastidiaría el fin de semana pero era necesario para poder aprobar el curso así que no le quedaba más remedio que ir.
Se arrodilló en el suelo del baño y abrió el grifo de la bañera para dejar que el agua se tornase a más caliente, pero a medida que pasaba el tiempo por más que metía la mano bajo el agua, ésta seguía estando tan helada como la primera vez y por mucho que metiera el brazo entero esta no cambiaba…
Se sintió de repente desolada, no había agua caliente. Se enfadó un montón y gritó de una forma que se oyó por toda la casa:
- ¡NO! ¿Por qué?
Al momento, sus compañeros hicieron acto de presencia en el baño extrañadas por aquel grito y se encontraron con Mimi arrodillada en el suelo con el brazo izquierdo sumergido bajo el torrente de agua como si esa fuera la única manera de conseguir que hubiera agua caliente. Sora la miraba divertida y
dijo:
- ¿Qué haces? ¿Solo vas a lavarte ese brazo o qué?
- No hay agua caliente- dijo Mimi gimoteando.
- ¡Puff!- dijo Sora molesta- ya estamos otra vez con lo de todos los años…
- ¿Qué pasa todos los años Sora?- preguntó Kari que no sabía nada.
- Esta comunidad es una mierda y siempre hay problemas con la caldera central o no sé qué, por lo menos una vez al mes hay problemas con el agua caliente…
- ¿Y por qué no me lo dijiste antes?- saltó Mimi fuera de sí- ¿y ahora qué hago?
- Bueno pues dúchate mañana mujer- le dijo Kari asustada por la reacción de la chica- mañana seguramente ya haya vuelto…
- No puedo- dijo Mimi enfadada- ¡mañana tengo la conferencia y no puedo ir con estos pelos!
Cogió un mechón y se lo enseñó a sus compañeras intentando demostrar que tenía el pelo fatal y que no estaba en condiciones de ir a ningún lado, pero ellas lo miraron sin ver nada horrible en él:
- Mujer no pasa nada porque no puedas ducharte hoy- dijo Kari- te duchas cuando vuelvas de la conferencia…
- ¡Estás loca!- dijo Mimi con una expresión que daba bastante miedo- no puedo presentarme así allí… ¿Qué pensarán de mí?
- Pues si te vieran así por esta tontería, pensarían que eres tonta- dijo Sora simplemente provocando la risa de Kari.
- No le veo la gracia…- dijo Mimi indignada.
- ¿Y qué vas a hacer?- preguntó Sora- no creo que seas capaz de ducharte con agua fría…
- Llamaré a Yolei- dijo Mimi de repente- seguro que puedo irme a duchar a su casa.
Y salió del baño dejando a sus compañeras mirándola raro por la idea que se le había ocurrido, ambas se miraron desconcertadas pero se rieron y la siguieron a ver qué se proponía. La encontraron en el salón hablando con su amiga pero parecía que su plan no daba resultado.
- ¿Entonces no podría ir de ninguna manera? Vaya… bueno no pasa nada… no en serio ¡no te preocupes! ¡Hasta mañana!
Colgó y vio que Sora y Kari la miraban expectantes así que les dijo:
- No puedo ir a su casa, ¡pero aun tengo más amigas a quién preguntar!- y se puso a buscar en el listín telefónico más números.
Pero con todos los números de sus amigas tuvo la misma suerte y ninguna podía dejarle su ducha, por lo que se sentó en el sofá profundamente abatida.
Sus compañeras no entendían por qué se ponía así por eso, pero no quisieron preguntarle.
De repente Mimi se levantó del sofá de nuevo animada, se le acaba de ocurrir alguien más a quién llamar:
- Solo me quedan ellos, si ya no puedo, me moriré… Espero que Matt esté en casa…
- ¿Vas a decírselo a Matt?- preguntaron al unísono Kari y Sora.
- Sí- dijo Mimi como si fuera lo más normal del mundo- a estas horas sé que él estará en casa porque Izzy tiene clase hasta tarde y Tai está entrenando a los niños así que solo puedo decírselo a Matt…
- ¿Te estás escuchando?- dijo Sora sin poder creérselo- ¿vas a decirle a Matt que si puedes ir a ducharte a su casa?
- ¿Por qué no?- preguntó Mimi- ni que fuera a estar él conmigo, voy, me ducho y me vuelvo… no tiene más misterio.
- En fin… haz lo que quieras- dijo Sora dándola por imposible- solo porque se te ha metido en la cabeza que tienes que ducharte ahora…
Mimi no le hizo caso y marcó con rapidez el número del rubio, se puso el teléfono en el oído y esperó, al momento oyó la voz del chico al otro lado:
- ¡Hola Mimi! ¿Me echabas de menos?
- Hola Matt- dijo Mimi sin saber por dónde empezar- necesito que me hagas un favor.
Y antes de que él comenzara a malpensar y a decir tonterías comenzó a contarle el problema que tenía y le repitió lo mismo que le había dicho a todas las demás personas que había llamado. Una vez terminó de contárselo, se calló para que él le contestara, cosa que no tardó en suceder:
- ¿Y de verdad que es tan necesario ducharte como para venir aquí?
- Sí- contestó Mimi simplemente- ¿puedo ir?
- Bueno por mí no hay inconveniente- dijo Matt y añadió- a no ser que te incomode estar ahí y pensar que hay un montón de hombres por la casa cuyo sueño principal es encontrarse con una mujer guapa en su baño…
- Correré el riesgo…- dijo Mimi- ¿entonces puedo ir?
- Sí, puedes venir ahora si quieres- dijo él- Taichi y Kou no vendrán aún, así que no te molestarán…
- Gracias de verdad Matt- dijo Mimi- ya no sabía a quién recurrir.
- Sí, ya sé que no podéis vivir sin mí- oyó a Matt mientras se reía- te espero aquí, ¡hasta luego!
Mimi se despidió y fue corriendo a su habitación a buscar lo que necesitaba sin hacer caso a las chicas que la habían seguido hasta su habitación con ansias de información:
- ¿Te ha dicho que puedes ir?- preguntó Kari sorprendida.
- Me ha dicho que no hay inconveniente- le dijo Mimi y tras coger todas las cosas las metió con rapidez en una bolsa y añadió- me voy ya porque si no se va a hacer tarde… os veo luego o si salís ya os veo mañana.
Y tras coger su abrigo cerró la puerta detrás de ella sin decir nada más a sus compañeras. Tomó el ascensor y se marchó en dirección a la casa de los chicos.
Por el camino iba pensando en lo absurdo que le estaba resultando lo que estaba haciendo, pero se conocía, cuando las cosas no salían como ella tenía pensado se ponía nerviosa y seguramente si no se iba a su casa a ducharse estaría al día siguiente paranoica perdida pensando que todo el mundo sabía que no se había duchado…
Cogió el metro y por suerte había un lugar libre donde podía sentarse y sin pensarlo se sentó y dejó que el tren la llevase a donde iba. Pronto llegó a su destino y salió del vagón para dirigirse a la salida, por suerte el piso de los chicos estaba cerca y no tenía mucho que caminar.
Llegó al portal y pulsó el botón del portero automático, al momento oyó la voz de Matt diciéndola que subiera y obedeció al instante. Tomó el ascensor y cuando llegó a la planta ya estaba Matt esperándola en la puerta como hacía siempre que iban a visitarle:
- ¿Por qué siempre esperas en el rellano?- le preguntó ella que siempre había querido saberlo.
- Porque hace más calor que en mi puto piso- dijo Matt mirando hacia su puerta indignado- cualquier escusa con tal de no estar congelándome ahí dentro…
- ¿No tenéis calefacción?- preguntó Mimi empezando a preocuparse.
- Sí, pero como si nada, no tiene fuerza y nos pasamos el día, helados… pero no te preocupes que hay agua caliente- contestó él adivinando sus inquietudes.
- Menos mal- dijo ella aliviada.
Ambos entraron en la casa y se encontraron con el habitual desorden del salón y llena de trastos que no pintaban nada en ese lugar, Matt notó que Mimi se fijaba en ello y se apresuró a decir:
- Todo esto es del idiota de Taichi… siempre viene y deja la ropa de sus entrenamientos ahí hasta que se acuerda de lavarlas…
- ¿Todo es de Tai?- preguntó Mimi con cierta burla en cada palabra que decía- no sabía que también tocase la guitarra esa que está sobre el sofá ni que coleccionase fotos tuyas con chicas que están en el suelo tiradas…
- ¿Tú te crees muy simpática, no yanqui?- dijo Matt sonriendo al haber visto que no había colado- anda ve a bañarte que seguro que apestas…
- ¡Imbécil!- dijo ella- me voy a duchar y más te vale que no se te ocurra espiarme.
- ¡Por dios!- dijo Matt fingiéndose ofendido- soy un caballero, ¿cómo crees que sería capaz de hacer algo así?
Mimi rodó los ojos dándole a entender que lo creía muy capaz y le dejó en el salón, sabía dónde se encontraba el baño de ocasiones anteriores y no necesitaba que Matt fuera con ella.
En cuanto vio la bañera, se lanzó a ella y dejó que el agua saliera por el grifo casi dando saltos de alegría al notar que el agua se volvía caliente en su mano. No esperó más y cerró la puerta con el cerrojo antes de desvestirse.
Se metió en la bañera y dejó que el agua le mojase el pelo y el cuerpo sintiéndose excesivamente feliz por haber logrado conseguir su cometido aunque fuera en casa de los chicos, por no le importaba porque nadie entraría a importunarla de ninguna manera.
Mientras se duchaba miles de cosas le pasaron por la cabeza y finalmente se preguntó cuándo vendrían Izzy y Tai a casa y si podría ver a Tai antes de irse… Sonrió ante ese último pensamiento, no sabía por qué siempre acababa acordándose de él por cualquier cosa.
Tras ese día que Tai le había dicho lo que sentía por ella se habían visto más seguido, sin que nadie del grupo se enterase, ella no sabía qué hacer.
Cuando estaba con él todo era diferente a cuando estaba con Michael, eran dos personas completamente diferentes tanto en forma de ser como en modo de vida… y no podía evitar sentirse atraída por el carácter impulsivo y enérgico del japonés, era como si su vida cambiase y se desordenara cada vez que estaba con él y eso no le disgustaba nada…
En su rostro se dibujó una pequeña sonrisa bobalicona solo acordándose de él, era una locura y lo sabía pero no podía ni quería dejar de verle… ¿estaría dispuesta a dejar todo lo que tenía en el otro lado del mundo por él?
Cuando salió de la bañera y empezaba a secarse oyó las reconocibles voces de Tai y Matt discutiendo y la voz conciliadora de Izzy, no entendía que decían pero lo que tenía claro era que los dos ya habían llegado a casa y podría verlos antes de irse, así que se apresuró a vestirse y terminar de secarse el pelo y salió del baño.
Y allí se los encontró en el salón a los tres, pero ninguno de ellos se había enterado de su presencia ya que se encontraban enfrascados en la misma discusión que había oído desde el baño:
- ¡Joder Matt que ya estoy harto! Siempre nos está robando el correo, molestando a la hora que le da la gana y tirando cosas por la ventana cada vez que venimos- decía Tai que parecía bastante enfadado.
- ¿Y qué quieres que haga yo?- dijo Matt- es ella que está loca.
- Pues yo que sé… tíratela otra vez o habla de una vez con ella para que de una puta vez se entere de que lo habéis dejado-le contestó él.
- ¡Hola Mimi!- dijo Izzy de repente que fue el primero en percatarse de su presencia.
Los otros dos se dieron la vuelta para verla, pero ella solo se fijó en la expresión de Tai que parecía haberse relajado del enfado de antes y ahora la sonreía abiertamente, ella sin darse cuenta también le sonrió solo a él, acababa de darse cuenta de lo mucho que quería verle…
- ¿Estaba todo bien?- preguntó Matt de repente sacándola de su ensoñación.
- ¡Sí!- dijo ella feliz- no sabes lo a gusto que me he quedado después de conseguir ducharme.
De repente se dio cuenta de que Tai e Izzy estaban totalmente empapados de pies a cabeza y preguntó preocupada:
- ¿Está lloviendo?
- Lloviendo no- dijo Tai que volvía a sentirse molesto- pero sí que caía agua del cielo, ¿verdad Izzy?
- Lo que cayó fue un cubo de agua helada sobre nosotros- dijo Izzy que no había entendido la gracia de su amigo.
- ¿Qué os han tirado un cubo de agua por una ventana?- preguntó Mimi escandalizada- ¿Quién podría hacer algo así?
- Pregúntale al señor "salgo con la primera chiflada que se me cruza por el pasillo"- dijo Tai fulminando a su amigo con la mirada.
- No entiendo nada- dijo Mimi confusa.
- Bueno…- dijo Matt- tenemos una vecina con la que estuve saliendo unas semanas… bueno yo no lo llamaría salir porque yo no recuerdo haberla llamado novia ni nada… el caso es que llegó un momento en que me aburrí y le dije que lo dejábamos y creo que no se lo ha tomado muy bien…
- Bueno…- comenzó Izzy- si llamas "no tomárselo muy bien" a robarnos el correo, tirarnos agua cuando pasamos por la calle y amenazarnos con cosas horribles cada vez que nos la cruzamos, no sé que será tomárselo mal…
- ¿Y no vais a hacer nada con eso?- preguntó Mimi- ¡esa tía está mal de la cabeza!
- Eso es lo que le digo a éste- dijo Tai- no tengo por qué aguantar yo que tú la metas donde no debes…
- ¿Y qué le digo?- dijo Matt- cada vez que intento mantener una conversación pacífica con ella, me lanza cosas… el otro día me tiró una plancha y no quiero que la próxima vez me dé y arruine mi atractivo…
- Por el atractivo no te preocupes- dijo Tai con un brillo asesino en su mirada- algún día sin que te lo esperes te encontrarás con que ha desaparecido de una manera muy poco agradable…
- ¡Chicos!- dijo Mimi al ver que estaban dispuestos a iniciar una nueva discusión- ¡dejadlo ya!
- Me voy a secar el pelo- dijo Tai- aunque no creo que ya me libre de resfriarme e Izzy no saldrá del suyo en la vida.
Y ambos se fueron al baño, pero al rato volvieron ambos secándose con una toalla y con ropa seca, se sentaron con ellos en el sofá que estaban viendo la televisión. Tai se sentó al lado de Mimi y ella no pudo evitar sonreírle de refilón como una tonta y se acercó a él de forma disimulada para que nadie más que él se diera cuenta de lo que estaba haciendo…
- Oye- dijo Matt de repente- por nosotros no os cortéis, ¿eh? Ya era hora de que os liarais como dios manda…
- ¿Pero qué dices tú ahora?- dijo Tai intentando disimular la sorpresa que le había causado Matt.
- No te hagas el tonto Taichi- dijo Matt- todos sabemos que estáis juntos y no solo por ver la cara de gilipollas que pones cuando la ves aparecer…
- ¿Cómo lo sabéis?- preguntó Mimi al ver que no tenía caso fingir nada.
- Bueno, es que no sois nada discretos… hasta un idiota sabría que estáis juntos. Primero, me di cuenta de que el día de mi concierto os fuisteis casi a la vez y luego volvisteis a la vez… Tai la excusa del móvil ya está muy vista y deberías cambiarla. Segundo, cada vez que estáis juntos creéis que no nos damos cuenta pero vemos que os acercáis discretamente y os miráis como idiotas. Y tercera y última razón, Sora nos contó que os pilló un día liándoos a saco en el suelo como si fuerais a empezar a follar allí mismo.
Mimi se sintió morir… ella creía que Sora estaba dormida cuando ocurrió eso, pero no, la muy desgraciada se había despertado, los había visto y no había tenido la decencia de decirle nada, si no que se lo había contado a los demás…
- Bueno pues mira, ya lo sabéis- dijo Tai de repente atrayéndola hacia él mientras hablaba- así que no tiene caso perder más el tiempo.
Y tras decir aquello, atrajo el rostro de ella para unir sus bocas en un apasionado beso que dejó petrificada a la joven que no se lo esperaba, pero no tardó en corresponderle con la misma intensidad sin importarle tener espectadores delante.
Se separaron y se sonrieron tontamente, Mimi se sentía un poco atontada, no terminaba de acostumbrarse a la fogosidad de Tai por mucho tiempo que pasase con él.
- Izzy creo que aquí sobramos me parece- dijo Matt entre risas- creo que deberíamos irnos y volver mañana para ver si no nos han destrozado la casa…
- ¡Qué estúpido eres!- le dijo Mimi mientras se levantaba- bueno creo que lo mejor es que me vaya ya a casa, no quiero molestar más.
- Nos íbamos a ir al bar de la esquina a tomar algo- le dijo Tai tirando de ella para que no se levantase- ¡Vente con nosotros!
- No sé… debería irme a casa que mañana tengo una conferencia- dijo Mimi aunque no muy convencida de sus propias palabras.
- ¡No seas boba y ven!- dijo Matt de repente y señalando a Tai añadió- si estás deseando venir y pasarte el día enredada con éste.
Los dos le miraron mal por un momento y luego le ignoraron otra vez, Mimi no podía resistirse a la mirada de suplica de Tai y además quería estar con él así que sin más dijo:
- De acuerdo, pero no me quedaré mucho.
Tras decir eso, los tres chicos se levantaron del sofá dispuestos a marcharse, cogieron los abrigos y se encaminaron a la puerta. Matt la abrió y antes de decidirse a salir, miró a ambos lados del pasillo con miedo y al ver que allí no había nadie, optó por salir con tranquilidad:
- No está Jun esperándote con un cazo lleno de agua hirviendo, ¿no?- dijo Izzy.
- Gracias a Dios, no- dijo Matt aliviado.
- ¿Jun? ¿La vecina loca puede ser?
- La misma- dijo Tai- se llama Motomiya Jun… a lo mejor es hermana del idiota del novio de Kari y todo… no me extrañaría.
- ¿Te sigues sin llevar bien con él?- preguntó Mimi.
- Es que es un pesado- dijo Tai disgustado- aun sigue dando el coñazo con que vaya a verle jugar y no quiero… me da igual y además me produce un asco horrible oírle llamarme cuñado… no te lo puedes ni imaginar.
- Le pones- dijo Matt simplemente mientras miraba cada vez que cruzaba una pared- lo de Kari es una tapadera, el único ser objeto de su deseo eres tú.
- Lástima por ti, Matt- le dijo- ahora tienes un rival…
Aquella respuesta provocó la risa de Mimi que ya estaba más que acostumbrada a esas tonterías que se traían entre ellos y que se traían con el pobre Izzy que no le encontraba ninguna gracia.
Llegaron al portal sin encontrarse ningún elemento distorsionador pero aún así los chicos ya en la calle miraron hacia los pisos en busca de algo sospechoso, pero aunque no vieron nada extraño se apresuraron a alejarse de allí por si acaso.
Llevaron a Mimi a un bar tipo pub irlandés que había cerca de su casa, era bastante parecido al del día que Matt tocó, pero un poco más pequeño. Siguió a los chicos al interior y vio que ellos saludaban a los camareros y a algunas personas que estaban allí sentadas.
Encontraron una mesa libre apartada de toda la gente y se sentaron alrededor de ella, Matt e Izzy se levantaron y antes de alejarse hacia la barra, Matt preguntó:
- Pido lo de siempre, ¿no Tai?
- Sí- dijo él y miró a Mimi- ¿Quieres algo?
- Yo no quiero nada- dijo ella.
- ¡Oh, ya lo creo que quieres!- dijo Matt con una sonrisa maliciosa- te voy a traer lo mismo que nosotros, a ver cuánto aguantas.
Antes de que Mimi pudiera replicar, ambos se alejaron hacia la barra dejándole la palabra en la boca, luego miró a Tai indignada y le dijo:
- Espero que sea algo normal que no me haga vomitar.
- Yo no contaría con eso- dijo eso abrazándola por detrás- pero a lo mejor te gusta y todo…
- Viniendo de vosotros lo dudo bastante- dijo ella.
- ¡Vaya!- dijo él fingiendo enfado mientras besaba su cuello- ¿ni siquiera te gusto yo?
- Si sigues haciendo eso, me lo pensaré si me gustas tú o no- dijo ella mientras se retorcía ligeramente en sus brazos.
Se sentía tan bien cuando estaba con él que no le importaría que aquello durara eternamente, nunca se había sentido tan nerviosa y a la vez tan deseada por alguien como lo sentía con él, sin embargo toda aquella magia que habían creado fue rota por los dos chicos que llegaba con dos jarras llenas de cerveza en cada mano. Mimi los miró incrédula y cuando se la dejaron frente a sus ojos preguntó:
- ¿Esto es para mí?
- Sí señorita- dijo Matt mientras se sentaba detrás de Izzy- demuéstranos que eres capaz de beber como un hombre.
Ella miró la jarra frente a ella como si fuera veneno, la tomó entre sus manos y se la llevó a los labios bebiendo un pequeño sorbo y la dejó en la mesa otra vez y dijo:
- ¡Puff, que amarga!
- ¡Qué va! Si está muy buena- dijo Tai mientras bebía a grandes tragos ante la mirada traumatizada de la chica.
Vio que los chicos le imitaron y no quiso quedarse atrás y volvió a beber pero esta vez con más efusividad. Descubrió que no estaba tan mal y que estaba bastante buena y siguió bebiendo.
- ¿Ves cómo no era para tanto?- dijo Matt riéndose.
- ¿Nunca habías bebido cerveza?- preguntó Izzy extrañado.
- No, sí la había probado pero vamos que no así- dijo ella mientras bebía otra vez.
- ¡Joder! Te estamos pervirtiendo- dijo Tai entre risas.
- ¿Cómo?- dijo Matt- ¿nosotros? Tú eres el que la perviertes, farsante. ¡Deja de corromper a las señoritas Taichi!
- Mira quién habla…- dijo Tai para sí mismo aunque lo suficientemente audible para todos.
El tiempo pasaba pero ellos seguían allí bebiendo y riéndose, a ellos no parecía que les afectara mucho, pero ella empezaba a sentir que le entraba un insoportable sopor y que los ojos se le cerraban, además de que todo de repente le parecía realmente divertido y no dejaba de hablar.
- ¡Qué sueño tengo!- se quejó ella mientras apoyaba la cabeza sobre sus brazos en la mesa.
- Normal- dijo Matt- no has parado de beber… ¿qué esperas?
- Es que quería beber como vosotros- dijo ella a duras penas.
Los tres se echaron a reír, pero ella no les hizo ningún caso y se recostó ligeramente sobre el pecho de Tai que la recibió encantado.
- ¿Es normal que tenga tanto sueño?- preguntó ella.
- Suele ser un efecto- dijo Tai mientras la estrechaba más contra él.
- No me importa, entonces- dijo ella con una sonrisa boba.
Pero al momento tomó otra vez su segunda cerveza y volvió a beber gran parte del contenido casi de un trago, los chicos la miraron y no tardaron en imitarla como si intentaran demostrarle que ellos no se quedaban atrás.
- Sí que te ha gustado la cerveza, yanqui- dijo Matt de broma- ¿quieres otra?
- No gracias- dijo ella- creo que con dos ya he tenido suficiente…
- Los yanquis no sabéis beber- dijo Matt mientras seguía bebiendo.
Ella solo se encogió de hombros y se volvió a Tai para prestarle más atención a él, que le preguntó preocupado:
- ¿Estás bien?
- Mejor que nunca- dijo ella y se incorporó ligeramente para besarle lentamente en los labios.
- Puff- dijo él cuando se separaron- yo también me siento muy bien ahora mismo.
Mimi solo sonrió y consultó su reloj antes de decir:
- Es tarde y mañana madrugo… me debería ir.
- ¿Te piensas ir así?- preguntó Tai sin dejar que se moviese.
- No me queda de otra… la culpa es vuestra por hacerme beber- dijo ella.
- ¿Quieres que te lleve?- preguntó Tai- no he bebido tanto como tú y aun puedo llevarte con la moto.
- ¡Vale!- dijo ella simplemente.
Entonces se levantaron de la mesa y tras decirles a Matt y a Izzy que volvía enseguida, se llevó a Mimi a la calle, pero ella no iba tan mal y con el aire frío parecía que se había despejado un poco y le seguía sin dar ningún traspié.
Se encontraron con la moto aparcada cerca de allí y Tai se subió en ella seguida por Mimi que como la otra vez se abrazó con fuerza a él mientras arrancaba y salía de allí uniéndose al resto del tráfico.
Mimi ya no sentía tanto miedo como la primera vez que se montó y relajó un poco el abrazo al cuerpo del chico pero aun así se pegó más a él para sentir un poco su calor por el frío que le azotaba al aumentar la velocidad. Era un viaje bastante agradable y lo disfrutó.
Entonces divisó el reconocible edificio donde vivía y se sintió decepcionada cuando Tai comenzó a reducir velocidad y aparcó en frente de su casa. Se apearon ambos y se quedaron de pie enfrente de la moto.
- ¿Vas otra vez con estos?- preguntó ella.
- En principio sí- dijo él- a no ser que quieras que me quede contigo…
- Tai… por favor- dijo ella suplicante.
- Lo sé lo sé- dijo él- espero que hayas pensado en lo que te dije el otro día…
- He pensado en ello- dijo ella cabizbaja- pero no es algo fácil de pensar… mi vida cambiaría tan drásticamente…
- Bueno…- dijo él sin saber muy bien que decir- esta es una situación extraña y no sé muy bien que pensar…
- No pensemos en ello ahora- dijo ella- no después de haber pasado un día tan genial.
Él sonrió y acto seguido se besaron en medio de la calle con intensidad dejándose llevar por la emoción de aquel beso como si fuera el primero.
Mimi se sentía feliz y completa como no se había sentido en mucho tiempo, pero un pensamiento prorrumpió en su mente terminando por perturbar su conciencia… ¿hasta cuándo sería capaz de aguantar esa situación de estar con dos chicos a la vez sin decidirse?
ღ♥♡Crazy Life In Japanღ♥♡~✿Digimon✿~◈Capitulo 14◈
Capitulo 14: Elecciones
Diciembre entró con fuerza nada más empezar. La nieve comenzó a caer al principio de forma suave pero a medida que la primera semana avanzaba más y más copos de nieve asolaban la capital nipona convirtiendo las calles en un fino manto de hielo y nieve.
Era realmente un verdadero logro caminar por la calle sin un dar un solo traspiés resbalando por la zona helada por las bajas temperaturas. Mimi no tenía problema al haberse enfundado en unas botas de nieve y caminaba sin ninguna dificultad por aquel suelo resbaladizo, daba gracias interiormente a que se hubieran puesto de moda aquellas botas para poder elegir las más bonitas del mercado sin pasar frío, no le gustaban las típicas botas negras sin ninguna gracia ni adorno…
A su lado, Yolei no parecía correr la misma suerte que ella, iba trastabillando y pisando de forma cuidadosa como si en cualquier momento un mal paso la llevara directa al suelo, Mimi se reía de ella cada vez que se pegaba a la pared para conseguir más apoyo para caminar, ésta al ver a su amiga reírse la miró indignada y dijo:
- ¡No te rías tanto de mí y ayúdame, yanqui!
- Por dios- dijo Mimi- ahora que Sora ha dejado de llamarme así no empieces tú.
- ¿Qué tal está tu compañera?- le preguntó Yolei mientras la tendía la mano a Mimi para que la ayudara a sostenerse.
- Bien- dijo Mimi mientras la ayudaba- el otro día fuimos al médico y le dijeron que tenía anemia y que debía de cuidarse más, además del típico resfriado de invierno… nos hemos puesto serias con ella y la obligamos a llevar una vida normal… de momento no parece llevarnos mucho la contraria…
- Bueno eso es algo- dijo Yolei parándose en medio de la calle- ay no puedo más, me voy a sentar aquí.
Y acto seguido se sentó en un banco que se había salvado de la nieve y estaba parcialmente seco, miró sus empapados zapatos con resignación y se acomodó en el banco seguida por Mimi que se sentó a su lado. Yolei miraba al cielo que amenazaba otra vez con ponerse a nevar, pero parecía pensar en otra cosa:
- Bueno, ¿y qué hay de nuevas con tu galán japonés?
Mimi se sonrojó ligeramente ante aquel nombramiento, le había contado a su amiga lo que había ocurrido aquel día con Tai en la habitación de Sora, no podía contárselo ni a Sora ni a Kari, pero sí a Yolei, necesitaba contárselo a alguien.
- Bueno… no nos hemos visto mucho estos días y las veces que nos hemos visto, hemos estado todos juntos y casi no hemos hablado mucho…
Eso no era cierto, pero no quería contárselo. La verdad es que unos días después de aquel primer encuentro había vuelto a estar con él. Fue un día en que Sora había decidido salir con sus amigos porque ya se sentía mejor y Kari había salido a cenar con Davis.
Estaba sola en casa viendo la televisión y escuchando los constantes alborotos de Ken al otro lado de la pared, consultaba su reloj de vez en cuando aburrida, no tenía nada que hacer…
De repente, llamaron a la puerta y se sobresaltó ante tal inesperada visita, se levantó pesadamente del sofá y se encaminó hacia la puerta, la abrió sin pensar y se encontró con una gran sorpresa.
Yagami Taichi se encontraba frente a ella sonriendo de oreja a oreja, tenía el pelo mojado y su chupa también goteaba debido a la impermeabilidad de la prenda, Mimi miró por la ventana y vio que en ese momento estaba nevando con fuerza en la calle, le miró entonces a él y le preguntó:
- ¿Cómo has venido con el tiempo que hace?
- Ha sido de improviso- dijo él y acto seguido preguntó- ¿Está mi hermana?
- No- negó Mimi- salió con Davis a cenar.
- Vaya…- dijo él mirando al suelo- tenía que decirle que nuestro padre había llamado y que había decidido que teníamos que pasar las navidades juntos, bueno ya se lo diré otro día…
- ¿Quieres pasar?- preguntó ella sonriendo- estás empapado y no es plan que te pongas enfermo como Izzy…
- Bueno, vale- dijo él adentrándose en el lugar detrás de ella.
En la calle nevaba con mucha fuerza y empezaba a oscurecer de forma gradual, ya empezaba a ser de noche y afuera debía de hacer un frío terrible, eso es lo que pensaba Mimi mientras miraba a través de la ventana después de haber dejado a Tai en el baño secándose. Pensó en él detenidamente y en ella misma, no sabía por qué pero cada vez que le veía se acordaba de aquel día y sentía unos deseos ardientes de volverle a besar. Trató de apartar aquellos pensamientos, ya bastante culpable se sentía por haberle hecho eso a Michael como para encima querer volver a repetirlo…
De repente, sintió la presencia del chico detrás de ella mirando también por la ventana, pero no se volteó, oyó que él decía:
- Se ha puesto peor el tiempo, vaya…
Notó cómo él se iba acercando por detrás de ella y cómo sus brazos rodeaban su cintura por detrás uniéndolos en un estrecho abrazo, Mimi no lo apartó sino al contrario, se dejó rodear por él y descansó la cabeza contra su pecho, notó el aliento del chico contra su pelo y también notó cómo él la acunaba ligeramente de un lado a otro.
- No has venido hasta aquí para decirle a Kari eso, ¿verdad?- dijo ella, oyó a Tai reírse y decir.
- No se me da muy bien mentir, me da a mí- dijo Tai con una sonrisa maliciosa.
- Pues nada bien- dijo Mimi dándose la vuelta para mirarle a los ojos.
Tai se inclinó hacia ella para besarla largamente en los labios, Mimi solo se dejó llevar, saboreando aquellos cálidos labios que tanto le gustaban. Él llevó las manos a su rostro para acercarla más a él.
En cuanto se separaron se quedaron mirándose a los ojos sin decirse nada hasta que Mimi se rió y Tai entonces dijo:
- Me parece que ya has averiguado por qué estoy aquí… quería verte otra vez… no sabes cuánto…
Mimi se sonrojó ligeramente, ella también quería volverle a ver y notó su corazón palpitar contra su pecho con fuerza y los típicos nervios en el estómago al mirarle a los ojos. Cuando estaba con él se olvidaba del mundo, su mente se esfumaba y solo se dejaba llevar por lo que sentía.
Volvieron a besarse con más intensidad que la anterior vez, con más ansiedad y pasión, sus lenguas se unían y exploraban la otra boca con deleite, no podían parar, Tai dejó que Mimi se apoyase contra el cristal de la ventana para besarla con más profundidad.
Él entonces comenzó a explorar con sus manos por debajo de su camisa con delicadeza acariciando su cuerpo y ella hacía lo propio con él, sintiendo bajo sus dedos el cálido y bien formado cuerpo del chico, con sus manos lo obligó a pegarse más a ella, quería sentir su cuerpo como la otra vez.
Tai pasó a besar su cuello con pasión mordiendo y besando su piel haciéndola estremecerse de placer mientras ella trataba de despojarle de la camiseta que llevaba. Él se dio cuenta y se apartó un segundo de ella y sin dejar de mirarla, él mismo se deshizo de ella y la arrojó lejos de su vista.
Ella se quedó mirando durante un momento el pecho bien formado y los fuertes brazos del chico con total devoción, ella ya lo había visto aquella vez que había ido a su casa pero ahora era una situación diferente y sentía mucho calor…
Él entonces volvió a besarla y a abrazarla mientras la guiaba ciegamente hacia el sofá a poca distancia de ellos, Mimi se dejó guiar por él mientras besaba la ardiente piel de su pecho y con ambas manos bajó hasta el trasero del chico para tocarlo y recrearse en su tacto, le oyó reírse pero no lo miró, a pesar de lo que había hecho no se sentía con suficiente confianza para mirarle a los ojos.
Tai la obligó a recostarse sobre el sofá y ésta obedeció sin permitirle que se alejase mucho de ella, quien se acomodó ligeramente sobre ella mientras trataba de despojarle de su camisa. Pronto logró su cometido y la arrojó por detrás del sofá dejando a la chica en sujetador. Tai acarició sus pechos por encima y luego pasó a su vientre haciéndola cosquillas.
Mimi se incorporó para alcanzar sus labios y volverlos a besar, aquel beso se volvió más húmedo y pasional, sentía mucho calor y deseaba quitarse toda la ropa, Tai la acercó mucho más a su cuerpo y notó contra su pierna derecha el roce de su miembro ya excitado.
De repente una imagen le cruzó por la mente y un terrible sentimiento se apoderó de ella, la imagen de Michael mirándola con el rostro lleno de decepción por lo que estaba haciendo y el ineludible sentimiento de culpabilidad.
No podía seguir allí, engañando a Michael con otro chico, no sabía cómo había acabado así pero tenía que pararlo antes de que fuese demasiado tarde…
- Tai…- le llamó ella apartándole- ¡para!
- ¿Qué dices?- dijo él sin hacerla caso mientras se afanaba en sacarle el sujetador.
- Taichi en serio- dijo ella comenzando a enfadarse- no quiero hacerlo… mi novio… ¡déjame!
Él entonces dejó de hacer lo que estaba haciendo para mirarla como si estuviese bromeando, pero al ver la expresión firme y seria de la chica, preguntó confundido:
- ¿Lo estás diciendo en serio?
- Sí- dijo ella mientras se alejaba de él.
Entonces Tai comenzó a reírse de una forma extraña, pero Mimi supo interpretarlo, estaba muy disgustado. Él dijo a continuación:
- No me lo puedo creer- respiró una vez de forma profunda antes de seguir hablando- ¿Por qué precisamente ahora te acuerdas de tu novio?
- Porque no quiero engañarle- dijo ella sin apartar la vista de él- y tú no dejas de impedir que lo cumpla…
- ¿Ahora soy yo?- dijo él realmente enfadado- no fui yo el que te empezó a besar el otro día como si quisiera follarte en el mismo suelo.
Mimi no dijo nada, se limitó a alejarse más de él sin volverle a mirar a la cara. Tai entonces se levantó y buscó sus cosas, una vez cogió todo lo que le pertenecía se dirigió hacia la puerta, pero Mimi lo siguió diciéndole:
- Lo siento de verdad… no quería que esto acabara así.
- ¡Déjalo!- dijo él mientras se acomodaba el abrigo, estaba muy enfadado- no intentes arreglarlo… no quieres y ya está así que no me des explicaciones estúpidas porque no me importan… tú sabrás lo que haces… ¡Adiós!
Y cerró la puerta de un portazo dejando a Mimi allí confusa y disgustada y sintiéndose terriblemente culpable por lo que había pasado.
Mimi entonces volvió al presente abatida, desde aquel día no había vuelto a hablar con Tai de la misma manera que antes, sí habían estado juntos más veces, pero siempre con los demás y apenas habían hablado… eso le producía una terrible desazón, pero sabía que la culpa era suya y tenía que cargar
con todo ello.
- ¡Mimi!- le llamó su amiga que ya se había puesto de pie sin moverse más en el suelo por temor a caerse- vamos a seguir que llegaremos tarde.
- Sí, es cierto- dijo Mimi levantándose y siguiéndola.
- ¿Vas a salir esta noche?- preguntó Yolei- es que las chicas de clase están planeando una cena y me dijeron que te lo dijera a ti también.
- ¡Oh vaya!- dijo Mimi al recordar algo- lo siento, pero esta noche tengo planes.
- ¿Ah sí? ¿Cuáles?- preguntó Yolei intrigada.
- Es que tengo pases para un local donde toca Yamato, el amigo de mis compañeras- le explicó Mimi- llevamos mucho tiempo planeándolo y por fin hemos encontrado esta noche que podemos ir todos.
- ¿Otro amigo buenorro de tus compañeras?- preguntó Yolei y ante la mirada de la chica Mimi solo pudo reírse.
- Sí, también está muy bien la verdad- contestó ella entre risas.
- Bueno pues ya me contarás qué tal- dijo Yolei empezando a emocionarse- ¡Dios! Vas a estar rodeada de hombres atractivos y sexys… ¡Qué emoción!
Y se notó la emoción, ya que en ese momento a Yolei se le olvidó que debía de pisar con cuidado para no resbalarse, y se le fue el pie cayéndose de culo contra el helado suelo de la calle. Mimi la oyó quejarse y masajearse el trasero dolorido, pero ella no fue capaz de ir a ayudarla, solo se reía de forma discreta por la escena tan patética que presenciaba.
- No te rías de mí y ven de una vez a ayudarme- le rugió Yolei extendiendo la mano para que la ayudase.
- La culpa es tuya por estar siempre pensando en tíos y no pensar en tu propia seguridad- contestó Mimi haciendo fuerza para ayudarla a incorporarse.
- No puedo hacerle nada- le explicó Yolei- es mi naturaleza…
Y ambas se rieron por la broma de la chica a carcajadas en medio de la calle.
Por fin llegó la noche, se encontraban alrededor de una mesa redonda, y sentados en unos mullidos sofá los siete reunidos, Izzy parecía que ya se sentía mucho mejor y solo tosía de vez en cuando, pero aplacaba aquella molesta tos tragándose pastillas para la tos cada cinco minutos, ninguno pensaba que aquello le pudiera sentar bien pero no hacía caso de nadie.
Sora también estaba mejor y había recuperado su característico humor ácido y sus cotidianos sarcasmos, en ese momento estaba intentando burlarse de Matt quien hacía alarde de su increíble y divino don para la seducción.
- No me creo que todas las mujeres del mundo se mueran por ti- dijo Sora haciendo que Matt pusiera una mueca de indignación.
- ¡Pues claro que sí!-dijo Matt-por favor Sora, ¡mírame! Soy guapo, músico, cuerpo atlético, mirada sexy y además físico cuántico, ¿qué mujer no se rendiría a los pies de un hombre que además de guapo es inteligente?
- No lo sé- dijo Sora- primero tendría que encontrar un hombre guapo e inteligente para poder decírtelo.
Todos se echaron a reír por aquella última salida de Sora, siempre solía ser ella la que vencía en una batalla verbal a su amigo, pero él nunca se daba por vencido y dijo:
- Sora, Sora… no intentes ocultar lo irresistible que te resulto… bajo esa máscara de indiferencia y desprecio, sé que se esconde un deseo irrefrenable hacia mi persona…
- ¿No se cansa de decir tonterías?- preguntó Sora pero esta vez se lo dijo a Mimi y ambas se echaron a reír.
Justo en ese momento los compañeros de banda de Matt le llamaron con las manos y él tomó su guitarra, pero antes de irse dijo:
- Bueno… sé que deseabais alegraros la vista con mi humilde presencia pero he de irme… Tai, por favor no me extrañes demasiado, te aseguro que volveré a tu lado en cuanto me lo permitan mis malvados compañeros…
Tai simplemente rodó los ojos con resignación, ya estaba más que acostumbrado a los extraños arranques homosexuales de su amigo hacia su persona, pero como eran inofensivos ni le prestó atención.
Matt se marchó y los demás se quedaron allí tomando lo que habían pedido y hablando animadamente.
Kari estaba sentada al lado de Mimi, pero se la notaba que estaba molesta, Mimi sabía por qué. Cuando llegaron, Matt llegó con su hermano TK, pero a eso no le dio importancia ya que en el momento de sentarse en la mesa, ambos dejaron que Matt se sentara entre ellos dos para evitar estar juntos, pero ahora que el rubio se había ido había dejado un espacio entre los dos que Kari no estaba dispuesta a permitir. Levantó la cabeza buscando a su hermano y le dijo:
- ¡Ni-chan! ¿Me dejas ponerme ahí?
- ¿Por qué?- preguntó Tai sin comprender.
- Porque así veo mejor cuando actúe Matt- le explicó ella simplemente.
Para sorpresa de Mimi, Tai se levantó y se cambió de sitio con su hermana. Ella pensaba que se iba a negar por lo que había pasado entre ellos y entendería que se engase a sentarse al lado de ella, pero parecía que estaba equivocada.
- Fíjate Taichi- dijo Sora burlándose de su amigo- así tienes tiempo para intimar con nuestra americana…
Ninguno de los dos dijo nada. Mimi sintió enrojecer y bajo la mirada y Taichi hizo como si no hubiera oído nada y dio un largo trago a su cerveza.
En ese momento, aparecieron los cuatro miembros del grupo de Matt y la gente comenzó a gritar haciendo que todos prestaran atención al espectáculo.
Mimi se fijó en Matt, iba muy guapo vestido con unos pantalones negros estrechos y una camisa de cuadros de color negra y azul, su pelo rubio le caía sobre la cara como de costumbre, pero ese peinado parecía enloquecer a las mujeres que allí estaban que no dejaban de llamarle y tararear su nombre.
- ¡Qué estúpidas son algunas tías!- le dijo Sora a Mimi al oído- por dios, sí soy es un tío más en el mundo…
- No sé, Sora- le contestó- a mí también me parece que está irresistible.
Se fijó en el resto del grupo y vio que ninguno era tan atractivo y llamativo como él, la verdad es que estaban siendo eclipsados por Matt, ya que la mayor parte de la gente solo se había fijado en él, a Mimi le daba pena, pero a lo mejor así eran más populares…
Matt era buen guitarrista, en cuanto tomaba su guitarra parecía transformarse y parecía otra persona distinta, alguien serio y bastante atrayente, parecía que un aura distinta se cernía sobre él… si la gente realmente le conocieran como era en realidad la mayoría se llevaría una decepción, eso último lo pensó Mimi entre risas al acordarse de las peleas que solía tener con Tai y con Sora.
Todos los demás que estaban sentados con ella en la mesa no parecían tan sorprendidos, solo miraban al grupo bebiendo sin decir nada, ella imagino que ya los habían escuchado un montón de veces. Así que no les dijo nada y volvió a beber de su copa.
Finalizaron la primera canción que tocaba y Matt agradeció al público su presencia, lo que provocó que algunas chicas que se encontraban allí empezaran a gritar histéricas y a bailar en medio del bar para que él se fijase en ellas. Mimi miró a Sora sintiendo vergüenza ajena y ambas empezaron a reírse de ellas:
- ¿Ves? Si te dije que estas tías están todas perturbadas… yo que Yamato tendría miedo de ser violada o algo por el estilo…
Todos se echaron a reír ante la imagen de un Matt paranoico mirando por las esquinas y mirando a las mujeres que se cruzase como violadoras en potencia.
- No creo que a Matt le viole nadie- dijo TK intentando dejar de reírse- siendo mi hermano como es, seguro que piensa que está haciendo un favor a esas chicas de permitirlas poder probar su perfecto cuerpo…
- ¿Por qué todos tenéis esa imagen de Matt?- preguntó Mimi extrañada- sí es un poco ególatra y presumido, pero no creo que sea para tanto…
- Como se nota que no le conoces bien- dijo Tai simplemente.
Mimi miró a Tai sorprendida, le había hablado después de haberse pasado todo aquel tiempo sin dirigirle la palabra salvo el saludo inicial. No sabía por qué razón, pero se sentía mucho mejor al volver a oírle dirigirse a ella, en verdad que extrañaba mucho sus bromas y sus confianzas con ella…
De repente, el sonido de una guitarra eléctrica le hizo volverse hacia el grupo, Matt se encontraba en pleno solo de guitarra, el lugar solo estaba iluminado donde él se encontraba y nadie podía dejar de mirarle, tenía el rostro totalmente en éxtasis y parecía que realmente estaba disfrutando de aquel momento, aquella cara de placer le hacía aun más atractivo de lo que ya de por sí era, tanto que ni siquiera sus amigos eran capaces de apartar la vista del grupo.
Las chicas del bar estaban totalmente emocionadas y le acompañaban bailando y dándolo todo por todo el local, realmente eran muy buenos. Pronto comenzó la canción y Matt acabó su solo con un espectacular guitarreo final retirándose hacia atrás para dejar paso al vocalista.
En ese momento parece que la magia se esfumó y todo volvía a ser más o menos como antes, Mimi se acordó en ese momento de lo que pensaba cuando Tai le habló y le miró disimuladamente. Él no la miraba, estaba concentrado viendo al grupo, a ella le pareció en ese momento el chico más guapo del local, incluso más que Matt.
Necesitaba volver a hablar con él, pero no sabía cómo. Seguramente él seguiría enfadado con ella por dejarle a medias y además nombrar a Michael en ese momento, pero necesitaba hacerlo, así que sin pensarlo más, alargó su brazo hasta juntar su mano con la de él.
En esas milésimas de segundo que tuvo que esperar a su reacción, creía firmemente que él apartaría su mano y se alejaría de ella, pero no fue así, Tai apretó su mano contra la suya por debajo de la mesa. Mimi levantó la vista y se encontró con sus ojos marrones mirándola fijamente, pero su mirada no era de reproche ni enfado, lo que la tranquiló un poco.
Se acercó más a él y le dijo al oído sin que nadie se diera cuenta:
- Necesito hablar contigo.
- Yo también- le susurró él- pero aquí no.
- ¿Cómo lo hacemos?- preguntó ella.
- Sal tú primero a la calle, invéntate lo que quieras y llámame al móvil, así tendré yo una excusa para salir detrás de ti- contestó él.
Ella asintió y se separaron. Justo en ese momento se inclinó a Sora y le dijo:
- ¡Sora! Voy al baño… no tardo.
Sora asintió sin mirarla y ella se dispuso a salir de allí intentando no molestar a nadie ni tampoco al grupo de Matt.
Salió a la calle y marcó el teléfono de Tai, lo dejó sonar un poco y cortó, después de ello se sentó a esperarle.
Él salió enseguida con el móvil en la mano y ella sonrió al ver que el plan había funcionado y se acercó a él diciendo:
- Ha salido bien la cosa.
- Sí, la verdad es que es la mejor excusa del mundo- contestó él mientras se guardaba el móvil en el bolsillo.
- Bueno…- dijo Mimi que no sabía por dónde empezar- me alegro que no estés ya enfadado conmigo.
- La verdad es que estoy bastante enfadado- contestó él muy serio- a nadie le gusta que le dejen a medias y menos que encima sea por el novio… pero estos días he estado pensando en ello y tengo que decirte algo.
- Bueno, pues dime- dijo ella intrigada.
- Verás, voy a ser muy claro- dijo Tai mirándola fijamente a los ojos- la verdad es que me gustas Mimi verdaderamente… creo que me gustas desde la primera vez que te vi y desde entonces he pensado en ti continuamente. Puede que al principio solo me gustaras físicamente o solamente quisiera acostarme contigo, pero a medida que te conocía más, me gustabas aún más… quizá el cansino de Matt tuvo también algo de culpa en todo esto al estar todo el día puteándome contigo… no lo sé. El caso es que eso es lo que siento por ti… luego tú verás lo que quieres hacer conmigo…
Mimi se quedó completamente callada mientras él hablaba, la verdad es que no se lo esperaba y se sentía muy confusa, vio que él esperaba una respuesta pero no sabía que decirle.
Su mente le decía que debía rechazarle porque ya tenía novio y no quería dejarlo, pero por otro lado no podía decirle que no le gustaba… porque estaría mintiéndose a sí misma.
- Yo…- comenzó a balbucear ella- no sé qué decir…
- Solo dime qué es lo que sientes por mí… o por tu novio me da igual… pero solo quiero saber si tengo alguna posibilidad o simplemente estoy haciendo el idiota…
- Es que no lo sé- dijo ella sintiéndose impotente- tú me gustas Tai, pero no puedo… yo quiero a Michael… llevo mucho tiempo con él… pero es que no sé qué quiero…
- Bueno… ¿Por qué no me dejas demostrarte que yo sería mucho mejor partido que tu novio americano?- preguntó Tai- estoy dispuesto a hacer todo lo posible para que estés conmigo y tú lo sabes.
- No sé Tai…- dijo ella sin estar muy convencida.
- Lo dejo en tus manos… tienes que decidir entre él o yo y te juro que si al final prefieres a él, te dejaré en paz y no insistiré más… solo dame una oportunidad.
Se quedó mirándole sin saber qué decir, estaba claro que ella también sentía algo por él y más tarde o más temprano habría tenido que enfrentarse a aquella elección, así sin otro remedio asintió y dijo:
- Está bien… tengo que pensar en ello… solo necesito algo de tiempo
Él entonces asintió y Mimi se acercó a él para darle un dulce y largo beso en los labios, necesitaba volver a sentir sus labios y en ese momento no pensaba que estuviera haciendo nada malo.
Y ambos volvieron a entrar en el bar a seguir escuchando el concierto de Matt que en ese momento estaba alcanzando su máximo apogeo.
ღ♥♡Crazy Life In Japanღ♥♡~✿Digimon✿~◈Capitulo 13◈
Capitulo 13: Torrente de sentimientos
Después de haber llorado durante un buen rato apoyada en su hombro sentadas aún en la pared de su habitación, parecía que Sora se iba calmando poco a poco, vieron cómo sus ojos se iban cerrando por el cansancio de haber llorado tanto.
Apartaron todas las cosas que había sobre la cama y Sora se acostó en ella hasta quedarse completamente dormida, pero antes de cerrar los ojos y entregarse a los brazos de Morfeo, miró a sus compañeras y alcanzó a decir:
- No le digáis nada de esto a los chicos por favor…
- Pero Sora…- comenzó a decir Kari, pero ésta le cortó.
- Por favor, es lo único que os voy a pedir…
- No les diremos nada, tranquila- se apresuró a decir Mimi ante la mirada atónita de Kari.
Sora asintió ligeramente y fue acomodándose para por fin quedarse totalmente dormida, ya parecía más tranquila así que salieron de la habitación para no despertarla.
Pero una vez que estuvieron las dos solas en el pasillo, Kari le preguntó:
- ¿Por qué le dijiste que no se lo diríamos a los chicos?
- Porque no debemos decírselo- contestó Mimi
- ¿Por qué?- preguntó Kari que no comprendía nada- seguro que tú también has llegado a la misma conclusión que yo… ese hijo podría haber sido de Matt… o peor aún… de mi hermano…
- Por eso mismo Kari- dijo Mimi- han pasado como unos 4 años desde aquello, que se lo dijéramos podría resultar peor para ellos… ¿o acaso no te acuerdas de lo afectado que estaba tu hermano por no saber qué le pasaba a ella? Además Sora se lo ha ocultado por algún motivo que desconocemos… creo que ya nos hemos metido demasiado en su vida privada como para estropearlo aún más.
- Tienes razón…- dijo Kari pero no parecía satisfecha- ¿Y qué vamos a hacer ahora?
- No lo sé- dijo Mimi- de momento dejemos las cosas así mientras que está dormida y cuando se despierte veremos a ver qué pasa…
- Bueno…-dijo Kari- al final con todo esto no hemos comido nada, ¿tienes hambre?
- La verdad es que no- dijo Mimi con una media sonrisa.
- Yo tampoco- contestó Kari- la verdad es que estoy completamente aturdida con tanta información… ¡Estúpido Taichi! Si cuando yo digo que no piensa será por algo…
- Bueno, no seas tan cruel- dijo Mimi- a lo mejor no era suyo…
- Si la otra alternativa es Matt no sé qué pensar de quién es peor de los dos… bueno si lo sé, más que nada porque me incumbe a mí también…
Mimi se echó a reír, pero la verdad es que ella estaba bastante conmocionada, por lo pronto no solo se había enterado del peor secreto que podía atormentar a Sora, sino además el hecho de que el que hubiera sido el padre de aquel niño estaba mucho más cerca de lo que ellas pensaban si no había habido nadie más aparte de ellos… ¿Cómo se lo tomarían Tai y Matt si se enterasen de que la auténtica causa de la pelea de Sora con su madre era culpa de ellos?
Se acordó de Tai y lo mal que se había sentido por aquello, si se enterara de aquello seguramente se sentiría mucho peor… además recordó lo que había dicho sobre sus sentimientos hacia ella, al acordarse de ello sintió una punzada de angustia solo de pensar en la idea de ellos dos juntos… y no entendía por qué si le daba lo mismo.
- ¡Mimi!- dijo Kari haciendo que la norteamericana le prestase atención de una vez- escucha… tengo que irme a clase ahora mismo… es muy importante, tengo que exponer un trabajo muy importante y si no lo hago me matarán mis compañeras… sabes que si no fuera por ello me quedaría aquí…
- ¡Ve Kari!- le dijo Mimi- no faltes a clases, yo me quedo con Sora no te preocupes.
- Estaré de vuelta enseguida, hago la exposición y me vuelvo- dijo Kari mientras cogía sus cosas y desaparecía tras la puerta.
Entonces Mimi se quedó sola en el salón sin saber qué hacer, consultó su reloj y vio que a esa hora ya debía de estar en clase, pero claramente no iría, por su culpa su compañera estaba así y tenía que quedarse a su lado.
Se levantó del sofá y se dirigió hacia la habitación de Sora, se quedó frente a la puerta sin saber qué hacer, si entrar o no, tenía miedo de encontrarse con Sora y que le recriminara que había abierto la caja de Pandora al desvelar su secreto, pero luego pensó que debía de enfrentarse a lo que había hecho viniere como viniere.
Abrió la puerta suavemente y vio que Sora aún dormía profundamente así que entró pero aún así con cuidado para no despertarla, se acercó a la cama y distinguió los cabellos pelirrojos de Sora desparramados por la almohada. Mimi inspeccionó el rostro de su compañera, pero no vio que estuviera tranquila, se la notaba angustiada y gotas de sudor surcaban su rostro, Mimi se preocupó pero no intentó despertaba porque sabía que era peor para ella, seguramente estaría teniendo una pesadilla y se despertaría por sí sola…
Se arrodilló para quedar a la cara del rostro de Sora, tenía las mejillas enrojecidas y respiraba entrecortada, Mimi pareció entender algo y le pasó la mano por la frente de la pelirroja y notó que estaba ardiendo de fiebre, entonces la oyó balbucear:
- Taichi… Ayúdame… Taichi…
Mimi se quedó mirándola al oír aquel nombre, vio que Sora se agitaba en sueños acompañada del delirio de la fiebre… ¿Estaría recordando aquel día en que su madre la echó de casa? Pero no podía perder el tiempo, tenía que bajarle la fiebre como pudiera, así que le quitó las mantas y solo la tapó con una fina sábana, luego de hacerlo corrió hacia el baño en busca de una toalla mojada para ponérsela en la frente.
Llegó a su habitación y se la pasó por la frente para refrescarla un poco, Sora seguía delirando y llamando a Tai en sueños, Mimi pensó que ya era suficiente y empezó a zarandearla ligeramente para despertarla:
- ¡Sora! ¡Despierta!- le decía mientras la intentaba despertar.
Al momento, Sora abrió los ojos de sopetón y miró a Mimi por primera vez como confusa, parecía no saber muy bien donde se encontraba, y preguntó extrañada:
- ¿Mimi?
- Sí Sora estoy aquí- le dijo Mimi- tienes fiebre y te he tenido que despertar porque estabas teniendo una pesadilla…
Sora se sentó en la cama con los brazos rodeando sus piernas flexionadas, luego se llevó una mano a la cabeza y dijo:
- He vuelto a soñar con aquel odioso día… no hay manera de librarse de esos recuerdos.
- ¿Sueñas muy a menudo con ello?- preguntó Mimi.
- Sí, casi todas las noches- dijo Sora- por eso no quiero dormir, no quiero irme a la cama y enfrentarme a esas horribles pesadillas para luego despertarme y ver que todo sigue igual…
- Sora…- empezó Mimi- creo que tú necesitas ayudas… no puedes seguir así…
- No te preocupes- dijo Sora sonriendo de forma tierna por primera vez desde que la conocía- ahora ya sabes lo que me pasó y me siento mucho mejor…por lo menos ya no soy la única que tiene que llevar esta carga… ¡Gracias por preocuparte!
- Sabes que estaré contigo siempre que me necesites- le dijo Mimi acariciando su mejilla de forma delicada- solo tienes que decírmelo…
- Me encuentro mal…- dijo Sora tocándose la cabeza.
- Acuéstate otro rato y duérmete- dijo Mimi- yo velaré tu sueño por si tienes más pesadillas…
Sora solo obedeció y se volvió a acomodar para dormirse otra vez casi enseguida. Mimi se quedó sentada en la cama observándola dormir cuando se repente oyó su móvil sonar en el salón y salió corriendo de allí en su busca.
Cuando lo encontró sobre la mesa del salón, miró la pantalla y se quedó sorprendida al ver el nombre que salía en él, se trataba de Tai. Descolgó rápidamente y dijo:
- ¡Dime Tai!
- ¿Mimi?- oyó su voz acompañada de los ruidos de la calle por lo que intuyó que éste se encontraba allí.
- Sí soy yo- contestó ella mirando de vez en cuando la puerta de Sora de forma nerviosa- ¿Qué ocurre?
- Me ha llamado Kari- empezó a contarle él- y me ha dicho que Sora se ha enterado de que conociste a su madre y que al preguntarle qué había pasado con ella, se puso muy nerviosa y le dio un ataque de ansiedad muy fuerte.
- ¡Sí!- se apresuró a decir Mimi aliviada por la mentira que le había contado- pero es que me he quedado con ella y ahora también tiene fiebre…
- ¿Fiebre?- preguntó él, parecía preocupado.
- Sí, no sé- dijo ella- yo creo que ya estaba algo débil de antes y esto ya ha sido la gota que colmó el vaso y ha terminado poniéndose enferma.
- Entiendo…- oyó a Tai con un tono más bajo del habitual, como si estuviera pensando a la vez- escucha Mimi, voy para allá, estoy a unas manzanas de allí y con la moto no tardaré nada.
- Como quieras- dijo ella- pero ahora está dormida y la he dejado descansar…
- No importa- dijo él- así al menos puedo ver cómo está… no puedo quedarme quieto sin hacer nada… Te veo en un momento, ¡adiós!
- ¡Hasta luego!- dijo ella antes de colgar.
Dejó el móvil otra vez sobre la mesa mientras pensaban el motivo de por qué Kari le había contado aquello a su hermano, supuso que Kari estaba convencida de que el padre de ese niño iba a ser Tai por lo que quería que él se ocupase de las cosas y se echó a reír.
Volvió a la habitación de Sora que ahora se encontraba dormida, pero más tranquila, parecía que el saber que ella estaba cerca la tranquilizaba así que no se movió de allí hasta que oyó el timbre de la puerta.
Fue hacia allí y como sabía quién era el que estaba al otro lado abrió sin preguntar y en efecto, allí estaba Tai frente a ella. Traía el casco en la mano y respiraba entrecortado, se notaba que había subido corriendo escaleras arriba.
- Vuestro ascensor está roto- es todo lo que dijo él.
- Sí- dijo Mimi- la señora del piso de arriba le da de vez en cuando por introducir su bastón cuando se cierran las puertas y no puede moverse…
- Menudos vecinos- dijo él que parecía molesto por tener que haber subido escaleras.
- Pasa anda- dijo ella con una ligera sonrisa.
Él entró y dejó sus cosas en el salón, entonces se dio la vuelta y preguntó a Mimi:
- ¿Sora sigue dormida?
- Sí- dijo Mimi- sigue teniendo algo de fiebre pero parece más tranquila, antes estaba teniendo pesadillas y te llamaba en sueños.
- ¿A mí?- preguntó él extrañado- ¿Por qué a mí?
- Creo que soñaba con el día ese que fue a tu casa…- dijo Mimi que sin razón se sentía algo molesta por eso.
Tai chascó su lengua ligeramente molesto por todo eso y se dirigió hacia la habitación de su amiga, entró sin hacer ruido y desapareció de su vista, pero ella lo siguió y entró detrás de él, lo encontró arrodillado mirando a su amiga dormir con una notoria preocupación en el rostro, ella se quedó apoyada en el marco de la puerta observándole, se le veía bastante afligido por el sufrimiento de Sora y por no saber qué le ocurría.
La joven sintió un poco de envidia hacia Sora al ver aquella escena y a la vez se enterneció al ver al chico tan involucrado con ella… ¿Qué hubiera pensado si se hubiera enterado que Sora esperaba un hijo de él?
Se acercó a él y se arrodilló a su lado, se quedaron los dos mirando a Sora durmiendo sin decir nada, no sabía qué decirle, se sentía mal por haber comenzado aquello, debería haber dejado las cosas como estaban…
- No te sientas mal por esto- dijo de repente el chico mirándola ahora a ella- no sabías nada y es normal que sientas curiosidad… además tú no tuviste la culpa de encontrarte con Toshiko.
Mimi no le contestó, ni siquiera se mostró sorprendida por el hecho de que parecía haberle leído la mente, ahora se sentía mucho peor por estar mintiéndole en algo tan importante y que encima él estuviera tratando de animarla.
De forma imprevista, ella comenzó a llorar de forma silenciosa, necesitaba desahogarse de todo lo que le había ocurrido en el día y de todo lo que estaba sintiendo en ese momento, pero no quería llorar, no quería despertar a Sora y tampoco quería que Tai la viera así… pero demasiado tarde.
- ¿Estás llorando?- oyó que él le preguntaba.
- Es que…- dijo ella intentando en vano secarlas- no sé qué me pasa… tantas cosas que han pasado…- no pudo hablar más ya que se le quebraba la voz debido al llanto que amenazaba por salir.
- ¡Ey no!- dijo él acercándose a Mimi- venga mujer no llores… tampoco es para tanto… sí bueno Sora lo ha pasado muy mal y todo eso pero seguro que está todo bien ya…
Pero al ver que ella no parecía relajarse ni mucho menos iba a dejar de llorar, él extendió sus brazos para que le abrazase y ella se acudió a ellos dejando que sus brazos la estrechasen con fuerza, al final no pudo evitar llorar en su hombro.
Tai se sentó en el suelo contra la pared de la habitación arrastrando con él a la joven que no tenía ninguna intención de soltarse y una vez que se vio en una posición más cómoda le acarició el pelo con suavidad para intentar calmarla. Ella se aferró a su espalda intentando dejar de llorar, pero no podía, cuando se imaginaba a Sora sola, embarazada y sin el apoyo de su madre siendo una adolescente se le partía el corazón.
Él reforzó el abrazo y la acomodó sobre su cuerpo para que no se hiciera daño, no sabía realmente que decirle, así que esperó a que se calmase un poco sin soltarla.
Mimi comenzaba a calmarse poco a poco, se sentía reconfortada en los brazos de Tai y parecía que la fuerza que él le transmitía hacía mella en ella, sintiéndose un poco mejor. Se separó un poco de él para mirarle a los ojos, él aflojó un poco el agarre para permitirla moverse pero tampoco apartaba los
ojos de los de ella.
De repente sin previo aviso, Mimi le besó. Al principio solo había sido un tímido beso en los labios, pero él de manera casi inconsciente lo había correspondido de forma más brusca haciendo que la joven le permitiera introducir su lengua en su boca y uniéndose a la de ella a la vez que exploraba cada rincón de aquella cavidad bucal.
Mimi se sentó a horcajadas sobre él para profundizar más aquel beso y Tai la tomó con sus dos manos por la cintura para acercarla más a su cuerpo.
Se dejaron llevar por la pasión de ese beso, Mimi ni siquiera lo pensó, lo necesitaba, tenía que descargar toda aquella ansiedad que sentía y en ese momento no le importaba ni Michael ni nada, solamente besar a aquel chico hasta que se quedara sin fuerzas.
Pronto sintió que se ahogaba y tuvo que separarse de él para tomar aire otra vez, Tai también respiraba con dificultad, tenía las mejillas ligeramente enrojecidas y los ojos le brillaban con un brillo especial que le hacía parecer realmente sensual. Sentía que su rostro ardía así que supuso que tendría las mejillas enrojecidas por lo que acababa de ocurrir.
No tuvo mucho tiempo para pensar en lo que sentía ya que Tai volvió a apoderarse de su boca con la misma intensidad que la anterior vez atrayéndola hacia él quedando totalmente sobre el cuerpo del chico, Mimi no dudó en corresponderle, nunca se había sentido tan excitada por un solo beso y deseó que nunca terminase. Tai entonces pasó a besar su cuello con más delicadeza pero haciéndole sentir escalofríos recorriendo su espalda, sentía mucho calor y más sintió cuando él comenzó a la vez a acariciar su espalda por debajo de su camiseta…
De repente, un sonido les hizo separarse de forma automática, el sonido de unas llaves abriendo la puerta principal y la conocida voz de Kari llamando a Mimi anunciando su llegada. Fue cuestión de segundos, los dos jóvenes se separaron como si quemasen y se levantaron del suelo, Mimi miró la cama de Sora asustada, pero vio que ella no se había despertado así que respiró tranquila.
Tai ya había salido de la habitación y estaba hablando animadamente con su hermana con un tono normal, como si no hubiera pasado nada allí dentro, Mimi se apresuró a unirse a ellos mirando al suelo incapaz de decir algo normal que no la delatase. Kari miró a su hermano y le pasó una mano por el pelo para intentar peinárselo y le dijo:
- ¡Ni-chan! ¿No te peinas? Menudos pelos llevas…
- Sí ya…- dijo él tratando de ocultar una risita nerviosa- es que ya sabes cómo es mi pelo de rebelde.
- ¿Mimi?- preguntó Kari a la recién llegada- ¿estás bien?
- Sí, ¿por qué?- se apresuró a decir ella sin ser capaz de ocultar su profundo nerviosismo.
- Tienes los ojos hinchados… ¿Has llorado?- le preguntó Kari.
- Ehh…- Mimi acaba de recordar que había estado llorando- sí bueno… es que me sentía muy mal por Sora y todo esto se me ha venido encima y… bueno no he podido evitarlo.
- Bueno, ¿pero ya te sientes mejor?- le preguntó entonces Tai mirándola tan intensamente que se puso nerviosa.
- Sí, mucho mejor… ¡Gracias!- contestó ella dando por finalizada aquella conversación.
- Voy a ver a Sora- dijo Kari y entraron los tres en la habitación.
Se sorprendieron de ver a Sora despierta, parecía que se acababa de despertar y estaba confusa, se frotó los ojos para echar el sueño de su cuerpo y luego miró a los tres presentes, entonces dijo sonriendo:
- ¿Qué pasa? ¿Tanto os pongo que no sois capaces de dejar de mirarme tan lascivamente?
Los hermanos se echaron a reír a carcajadas y Mimi suspiró aliviada, era la misma Sora con sus sarcasmos cotidianos, eso era que ya se sentía mucho mejor. Se acercó a su cama y le preguntó:
- ¿Te sientes mejor?
- Me duele un poco la cabeza, pero estoy mejor- dijo Sora- creo que también necesitaba dormir un poco…
- Parece que sigues teniendo un poco de fiebre- dijo Mimi poniendo su mano en al frente de su compañera. Voy a buscarte el termómetro.
Al momento volvió con el termómetro que se había traído de Nueva York, ya que Sora no tenía ni pensaba comprarlo, se lo dio para que se tomara la temperatura y ella mientras decía:
- No, si acabaré comprándome uno.
- Pues claro que debes comprarlo- dijo Mimi indignada- no sé porqué te empeñas en llevarme la contraria siempre que te digo algo que debes hacer…
- Ni que fueras mi padre, por favor- dijo Sora como si nada.
Ninguno le dijo nada en contrario, solo se rieron de la broma y esperaron pacientes a que el termómetro diera la señal de la temperatura. Una vez lo hizo, Sora lo tomó y se lo enseñó a Mimi que dijo:
- Sí que tienes algo de fiebre, mañana te acompaño al médico porque así no puedes seguir.
- Yo no necesito ningún médico- dijo Sora simplemente.
- Me da igual lo que tú creas que necesitas o no, vamos a ir al médico quieras o no- dijo Mimi en posición de madre severa y miró a Kari diciéndola- ¿verdad Kari?
Kari la miró con cara de que no le metiera en sus jaleos y Tai se partía de risa de aquella escena, cosa que hizo sonrojar a Mimi que evitaba por todos los medios mirarle y mirar el lugar donde había estado antes con él.
- A todo esto- dijo Sora de repente- ¿Qué haces tú aquí, Taichi?
- Solo pasaba a verte- dijo él- me dijo mi hermana que estaba enferma.
Sora no dijo nada, solo miró a Mimi con una mueca como de amenaza por si le había contado algo, pero Mimi le hizo entender que no había dicho nada con un simple movimiento de cabeza que pareció solo apreciado por Sora, ya que la hizo quedarse más tranquila.
Entonces de repente y sin previo aviso, Sora apartó las mantas de golpe y se levantó, los demás contemplaron cómo se había puesto de pie y se dirigía a la puerta. La vieron salir de la habitación hacia el salón y la siguieron curiosos de ver qué era lo que iba a hacer.
Sora abrió la ventana del salón a pesar del frío que hacía y sacó de una cajetilla de tabaco un cigarro y se lo llevó a la boca, mientras lo encendía, Mimi fue hacia ella fuera de sí:
- Pero bueno Sora… ¡estás enferma y te pones a fumar al lado de la ventana con el frío que hace!
- ¿Y qué quieres que haga?- dijo Sora tras dar una larga calada- no me dejas fumar en ningún sitio si no es aquí y llevo toda la mañana sin fumar nada.
Mimi la miró fulminándola y Sora le devolvió una mirada de triunfo, así que no le quedó más remedio que decir:
- ¡Está bien! Durante el tiempo que esté mala puedes fumar en casa con la ventana cerrada… pero con una condición.
- ¿Cuál?- preguntó Sora.
- Que mañana vamos al médico- finalizó Mimi mirándola triunfante.
Sora emitió un fuerte resoplido antes de decir:
- De acuerdo, mañana vamos al médico.
Cerró la ventana y se sentó en el sofá a fumar tranquilamente, parecía que por fin volvía a ser la misma de siempre y eso alegró a todos sus amigos enormemente.
- Bueno- dijo Tai de repente- creo que yo me voy, que ya se ha hecho tarde e Izzy está solo en casa… no creo que sea muy conveniente dejarlo solo enfermo, seguro que es capaz de empezar a desarmar algún aparato…
- Vale- dijo Kari despidiéndose de su hermano dándole un abrazo.
- Tai espera- dijo Mimi- te acompaño que tengo que bajar un momento.
Él asintió y tras coger sus cosas se despidió de las dos que se quedaban en la casa y dejó salir primero a Mimi de la casa. Una vez fuera, como el ascensor no funcionaba, tuvieron que bajar escaleras. Mimi en un principio pensó en decirle lo que tenía que decirle en el rellano, pero tenía miedo de que cualquiera de sus compañeras saliera de casa y se los encontrara allí hablando, así que optó por bajar con él hasta el portal.
Una vez llegaron allí, Mimi le tomó del brazo para que parase y él obedeció mirándola expectante, no sabía cómo decírselo, era tan embarazoso…
- Esto…- comenzó de forma torpe- sobre lo de antes… de verdad que no sé qué pasó… debes de pensar que soy una fresca o algo porque encima tengo novio y eso…
De repente, Tai se acercó a ella y le dio un largo e intenso beso en los labios de forma lenta y deliciosa que ella respondió sin vacilar un segundo. Tras ello se acercó a su oído y le dijo:
- No pasa nada… no me arrepiento de nada… ¡Ha sido increíble!
Tras decirle aquello, él se marchó de allí dejándola a ella en el sitio sin moverse, se había quedado totalmente sin palabras y no dejaba de acariciarse los labios con los dedos… Al final no había terminado de decirle lo que pensaba, pero no fue capaz de pensar en ello, simplemente sonrió al recordar lo que había pasado y pensó que nunca en su vida nadie la había besado tan increíblemente bien como ese chico…