Posted by : Unknown jueves, 29 de enero de 2015






Capitulo 9: Terror Gastronomico II

De repente, se oyó la voz de Matt desde la cocina:

- ¡Ya terminé!

Entonces los dos chicos y Sora supieron que su hora estaba a punto de llegar y que llegaba en forma de comida…

Sonó el timbre de la puerta en ese momento, todos los que se encontraban en el salón miraron hacia la puerta esperando que alguien se levantase para abrir la puerta:

- ¡Abrid la puerta, que será mi hermano!- oyeron decir a Matt desde la cocina.

- ¡Ya voy yo!- dijo Tai levantándose del sofá pesadamente.

Fue hacia recibidor y abrió la puerta con fuerza, al momento se le oyó decir:

- ¡Hola TK! Pasa, uno más para el funeral de esta tarde…

Al momento aparecieron los dos por la puerta del salón, Tai volvió a sentarse en el mismo sitio que había quedado vacío entre las dos chicas y TK se quedó de pie mirando el panorama, iba vestido de forma sencilla pero aún así resaltaba su atractivo su atractivo, acaba de salir de clase y aún llevada en la mano un paraguas enorme de color verde.

- ¡Hola a todos!- dijo él sonriendo- parece que he llegado el último…

- Mejor que no hubieras venido la verdad- dijo Sora- eres aún muy joven para morir de una manera tan tonta.

- No creas que es para tanto- dijo TK sentándose en una silla que le había pasado Izzy- cuando éramos más pequeños solía cocinar y no lo hacía mal… bueno algunas cosas…

Mimi no dejaba de observarle desde que había llegado, buscaba algún signo que le demostrase que se había percatado de la ausencia de Kari, pero no vio nada, el chico se había limitado a saludar a todos y a sentarse en esa silla sonriendo y bromeando con todos… ¿de verdad odiaba tanto a Kari?

- ¡Oh, mi adorado hermano nos ilumina con su presencia!- dijo de repente Matt saliendo de la cocina y abalanzándose sobre TK repentinamente sin darle tiempo a reaccionar.

- ¡Arg! Ni-chan me estás aplastando- dijo el pobre chico haciendo esfuerzo por no caerse de la silla llevándose a su hermano con él.

- Bueno, ya estamos todos…- dijo Matt apartándose de su hermano- bueno que pena que nuestra Kari no haya venido…

Nadie comentó nada al respecto, pero Mimi entonces se volvió para mirar de reojo a TK, era una oportunidad perfecta que Matt le había brindado sin darse cuenta para ver cómo reaccionaba el joven al oír su nombre.

Vio que TK apartó los ojos ligeramente al oír el nombre de su amiga de toda la vida, pero nada más, ni un solo gesto de alivio ni de disgusto… nada.

- Bueno- dijo Matt sacándola de sus investigaciones mientras consultaba su reloj- ya está todo preparado, así que venid a la cocina que ya tengo todo listo.

Entonces se levantaron todos de sus respectivos asientos con parsimonia, todos salvo Mimi y TK querían retrasar cuanto antes su hora de comer ante el terror a ser intoxicados. Sin embargo, TK y Mimi siguieron a Matt con bastante entusiasmo, Mimi tenía mucha curiosidad por ver qué era lo que les había preparado.

Se encontraron que en la cocina había una larga mesa donde todos cabían y todo estaba preparado con sus respectivos platos vacíos en su lugar.

Entraron todos uno detrás de otro y fueron tomando sitio, Mimi se sentó en el lado derecho junto con Sora, Tai e Izzy al otro lado y en las esquinas de la mesa los dos hermanos uno a cada lado.

Matt entonces fue tomando uno por uno los platos y los iba llenando con algo parecido a una sopa, cuando llegó el turno de Mimi y su plato volvió a ella lleno supo lo que era, supo identificar el blanquecino caldo de miso típico japonés, se sintió emocionada, ella no sabía cocinar nada japonés y al ver aquel plato típico, preguntó al chico:

- ¿Sabes cocinar comida japonesa?

- Sí, algunas cosas que aprendí de cuando vivía con mi padre- dijo Matt mientras se sentaba en su sitio- ¿Por qué lo preguntas?

- ¿Podrías enseñarme?- preguntó ella con ojos llenos de brillitos.

- Claro- dijo él sonriendo de forma sexy- todo por una dama.

- Espera primero a probar esto- dijo Sora removiéndolo con la cuchara sin despegar la vista del plato, aun no decidida a probarlo.

- Bueno, ¡comed!- dijo Matt expectante- que si no se va a enfriar.

Todos miraron el plato sin hacer nada, pero entonces TK se decidió a dar el primer paso y hundió la cuchara en la sopa para acto seguido llevarse lo a la boca, todos esperaron impacientes al veredicto del joven rubio, al momento su rostro cambió y terminó por decir:

- ¡Esto está muy bueno! Mejor de lo que esperaba.

- ¿En serio?- dijo Tai que parecía no terminar de creérselo y probó la comida y al momento dijo- ¡es verdad! Esto es comestible.

Entonces se decidieron todos a comerlo y todos tuvieron la misma opinión sobre ello, mientras comían estuvieron charlando animadamente aún sorprendidos de las dotes culinarias del rubio:

- ¡Aún no me creo que esto lo hayas hecho tú!- dijo Sora solo dejando de comer para hablar- ¿En serio que no lo has encargado esta mañana y nadie se ha enterado?

- Me subestimas, mi amor- dijo él comiendo- si te das cuenta, soy una ganga, soy guapo, músico, físico y encima te cocino… aprovecha Sora, que estoy de oferta.

- Eres idiota- dijo Sora bufando molesta.

- No la hagáis caso- dijo Matt riéndose- en realidad sabe que soy el hombre ideal, pero se hace la estrecha conmigo.

- ¿No te cansas de decir tantas tonterías en tan poco tiempo y encima siempre las mismas?- dijo Izzy mirándole.

Todos se quedaron callados mirándole intentando averiguar a qué había venido aquella pregunta, los ojos del chico no daban lugar al sarcasmo o a la burla como se solía ver en Sora o en Tai cuando se dirigían a Matt, sino más bien era lo contrario, Izzy miraba a su amigo sin maldad ninguna, como si estuviera realmente interesado en la respuesta a su pregunta.

Matt no le contestó, solo se echó a reír con energía, mientras le decía:

- ¡Déjalo Izzy, de verdad! ¡No puedo contigo y tus salidas!

Izzy no dijo nada, se limitó a seguir sorbiendo la sopa mientras su amigo hacía esfuerzos por calmar la risa que le había entrado.

- Bueno TK- dijo Tai cambiando de tema y pasando de su amigo- ¿Ya te has adaptado a Japón otra vez?

- Más o menos- dijo él- aún no me acostumbro a oír solo japonés y alguna vez me olvido y digo algo en francés, si vierais como se queda la gente mirando…

- A mí me pasaba las primeras semanas- dijo Mimi- me olvidaba y decía las cosas en inglés y claro mucha gente no sabe inglés y me miraban apenados porque pensaban que no podían atenderme como debían.

- Pues tú hablas muy bien nuestro idioma- dijo TK- ¿Ya lo hablabas antes de empezar la universidad?

-- dijo Mimi- mi padre me enseñó los dos idiomas cuando era pequeña y como me sentía atraída por Japón decidí estudiar sobre ello. Cuando me dieron la beca para estudiar aquí no me lo podía creer.

- ¿Y te gusta Japón?- preguntó TK

- La verdad es que de momento solo he podido estar en Tokio- dijo Mimi- me gustaría poder ir algún día a visitar más ciudades, pero lo que he vivido aquí la verdad es que me ha gustado bastante…

A Mimi le han gustado los japoneses, ¿verdad Taichi?- dijo Matt con malicia mirando de reojo a su amigo, que simplemente le ignoró mirando a TK mientras hablaba y luego miró a Mimi que al igual que Tai fingía que no le había oído, así añadió divertido por la situación- ¡Qué tímida es la pareja de oro!

TK entonces dejó de hablar y miró a los dos aludidos que ponían cara de homicidas en potencia evitando mirar a Matt que al otro lado de la mesa seguía provocándoles, como si solo una corta mirada hacia el rubio desencadenase un crimen innombrable. El joven rubio no pudo evitar que una pregunta se le escapase casi sin darse cuenta:

- ¿De qué está hablando?

- De nada- dijo Tai- no hagas caso al idiota de tu hermano que está siempre fumado y ve cosas donde no las hay.

Matt iba a contestar, pero entonces Sora se apresuró a interrumpirle con rapidez:

- ¡Yamato! Ya hemos acabado todos tu sopa de miso, ¿no vamos a comer nada más?

- ¡Oh si!- dijo Matt levantándose de la mesa y dando un respiro a sus dos amigos.

Se acercó al horno y lo apagó, lo que tenía ahí ya estaba listo para ser comido, mientras él se peleaba con el horno, Mimi miró a su compañera con complicidad y le dijo al oído:

- Menos mal que has intervenido… ya se estaba poniendo muy pesado…

- ¡Tranquila!- dijo Sora- éste es fácil de distraer, seguro que ahora no se acordará de lo que estábamos hablando.

Entonces Mimi posó los ojos en Tai, éste la miraba con la misma cara de resignación pero luego sonrió y le dijo algo solo con los labios sin que saliera ningún sonido de ellos, pero Mimi supo leerlos, había dicho algo como "ni caso", ella se rió bajando ligeramente la vista mientras le pasaba el plato donde antes había tomado la sopa a Sora, todo ello siendo observado por TK, que sin que ellos se diesen cuenta no dejaba de observarlos intentando averiguar qué era lo que se traían entre ellos.

En un momento, Sora le dio otro plato con el segundo plato, Mimi lo estudió ligeramente, era carne asada con una salsa extraña que en su vida había tomado, pero viendo que el primer plato estuvo bueno, no dudó de que el siguiente aún estuviera mejor.

Todos los demás también parecían emocionados con el segundo plato y cuando todos tenían el suyo, Matt se sentó en su silla dispuesto a comer, los allí presentes, tomaron sus cubiertos dispuestos esta vez a probar sin esperar a nada más y se llevaron la comida a la boca y…

- ¡Dios mío!- se oyó a la vez los gritos de todos.

No podía creerlo, nada más que su lengua rozó aquel trozo de carne notó un fuerte sabor picante tan fuerte que hizo que la boca entera le ardiese de inmediato, Mimi soltó el cubierto de golpe en un intento desesperado por buscar algo para calmar ese horrible picor.

Parecía que no era la única, ya que a su lado Sora había gritado y ahora estaba bebiendo agua con urgencia, TK también estaba bebiendo agua e Izzy intentaba aguantar el ardor de su boca con discreción, aunque la expresión de su rostro indicaba que estaba pasándolo realmente mal…

- ¡Yamato, hijo de perra!- gritó Sora cuando dejó en la mesa el vaso ya vacío- ¿Qué coño le has echado a esto? Dios no se va el ardor…

- Prueba a comer otra cosa- le dijo Mimi dándole un poco de pan- es mucho mejor comer porque bebiendo agua se expande por toda la boca.

- Gracias- dijo Sora y se metió el trozo de pan mientras seguía hablando- ¡Te voy a matar, Yamato! Reza por tu vida porque vas a quedarte sin ella.

- Espera un momento- dijo Matt- no lo entiendo, si no eché nada que picase…- al momento su rostro se congestionó y dijo- ¡Ay madre!

- ¿Qué?- dijeron Sora y TK a la vez con el rostro enrojecido no se sabe si por la ira contenida o por el calor tras el picante.

- Creo que me equivoque cuando eché las especias- dijo Matt lentamente temiendo por su vida- creo que eché en su lugar el pimentón que teníamos al lado que era del casero…

- ¡Te mataré!- dijo Sora levantándose de la mesa, Matt fue más rápido y huyó de la cocina siendo perseguido por una Sora enfurecida y sedienta de sangre.

Mientras ellos corrían por toda la casa gritando incoherencias, los demás se quedaron allí en la mesa sentados, pero de repente se dieron cuenta de algo, Tai no se había quejado ni una sola vez, Izzy, TK y Mimi voltearon la cabeza hacia él y vieron que estaba comiendo tranquilamente, lo único que demostraba que aquella comía picaba, era el enrojecimiento de los labios del chico porque por lo demás él seguía comiendo como si no supiera a nada.

Izzy lo miraba como si se tratase de un extraterrestre, hasta incluso parecía que había alejado ligeramente la silla de él, pero no pudo evitar preguntar con cierto temor:

- Tai… ¿Te gusta?

Tai tragó lo que tenía en la boca y miró a su amigo por primera vez desde que había empezado a comer y dijo:

- ¿El qué? ¿La comida? Sí, está muy bueno… sobre todo la salsa.

- ¿Y no te pica?-preguntó TK alucinando.

- Un poco sí- dijo Tai mientras cortaba la carne- pero a mí me gusta la comida picante así que este plato me gusta… creo que voy a dejar que Matt haga la comida más veces… ¿Por qué me miráis así?

La pregunta no estaba hecha sin fundamentos, los tres le miraban asustados sin poder decir nada más, Mimi entonces tomó su plato y le dijo:

- ¿No quieres más, Tai?

- Claro que quiero- dijo él y tras coger el plato de Mimi, echó su contenido en el suyo y puso una cara de felicidad que hizo que ella sonriera complacida.

Al rato, volvieron Sora y Matt a la cocina, Matt tenía marcas en la cara de haber sido golpeado por Sora e iba masajeando su espalda adolorida mientras se quejaba:

- ¡Joder Sora! ¡Qué daño me has hecho!

- ¡Bah, llorica!- dijo Sora mientras se sentaba en su sitio- además te lo merecías…

Sora no pudo seguir hablando, acababa de descubrir a Tai comiéndose ya el plato de TK con la misma felicidad con la que se había comida el de todos los demás, totalmente pasmada le preguntó:

- ¿Pero tú… qué tienes en el estómago? ¿Estás hecho a prueba de bombas nucleares?

- ¡Bah, si no aguantáis nada!- dijo Tai y al ver que Matt se sentaba en su silla y comenzaba a comer con la misma tranquilidad que él, le dijo- ¿verdad, Matt?

- Tienes razón, esto está bueno- dijo Matt y se puso a comer con más rapidez para asombro de todos los demás.

Al final, Tai y Matt se comieron lo que quedaba de carne y los demás tuvieron que comer el pan que había quedado porque fueron incapaces de comer nada de aquella carne, Sora no dejaba de mirar mal a su amigo rubio que seguía comiendo sin hacerla caso, parecía que en esos momentos solo tenía ojos para Tai, que no dejaba de comer todo lo que él había preparado.

Se terminaron la comida y empezaron a recoger las cosas, por suerte, ellos tenían un lavavajillas más o menos moderno donde metieron todos los platos y cubiertos y no tuvieron que limpiar nada más, Mimi miraba el lavavajillas con envidia, ellas no tenían y se moría por tener uno…

- ¡Jo! Yo quiero lavavajillas Sora…- le dijo a su compañera con cara de pena.

- Pues llórale al casero- dijo Sora- porque llevo pidiéndoselo desde que me fui a vivir allí y a mí no me hace ni caso… Sedúcele con tu encanto occidental, a lo mejor es de esos gustos…

- ¿A qué lo hago?- dijo Mimi mirando a Sora con una sonrisa de desafío- mañana le llamo…

- ¡Qué peligro!- dijo Sora- pero llámale cuando yo esté en casa, quiero estar presente para ese gran momento…

Ambas chicas se echaron a reír ante ese último comentario, Mimi notaba que poco a poco su relación con Sora iba mejorando, parecía más dispuesta a abrirse con ella y bromeaban juntas sin sarcasmos ofensivos de por medio. Las dos chicas se fueron de la cocina y se sentaron juntas en el sofá para ver la televisión, al rato las siguieron los chicos, Matt parecía molesto:

- Muy bonito, las chicas van a sentarse y dejan a los hombres limpiando la cocina… ¡Qué desconsideradas!

- Bueno, ya es hora de que alguna vez lo hiciéramos nosotras, ¿verdad?- dijo Sora mirándoles con burla- y que bien sienta, ¿verdad Mimi?

- Ya lo creo- dijo Mimi riéndose mientras encendía la televisión.

Ellos no dijeron nada, solamente se limitaron a sentarse junto a ellas a ver la televisión, pero al rato se aburrieron de ella y la dejaron olvidada, al ver que Izzy comenzaba a conectar otra vez los cables de la Play Station para jugar un rato:

- Quiero probar los juegos ahora- dijo él con el brillo de la emoción en su rostro.

- ¡Joder Izzy!- dijo Matt- ¿no puedes esperar a la noche? Yo me tengo que ir ahora corriendo a clase.

Y tras decir eso, se levantó del sofá para ir a buscar su chupa colgada de la silla y cogió la bolsa donde contenía su ordenador portátil, se la pasó por el hombro y la dejó caer con suavidad para no hacerse daño.

Se paró un momento ante un pequeño espejo que tenía colgado en la pared del salón para mirarse en él y peinarse el flequillo rubio de esa manera que le hacía tan atractivo, mientras hacía aquello todos le miraban cansinamente, se notaba que era algo que hacía habitualmente…

Mimi entonces consultó su reloj y dijo horrorizada:

- ¡No! Ya no llego a la primera hora.

- No te preocupes-dijo Matt- sé de alguien muy rápido que puede llevarte… ¡Taichi, sé buen novio y lleva a la señorita a clase!

Tai entonces miró a su amigo confundido. Parecía que le acababa de sacar de sus pensamientos y no le había oído:

- ¿Qué dices ahora?

- Que muevas el culo y lleves a Mimi a clase que llega tarde- dijo Matt.

- No hace falta que me lleves- dijo Mimi- puedo ir a la siguiente, alguien me podrá dejar los apuntes…

- No, si no es molestia- dijo Tai levantándose del sofá- solo que yo a este imbécil no le hago ni caso, pero a ti sí.

- ¡Qué bonito es el amor!- dijo Matt canturreando por el camino hacia la puerta de salida- bueno me voy a clase, ya nos veremos.

Cerró la puerta tras de sí y tras oírla, Sora y Tai emitieron un largo y aliviado bufido:

- Por fin se ha marchado- dijo Sora- dios es que no para… agota solo verle…

- Ya te digo- le contestó Tai- pero al menos tú no vives con él en la misma casa- en ese momento se levantó él también se levantó y dijo a Mimi- en cuanto quieras, me pongo el abrigo y nos vamos, tengo la moto aparcada ahí abajo.

- Sí…- dijo Mimi no muy segura- pues vámonos ya entonces.

Se levantó y fue al recibidor donde habían dejado las cosas colgadas y se puso su abrigo en el salón, mientras le dijo a Sora:

- ¿Qué vas a hacer?

- Me quedo con estos aquí un rato y luego entro a trabajar, así que ya te veré por la noche- contestó ella y entonces añadió- ¡Pásalo bien!

Mimi se quedó mirando a su compañera, sin saber cómo interpretar aquello que acababa de decirle, ¿se refería a ir a clase con su característico sarcasmo o se refería a que se iba con Tai? Pero prefirió no averiguarlo.

- ¿Ya estás?- le preguntó a Tai intentando meterle prisa.

- Sí, vámonos- dijo Tai cogiendo sus llaves- luego vengo, hasta luego.

Cogió dos cascos de moto que tenía en la entrada y uno de ellos se lo dio a Mimi, acto seguido cerró la puerta por fuera y ambos se dirigieron hacia el ascensor, éste se encontraba en su planta y bajaron los pisos en silencio, Mimi estaba nerviosa, no sabía cómo actuar, cada vez que le veía recordaba cómo le había tratado aquella vez y aunque él había pasado página y no parecía importarle, a ella sí le importaba…

- Tu facultad está en el otro campus, cerca de vuestra casa, ¿no?- preguntó Tai de repente.

- - dijo ella sintiéndose enrojecer sin ninguna razón- ¿Sabes llegar?

- Por supuesto- dijo él sonriendo- solo que no estaba seguro y a ver si acabábamos en el otro lado de Tokio.

Llegaron a la planta baja y salieron del portal en dirección a la salida, contemplaron con alegría que ya no llovía y avanzaron en dirección al aparcamiento de enfrente. Enseguida la vio, era una enorme moto de color negro aparcada entre dos coches grandes, entonces preguntó:

- ¿Aquella es tu moto?

- Sí, es ésta- dijo él orgulloso- pero no creas que me la ha pagado mi padre, es mía  completamente… es el resultado de un montón de años de trabajo hasta que pude pagármela, aunque aún tengo algunos plazos que pagar y mi padre no me ayuda nada, pero no me importa…

- ¿Ahora estás trabajando?-preguntó Mimi interesada.

- Sí…- dijo él- entreno muchachos por las tardes en un polideportivo… la verdad es que me hace bastante ilusión y no me pagan mal…

- Bueno, si además con ello puedes pagarte los plazos, entonces está bien, pero… ¿aún sigues sin tener intención de seguir estudiando?

- No- dijo él- solo quiero joder a mi padre y que siga pagando la matricula de su estúpida obcecación.

Mimi no le dijo nada, ella no estaba de acuerdo con ese modo de verlo, pero tanto él como ella sabían que no iba a lograr hacer cambiar de idea así que decidió cambiar el tema:

- Bueno, más te vale que no vayas muy deprisa- dijo ella sonriendo mientras se iba poniendo el casco sobre la cabeza.

- Lo intentaré, pero no creo que pueda complacerte…- dijo él imitándola.

- Es verdad, los hombres y la velocidad sobre ruedas, lo olvidaba- contestó ella.

Él la miró con una mueca de indignación fingida y se terminó de poner el casco, entonces quitó la cadena que le había puesto a su moto y la colocó de manera que pudiera salir de entre aquellos dos coches, se subió a ella y dijo a Mimi:

- ¡Ven! Sube antes de que arranque.

Ella obedeció y se colocó justo detrás de él, pegándose a su espalda todo lo posible, tenía miedo de salir disparada en cuanto arrancasen y así se sentía mucho más tranquila.

- ¡Agárrate un poco a mí!- dijo él aunque a ella le costó un poco entenderle debido al casco.

- ¡Tranquilo!- contestó ella alzando la voz- pensaba hacerlo.

- ¿Te da miedo?- le oyó decir a él.

- Un poco- contestó.

- Bueno, tú sujétate a mí y ya verás cómo no es para tanto- contestó él a la vez que arrancaba haciendo un ruido bastante desagradable.

Como si fuera un acto reflejo, Mimi rodeó con fuerza la cintura del chico y se encogió un poco mientras salían del aparcamiento y se unían a los demás coches en la carretera.

Al principio no le estaba agradando el viaje para nada, sentía el aire azotar su cuerpo debido a la velocidad que alcanzaba el chico mientras adelantaba y esquivaba a los demás vehículos y se encogía más en sí misma acercándose más al cuerpo de él.

Pero a medida que iban metiéndose por calles más estrechas y con menos tráfico, fue reduciendo la velocidad ligeramente y ya no sentía que el aire la golpease, así que se relajó un poco más y fue mirando hacia las aceras para distraerse.

Ya parecía estar empezando a disfrutar el paseo cuando vieron a lo lejos los primeros edificios del campus, bufó ligeramente para sí misma, ahora le daba pereza bajar de la moto, por ella, como si seguía un rato más… Pero parecía que Tai no había pensado igual que ella y aceleró para llegar más deprisa hasta el interior del campus, que ya estaba lleno de coches entorpeciendo la circulación esperando entrar en el interior del aparcamiento universitario, pero él los sorteaba con habilidad aun sin reducir la marcha que llevaba.

Vio frente a ellos, el edificio moderno de su facultad y él se aproximó hacia la acera lentamente hasta llegar a ella. Aparcó en un momento y ambos bajaron de ella quitándose los casos por el camino. Mimi miró cómo había quedado el pelo de Tai aplastado por el casco y se echó a reír disimuladamente, pero él se dio cuenta y dijo:

- ¡No te rías anda! Es la desgracia de tener mi pelo como si fuera anime…

- Es que es muy gracioso- dijo ella sin dejar de reír.

Entonces ella le pasó la mano por el pelo en un intento de arreglárselo un poco y cuando lo vio un poco más presentable dijo:

- Bueno, no sé para qué intento arreglarte si te vas a poner otra vez el casco…

- Pero tendré que seguir siendo guapo en el rato que no lo lleve, ¿no?- dijo él.

- ¡Dios! Eres igual que Matt de engreído- dijo Mimi fingiendo horror.

- No me compares con él- dijo Tai disgustado- lo suyo roza el narcisismo… además… ¿acaso no soy guapo?

- Yo no he dicho eso- dijo ella desviando su vista de los ojos de él.

De repente, delante de ellos pasaron un grupo de chicas bastante atractivas que miraron a Tai de forma descarada y una de ellas, le guiñó un ojo con muchas confianzas mientras le decía adiós con la mano, Mimi se volvió a él y vio que la saludaba de forma un poco seductora. Se apresuró a exigirle atención y preguntó:

- ¿La conoces?

- Sí, bueno…- dijo él rascándose la nuca un poco incómodo- he estado con ella a veces y bueno con dos de sus amigas también, pero creo que ella no lo sabe…

- ¡Serás!- dijo Mimi indignada- ¿Cómo los tíos podéis ser así?

- Bueno…- dijo él- yo no tengo la culpa, no estaba saliendo con ella y sus amigas fueron las que se lanzaron…

- Anda que menudas amigas que tiene…- dijo Mimi y acto seguido le dio con la mano en el brazo- y tú tampoco te quedas corto ¿eh?

- ¡Ah! No me pegues- dijo él que todo aquello le parecía muy divertido- ¿No serás que estas celosa?

- ¿Celosa yo?- dijo ella- ¿de ti? Bueno lo que me faltaba por oír…

- Demuéstrame que no estás celosa- dijo él riéndose.

- No estoy celosa- se limitaba a decir ella.

No se había dado cuenta pero a costa de aquellas bromas, se había acercado mucho más a él y no dejaban de mirarse a los ojos mientras se decían tonterías, ahora mismo se estaba dando cuenta de lo bonitos que eran sus ojos marrones y grandes con aquella expresión de burla en ella y lo guapo que estaba con su chupa negra…

- ¡Mimi!- oyó de repente a lo lejos que los hizo salir del encanto para volver la cabeza hacia donde provenía la voz.

Mimi distinguió a lo lejos el pelo morado de su compañera Yolei que la estaba llamando alzando los brazos, miró su reloj un momento y vio que era la hora de entrar, se volvió a Tai y le dijo:

- Bueno, creo que voy a ir entrando… ¡Gracias por traerme!

- Vale- dijo él- no hay de qué, pero espero que la próxima vez que te lleve a algún sitio no te agarres tanto a mí que me has dejado la espalda hecha polvo.

- Lo siento- dijo ella avergonzada- es que me da miedo…

- Es broma tonta
- dijo él pasándole la mano por la cabeza de forma cariñosa- nos vemos otro día.

Tras decir eso, ella se dio la vuelta y se fue hacia donde la esperaba su compañera mientras oía cómo Tai arrancaba la moto y se iba alejando de allí.

Llegó hasta donde Yolei y ésta no esperó ni a saludarla para decirle:

- ¡Dios mío! Pero qué bueno que está… en serio tía, que suerte que tuviste de liarte con él…

- Yolei por dios…- dijo Mimi riéndose ante esa declaración.

- En serio- dijo Yolei sin apartar la vista de la moto que se iba alejando- quién los pillara así… no me extraña que ya no te quieras cambiar de piso… así tienes la oportunidad de verle de vez en cuando…

- Anda deja de babear y entremos en clase- dijo Mimi empujando a su amiga que aún así seguía mirando hacia donde Tai había estado como si aun lo pudiera ver.

Y ambas siguieron a los demás alumnos al interior del recinto para comenzar con las clases.

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