Posted by : Unknown sábado, 31 de enero de 2015






Capitulo 14: Elecciones

Diciembre entró con fuerza nada más empezar. La nieve comenzó a caer al principio de forma suave pero a medida que la primera semana avanzaba más y más copos de nieve asolaban la capital nipona convirtiendo las calles en un fino manto de hielo y nieve.

Era realmente un verdadero logro caminar por la calle sin un dar un solo traspiés resbalando por la zona helada por las bajas temperaturas. Mimi no tenía problema al haberse enfundado en unas botas de nieve y caminaba sin ninguna dificultad por aquel suelo resbaladizo, daba gracias interiormente a que se hubieran puesto de moda aquellas botas para poder elegir las más bonitas del mercado sin pasar frío, no le gustaban las típicas botas negras sin ninguna gracia ni adorno…

A su lado, Yolei no parecía correr la misma suerte que ella, iba trastabillando y pisando de forma cuidadosa como si en cualquier momento un mal paso la llevara directa al suelo, Mimi se reía de ella cada vez que se pegaba a la pared para conseguir más apoyo para caminar, ésta al ver a su amiga reírse la miró indignada y dijo:

- ¡No te rías tanto de mí y ayúdame, yanqui!

- Por dios- dijo Mimi- ahora que Sora ha dejado de llamarme así no empieces tú.

- ¿Qué tal está tu compañera?- le preguntó Yolei mientras la tendía la mano a Mimi para que la ayudara a sostenerse.

- Bien- dijo Mimi mientras la ayudaba- el otro día fuimos al médico y le dijeron que tenía anemia y que debía de cuidarse más, además del típico resfriado de invierno… nos hemos puesto serias con ella y la obligamos a llevar una vida normal… de momento no parece llevarnos mucho la contraria…

- Bueno eso es algo- dijo Yolei parándose en medio de la calle- ay no puedo más, me voy a sentar aquí.

Y acto seguido se sentó en un banco que se había salvado de la nieve y estaba parcialmente seco, miró sus empapados zapatos con resignación y se acomodó en el banco seguida por Mimi que se sentó a su lado. Yolei miraba al cielo que amenazaba otra vez con ponerse a nevar, pero parecía pensar en otra cosa:

- Bueno, ¿y qué hay de nuevas con tu galán japonés?

Mimi se sonrojó ligeramente ante aquel nombramiento, le había contado a su amiga lo que había ocurrido aquel día con Tai en la habitación de Sora, no podía contárselo ni a Sora ni a Kari, pero sí a Yolei, necesitaba contárselo a alguien.

- Bueno… no nos hemos visto mucho estos días y las veces que nos hemos visto, hemos estado todos juntos y casi no hemos hablado mucho…

Eso no era cierto, pero no quería contárselo. La verdad es que unos días después de aquel primer encuentro había vuelto a estar con él. Fue un día en que Sora había decidido salir con sus amigos porque ya se sentía mejor y Kari había salido a cenar con Davis.

Estaba sola en casa viendo la televisión y escuchando los constantes alborotos de Ken al otro lado de la pared, consultaba su reloj de vez en cuando aburrida, no tenía nada que hacer…

De repente, llamaron a la puerta y se sobresaltó ante tal inesperada visita, se levantó pesadamente del sofá y se encaminó hacia la puerta, la abrió sin pensar y se encontró con una gran sorpresa.

Yagami Taichi se encontraba frente a ella sonriendo de oreja a oreja, tenía el pelo mojado y su chupa también goteaba debido a la impermeabilidad de la prenda, Mimi miró por la ventana y vio que en ese momento estaba nevando con fuerza en la calle, le miró entonces a él y le preguntó:

- ¿Cómo has venido con el tiempo que hace?

- Ha sido de improviso- dijo él y acto seguido preguntó- ¿Está mi hermana?

- No- negó Mimi- salió con Davis a cenar.

- Vaya…- dijo él mirando al suelo- tenía que decirle que nuestro padre había llamado y que había decidido que teníamos que pasar las navidades juntos, bueno ya se lo diré otro día…

- ¿Quieres pasar?- preguntó ella sonriendo- estás empapado y no es plan que te pongas enfermo como Izzy…

- Bueno, vale- dijo él adentrándose en el lugar detrás de ella.

En la calle nevaba con mucha fuerza y empezaba a oscurecer de forma gradual, ya empezaba a ser de noche y afuera debía de hacer un frío terrible, eso es lo que pensaba Mimi mientras miraba a través de la ventana después de haber dejado a Tai en el baño secándose. Pensó en él detenidamente y en ella misma, no sabía por qué pero cada vez que le veía se acordaba de aquel día y sentía unos deseos ardientes de volverle a besar. Trató de apartar aquellos pensamientos, ya bastante culpable se sentía por haberle hecho eso a Michael como para encima querer volver a repetirlo…

De repente, sintió la presencia del chico detrás de ella mirando también por la ventana, pero no se volteó, oyó que él decía:

- Se ha puesto peor el tiempo, vaya…

Notó cómo él se iba acercando por detrás de ella y cómo sus brazos rodeaban su cintura por detrás uniéndolos en un estrecho abrazo, Mimi no lo apartó sino al contrario, se dejó rodear por él y descansó la cabeza contra su pecho, notó el aliento del chico contra su pelo y también notó cómo él la acunaba ligeramente de un lado a otro.

- No has venido hasta aquí para decirle a Kari eso, ¿verdad?- dijo ella, oyó a Tai reírse y decir.

- No se me da muy bien mentir, me da a mí- dijo Tai con una sonrisa maliciosa.

- Pues nada bien- dijo Mimi dándose la vuelta para mirarle a los ojos.

Tai se inclinó hacia ella para besarla largamente en los labios, Mimi solo se dejó llevar, saboreando aquellos cálidos labios que tanto le gustaban. Él llevó las manos a su rostro para acercarla más a él.

En cuanto se separaron se quedaron mirándose a los ojos sin decirse nada hasta que Mimi se rió y Tai entonces dijo:

- Me parece que ya has averiguado por qué estoy aquí… quería verte otra vez… no sabes cuánto…
 
Mimi se sonrojó ligeramente, ella también quería volverle a ver y notó su corazón palpitar contra su pecho con fuerza y los típicos nervios en el estómago al mirarle a los ojos. Cuando estaba con él se olvidaba del mundo, su mente se esfumaba y solo se dejaba llevar por lo que sentía.

Volvieron a besarse con más intensidad que la anterior vez, con más ansiedad y pasión, sus lenguas se unían y exploraban la otra boca con deleite, no podían parar, Tai dejó que Mimi se apoyase contra el cristal de la ventana para besarla con más profundidad.

Él entonces comenzó a explorar con sus manos por debajo de su camisa con delicadeza acariciando su cuerpo y ella hacía lo propio con él, sintiendo bajo sus dedos el cálido y bien formado cuerpo del chico, con sus manos lo obligó a pegarse más a ella, quería sentir su cuerpo como la otra vez.

Tai pasó a besar su cuello con pasión mordiendo y besando su piel haciéndola estremecerse de placer mientras ella trataba de despojarle de la camiseta que llevaba. Él se dio cuenta y se apartó un segundo de ella y sin dejar de mirarla, él mismo se deshizo de ella y la arrojó lejos de su vista.

Ella se quedó mirando durante un momento el pecho bien formado y los fuertes brazos del chico con total devoción, ella ya lo había visto aquella vez que había ido a su casa pero ahora era una situación diferente y sentía mucho calor…

Él entonces volvió a besarla y a abrazarla mientras la guiaba ciegamente hacia el sofá a poca distancia de ellos, Mimi se dejó guiar por él mientras besaba la ardiente piel de su pecho y con ambas manos bajó hasta el trasero del chico para tocarlo y recrearse en su tacto, le oyó reírse pero no lo miró, a pesar de lo que había hecho no se sentía con suficiente confianza para mirarle a los ojos.

Tai la obligó a recostarse sobre el sofá y ésta obedeció sin permitirle que se alejase mucho de ella, quien se acomodó ligeramente sobre ella mientras trataba de despojarle de su camisa. Pronto logró su cometido y la arrojó por detrás del sofá dejando a la chica en sujetador. Tai acarició sus pechos por encima y luego pasó a su vientre haciéndola cosquillas.

Mimi se incorporó para alcanzar sus labios y volverlos a besar, aquel beso se volvió más húmedo y pasional, sentía mucho calor y deseaba quitarse toda la ropa, Tai la acercó mucho más a su cuerpo y notó contra su pierna derecha el roce de su miembro ya excitado.

De repente una imagen le cruzó por la mente y un terrible sentimiento se apoderó de ella, la imagen de Michael mirándola con el rostro lleno de decepción por lo que estaba haciendo y el ineludible sentimiento de culpabilidad.

No podía seguir allí, engañando a Michael con otro chico, no sabía cómo había acabado así pero tenía que pararlo antes de que fuese demasiado tarde…

- Tai…- le llamó ella apartándole- ¡para!

- ¿Qué dices?- dijo él sin hacerla caso mientras se afanaba en sacarle el sujetador.

- Taichi en serio- dijo ella comenzando a enfadarse- no quiero hacerlo… mi novio… ¡déjame!

Él entonces dejó de hacer lo que estaba haciendo para mirarla como si estuviese bromeando, pero al ver la expresión firme y seria de la chica, preguntó confundido:

- ¿Lo estás diciendo en serio?

- - dijo ella mientras se alejaba de él.

Entonces Tai comenzó a reírse de una forma extraña, pero Mimi supo interpretarlo, estaba muy disgustado. Él dijo a continuación:

- No me lo puedo creer- respiró una vez de forma profunda antes de seguir hablando- ¿Por qué precisamente ahora te acuerdas de tu novio?

- Porque no quiero engañarle- dijo ella sin apartar la vista de él- y tú no dejas de impedir que lo cumpla…

- ¿Ahora soy yo?- dijo él realmente enfadado- no fui yo el que te empezó a besar el otro día como si quisiera follarte en el mismo suelo.

Mimi no dijo nada, se limitó a alejarse más de él sin volverle a mirar a la cara. Tai entonces se levantó y buscó sus cosas, una vez cogió todo lo que le pertenecía se dirigió hacia la puerta, pero Mimi lo siguió diciéndole:

- Lo siento de verdad… no quería que esto acabara así.

- ¡Déjalo!- dijo él mientras se acomodaba el abrigo, estaba muy enfadado- no intentes arreglarlo… no quieres y ya está así que no me des explicaciones estúpidas porque no me importan… tú sabrás lo que haces… ¡Adiós!

Y cerró la puerta de un portazo dejando a Mimi allí confusa y disgustada y sintiéndose terriblemente culpable por lo que había pasado.

Mimi entonces volvió al presente abatida, desde aquel día no había vuelto a hablar con Tai de la misma manera que antes, sí habían estado juntos más veces, pero siempre con los demás y apenas habían hablado… eso le producía una terrible desazón, pero sabía que la culpa era suya y tenía que cargar
con todo ello.

- ¡Mimi!- le llamó su amiga que ya se había puesto de pie sin moverse más en el suelo por temor a caerse- vamos a seguir que llegaremos tarde.

- Sí, es cierto- dijo Mimi levantándose y siguiéndola.

- ¿Vas a salir esta noche?- preguntó Yolei- es que las chicas de clase están planeando una cena y me dijeron que te lo dijera a ti también.

- ¡Oh vaya!- dijo Mimi al recordar algo- lo siento, pero esta noche tengo planes.

- ¿Ah sí? ¿Cuáles?- preguntó Yolei intrigada.

- Es que tengo pases para un local donde toca Yamato, el amigo de mis compañeras- le explicó Mimi- llevamos mucho tiempo planeándolo y por fin hemos encontrado esta noche que podemos ir todos.

- ¿Otro amigo buenorro de tus compañeras?- preguntó Yolei y ante la mirada de la chica Mimi solo pudo reírse.

- Sí, también está muy bien la verdad- contestó ella entre risas.

- Bueno pues ya me contarás qué tal- dijo Yolei empezando a emocionarse- ¡Dios! Vas a estar rodeada de hombres atractivos y sexys… ¡Qué emoción!

Y se notó la emoción, ya que en ese momento a Yolei se le olvidó que debía de pisar con cuidado para no resbalarse, y se le fue el pie cayéndose de culo contra el helado suelo de la calle. Mimi la oyó quejarse y masajearse el trasero dolorido, pero ella no fue capaz de ir a ayudarla, solo se reía de forma discreta por la escena tan patética que presenciaba.

- No te rías de mí y ven de una vez a ayudarme- le rugió Yolei extendiendo la mano para que la ayudase.

- La culpa es tuya por estar siempre pensando en tíos y no pensar en tu propia seguridad- contestó Mimi haciendo fuerza para ayudarla a incorporarse.

- No puedo hacerle nada- le explicó Yolei- es mi naturaleza…

Y ambas se rieron por la broma de la chica a carcajadas en medio de la calle.

Por fin llegó la noche, se encontraban alrededor de una mesa redonda, y sentados en unos mullidos sofá los siete reunidos, Izzy parecía que ya se sentía mucho mejor y solo tosía de vez en cuando, pero aplacaba aquella molesta tos tragándose pastillas para la tos cada cinco minutos, ninguno pensaba que aquello le pudiera sentar bien pero no hacía caso de nadie.

Sora también estaba mejor y había recuperado su característico humor ácido y sus cotidianos sarcasmos, en ese momento estaba intentando burlarse de Matt quien hacía alarde de su increíble y divino don para la seducción.

- No me creo que todas las mujeres del mundo se mueran por ti- dijo Sora haciendo que Matt pusiera una mueca de indignación.

- ¡Pues claro que sí!-dijo Matt-por favor Sora, ¡mírame! Soy guapo, músico, cuerpo atlético, mirada sexy y además físico cuántico, ¿qué mujer no se rendiría a los pies de un hombre que además de guapo es inteligente?

- No lo sé- dijo Sora- primero tendría que encontrar un hombre guapo e inteligente para poder decírtelo.

Todos se echaron a reír por aquella última salida de Sora, siempre solía ser ella la que vencía en una batalla verbal a su amigo, pero él nunca se daba por vencido y dijo:

- Sora, Sora… no intentes ocultar lo irresistible que te resulto… bajo esa máscara de indiferencia y desprecio, sé que se esconde un deseo irrefrenable hacia mi persona…

- ¿No se cansa de decir tonterías?- preguntó Sora pero esta vez se lo dijo a Mimi y ambas se echaron a reír.

Justo en ese momento los compañeros de banda de Matt le llamaron con las manos y él tomó su guitarra, pero antes de irse dijo:

- Bueno… sé que deseabais alegraros la vista con mi humilde presencia pero he de irme… Tai, por favor no me extrañes demasiado, te aseguro que volveré a tu lado en cuanto me lo permitan mis malvados compañeros…

Tai simplemente rodó los ojos con resignación, ya estaba más que acostumbrado a los extraños arranques homosexuales de su amigo hacia su persona, pero como eran inofensivos ni le prestó atención.

Matt se marchó y los demás se quedaron allí tomando lo que habían pedido y hablando animadamente. 

Kari estaba sentada al lado de Mimi, pero se la notaba que estaba molesta, Mimi sabía por qué. Cuando llegaron, Matt llegó con su hermano TK, pero a eso no le dio importancia ya que en el momento de sentarse en la mesa, ambos dejaron que Matt se sentara entre ellos dos para evitar estar juntos, pero ahora que el rubio se había ido había dejado un espacio entre los dos que Kari no estaba dispuesta a permitir. Levantó la cabeza buscando a su hermano y le dijo:

- ¡Ni-chan! ¿Me dejas ponerme ahí?

- ¿Por qué?- preguntó Tai sin comprender.

- Porque así veo mejor cuando actúe Matt- le explicó ella simplemente.

Para sorpresa de Mimi, Tai se levantó y se cambió de sitio con su hermana. Ella pensaba que se iba a negar por lo que había pasado entre ellos y entendería que se engase a sentarse al lado de ella, pero parecía que estaba equivocada.

- Fíjate Taichi- dijo Sora burlándose de su amigo- así tienes tiempo para intimar con nuestra americana…

Ninguno de los dos dijo nada. Mimi sintió enrojecer y bajo la mirada y Taichi hizo como si no hubiera oído nada y dio un largo trago a su cerveza.

En ese momento, aparecieron los cuatro miembros del grupo de Matt y la gente comenzó a gritar haciendo que todos prestaran atención al espectáculo.

Mimi se fijó en Matt, iba muy guapo vestido con unos pantalones negros estrechos y una camisa de cuadros de color negra y azul, su pelo rubio le caía sobre la cara como de costumbre, pero ese peinado parecía enloquecer a las mujeres que allí estaban que no dejaban de llamarle y tararear su nombre.

- ¡Qué estúpidas son algunas tías!- le dijo Sora a Mimi al oído- por dios, sí soy es un tío más en el mundo…

- No sé, Sora- le contestó- a mí también me parece que está irresistible.

Se fijó en el resto del grupo y vio que ninguno era tan atractivo y llamativo como él, la verdad es que estaban siendo eclipsados por Matt, ya que la mayor parte de la gente solo se había fijado en él, a Mimi le daba pena, pero a lo mejor así eran más populares…

Matt era buen guitarrista, en cuanto tomaba su guitarra parecía transformarse y parecía otra persona distinta, alguien serio y bastante atrayente, parecía que un aura distinta se cernía sobre él… si la gente realmente le conocieran como era en realidad la mayoría se llevaría una decepción, eso último lo pensó Mimi entre risas al acordarse de las peleas que solía tener con Tai y con Sora.

Todos los demás que estaban sentados con ella en la mesa no parecían tan sorprendidos, solo miraban al grupo bebiendo sin decir nada, ella imagino que ya los habían escuchado un montón de veces. Así que no les dijo nada y volvió a beber de su copa.

Finalizaron la primera canción que tocaba y Matt agradeció al público su presencia, lo que provocó que algunas chicas que se encontraban allí empezaran a gritar histéricas y a bailar en medio del bar para que él se fijase en ellas. Mimi miró a Sora sintiendo vergüenza ajena y ambas empezaron a reírse de ellas:

- ¿Ves? Si te dije que estas tías están todas perturbadas… yo que Yamato tendría miedo de ser violada o algo por el estilo…

Todos se echaron a reír ante la imagen de un Matt paranoico mirando por las esquinas y mirando a las mujeres que se cruzase como violadoras en potencia.

- No creo que a Matt le viole nadie- dijo TK intentando dejar de reírse- siendo mi hermano como es, seguro que piensa que está haciendo un favor a esas chicas de permitirlas poder probar su perfecto cuerpo…

- ¿Por qué todos tenéis esa imagen de Matt?- preguntó Mimi extrañada- sí es un poco ególatra y presumido, pero no creo que sea para tanto…

- Como se nota que no le conoces bien- dijo Tai simplemente.

Mimi miró a Tai sorprendida, le había hablado después de haberse pasado todo aquel tiempo sin dirigirle la palabra salvo el saludo inicial. No sabía por qué razón, pero se sentía mucho mejor al volver a oírle dirigirse a ella, en verdad que extrañaba mucho sus bromas y sus confianzas con ella…

De repente, el sonido de una guitarra eléctrica le hizo volverse hacia el grupo, Matt se encontraba en pleno solo de guitarra, el lugar solo estaba iluminado donde él se encontraba y nadie podía dejar de mirarle, tenía el rostro totalmente en éxtasis y parecía que realmente estaba disfrutando de aquel momento, aquella cara de placer le hacía aun más atractivo de lo que ya de por sí era, tanto que ni siquiera sus amigos eran capaces de apartar la vista del grupo.

Las chicas del bar estaban totalmente emocionadas y le acompañaban bailando y dándolo todo por todo el local, realmente eran muy buenos. Pronto comenzó la canción y Matt acabó su solo con un espectacular guitarreo final retirándose hacia atrás para dejar paso al vocalista.

En ese momento parece que la magia se esfumó y todo volvía a ser más o menos como antes, Mimi se acordó en ese momento de lo que pensaba cuando Tai le habló y le miró disimuladamente. Él no la miraba, estaba concentrado viendo al grupo, a ella le pareció en ese momento el chico más guapo del local, incluso más que Matt.

Necesitaba volver a hablar con él, pero no sabía cómo. Seguramente él seguiría enfadado con ella por dejarle a medias y además nombrar a Michael en ese momento, pero necesitaba hacerlo, así que sin pensarlo más, alargó su brazo hasta juntar su mano con la de él.

En esas milésimas de segundo que tuvo que esperar a su reacción, creía firmemente que él apartaría su mano y se alejaría de ella, pero no fue así, Tai apretó su mano contra la suya por debajo de la mesa. Mimi levantó la vista y se encontró con sus ojos marrones mirándola fijamente, pero su mirada no era de reproche ni enfado, lo que la tranquiló un poco.

Se acercó más a él y le dijo al oído sin que nadie se diera cuenta:

- Necesito hablar contigo.

- Yo también- le susurró él- pero aquí no.

- ¿Cómo lo hacemos?- preguntó ella.

- Sal tú primero a la calle, invéntate lo que quieras y llámame al móvil, así tendré yo una excusa para salir detrás de ti- contestó él.

Ella asintió y se separaron. Justo en ese momento se inclinó a Sora y le dijo:

- ¡Sora! Voy al baño… no tardo.

Sora asintió sin mirarla y ella se dispuso a salir de allí intentando no molestar a nadie ni tampoco al grupo de Matt.

Salió a la calle y marcó el teléfono de Tai, lo dejó sonar un poco y cortó, después de ello se sentó a esperarle.

Él salió enseguida con el móvil en la mano y ella sonrió al ver que el plan había funcionado y se acercó a él diciendo:

- Ha salido bien la cosa.

- Sí, la verdad es que es la mejor excusa del mundo- contestó él mientras se guardaba el móvil en el bolsillo.

- Bueno…- dijo Mimi que no sabía por dónde empezar- me alegro que no estés ya enfadado conmigo.

- La verdad es que estoy bastante enfadado- contestó él muy serio- a nadie le gusta que le dejen a medias y menos que encima sea por el novio… pero estos días he estado pensando en ello y tengo que decirte algo.

- Bueno, pues dime- dijo ella intrigada.

- Verás, voy a ser muy claro- dijo Tai mirándola fijamente a los ojos- la verdad es que me gustas Mimi verdaderamente… creo que me gustas desde la primera vez que te vi y desde entonces he pensado en ti continuamente. Puede que al principio solo me gustaras físicamente o solamente quisiera acostarme contigo, pero a medida que te conocía más, me gustabas aún más… quizá el cansino de Matt tuvo también algo de culpa en todo esto al estar todo el día puteándome  contigo… no lo sé. El caso es que eso es lo que siento por ti… luego tú verás lo que quieres hacer conmigo…

Mimi se quedó completamente callada mientras él hablaba, la verdad es que no se lo esperaba y se sentía muy confusa, vio que él esperaba una respuesta pero no sabía que decirle.

Su mente le decía que debía rechazarle porque ya tenía novio y no quería dejarlo, pero por otro lado no podía decirle que no le gustaba… porque estaría mintiéndose a sí misma.

- Yo…- comenzó a balbucear ella- no sé qué decir…

- Solo dime qué es lo que sientes por mí… o por tu novio me da igual… pero solo quiero saber si tengo alguna posibilidad o simplemente estoy haciendo el idiota…

- Es que no lo sé- dijo ella sintiéndose impotente- tú me gustas Tai, pero no puedo… yo quiero a Michael… llevo mucho tiempo con él… pero es que no sé qué quiero…

- Bueno… ¿Por qué no me dejas demostrarte que yo sería mucho mejor partido que tu novio americano?- preguntó Tai- estoy dispuesto a hacer todo lo posible para que estés conmigo y tú lo sabes.

- No sé Tai…- dijo ella sin estar muy convencida.

- Lo dejo en tus manos… tienes que decidir entre él o yo y te juro que si al final prefieres a él, te dejaré en paz y no insistiré más… solo dame una oportunidad.

Se quedó mirándole sin saber qué decir, estaba claro que ella también sentía algo por él y más tarde o más temprano habría tenido que enfrentarse a aquella elección, así sin otro remedio asintió y dijo:

- Está bien… tengo que pensar en ello… solo necesito algo de tiempo

Él entonces asintió y Mimi se acercó a él para darle un dulce y largo beso en los labios, necesitaba volver a sentir sus labios y en ese momento no pensaba que estuviera haciendo nada malo.

Y ambos volvieron a entrar en el bar a seguir escuchando el concierto de Matt que en ese momento estaba alcanzando su máximo apogeo.

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