Posted by : Unknown miércoles, 28 de enero de 2015






Capitulo 6: Visita Inesperada

Habían pasado varias semanas desde la primera fiesta de Mimi en la casa y parecía que sería la última porque desde ese día hubo muchas más, pero Mimi se abstuvo de ir, demasiado desfase para una persona como ella acostumbrada a la tranquilidad y a la vida regular… Así que ella siempre una vez por semana se marchaba a casa de Yolei a dormir temiendo lo que se encontraría al volver a casa como siempre, sabía que no podía seguir así pero no sabía cómo comentárselo a sus compañeras…

Con respecto a Taichi, él parecía haber olvidado lo ocurrido aquel día y se comportaba como si no hubiese pasado nada, Mimi sin embargo no lo olvidaba y se molestaba con él, a lo largo de los días parecía que su mente se había despejado y recordaba retazos de aquel día, aquello había ocurrido y no soportaba haberlo hecho sintiéndose culpable por haber engañado a Michael… Pero se sentía confusa, no sabía por qué le molestaba tanto que él actuase como si nada… "¿Qué me importará a mí? Menos problemas tendré…" Se decía a sí misma frecuentemente castigándose mentalmente cuando se sentía molesta ante la indiferencia del chico, pero aún así no podía evitarlo…

Hablaba todos los días de manera casi compulsiva vía Skype con su novio y siempre se mostraba excesivamente interesaba hasta del más mínimo detalle insignificante de su vida solo por intentar ahuyentar la culpabilidad que sentía e intentar demostrarle que todo seguía igual que antes y que nunca había ocurrido lo que ocurrió, pero él no era tonto:

-¿Te pasa algo, Mimi?- dijo él una de las veces que hablaban en la que ella había hecho gala de su extraño comportamiento.

- ¿A mí?- dijo ella de repente sintiéndose muy nerviosa- Nada, ¿por qué lo dices?

- ¡Venga, no intentes engañarme!- dijo él mientras la miraba a través de la webcam seriamente- Siempre que intentas ocultarme algo te pones como una loca y no hay quien te entienda… ¿Te ha pasado algo con tus compañeras?

Mimi se sintió desvanecer, la había descubierto y se maldijo a sí misma por ser tan transparente y a él por ser tan perspicaz, no sabía qué hacer, se sentía entre la espada y la pared. Pero ya no podía más, nunca le había ocultado nada a su novio y no quería que aquello fuese algo que los distanciara, así que tras tomar aire comenzó a contarle todo lo que había ocurrido sin omitir nada.

Tras soltar todo lo que la atormentaba se sintió en cierto modo aliviada, pero a la vez aterrorizada, no sabía cómo iba a reaccionar Michael, era la primera que le era infiel aunque no hubiera sido su intención así que no sabía qué ocurriría a continuación…

Michael aun no decía nada, parecía confuso pero no era capaz de escudriñar más su rostro, no estaba mirando a la webcam y estaba de brazos cruzados, Mimi esperó con ansiedad su respuesta sin presionarle hasta que él levantó la cabeza y dijo:

- ¿Eso era lo que pasaba?

- Sí
- dijo ella sin saber a qué se refería con aquella pregunta.

- ¿Por qué bebiste?- preguntó él.

- No sé, Michael- contestó Mimi empezando a desesperarse- era una fiesta, había alcohol y no quería hacerles el feo a mis compañeras…

- Creo que debería cambiarte de piso- dijo Michael muy serio- esas chicas son muy mala influencia para ti.

- ¿Por qué?- dijo Mimi enfadada- ¿Por qué crees que soy tan influenciable? Yo decidí beber por mí misma, nadie me indujo a nada, nunca lo había hecho y tenía curiosidad…

- Pues ya ves para lo que te ha servido- dijo él muy fríamente.

- Bueno ya lo sé- contestó ella sintiéndose muy mal de repente y con ganas de llorar- no he vuelto a ninguna de sus fiestas y no he vuelto a beber nada de nada, soy una buena chica, ¿estás contento?

- No, no lo estoy- dijo él- llevas un mes y medio en Japón y siento que no te conozco de nada y ahora me vienes con que te pillaste una borrachera de la que no te acuerdas y te liaste con otro tío, ¿cómo quieres que me lo tome?

- No lo sé, de verdad, pero ya bastante mal me siento yo como para que me digas esto…- dijo Mimi a punto de llorar.

- Bueno mira- dijo Michael sonriendo ligeramente- ahora estamos muy nerviosos y lo único que vamos a decirnos son tonterías, así que mejor hablamos mañana más tranquilamente, ¿de acuerdo?

- Vale- susurró Mimi intentando no llorar- si porque yo me tengo que ir ahora a comprar.

- Pero creo que deberías ir buscando un piso nuevo con otras compañeras…- dijo Michael- con ese ritmo de vida no creo que puedas estudiar bien y tus padres estarán de acuerdo conmigo…
 

- Lo pensaré- dijo Mimi- te dejo ya… Te quiero mucho.



- Yo también- dijo él antes de desconectar.

Apagó el ordenador y lo guardó en su estuche, mientras pensaba en la conversación de antes, no estaba muy satisfecha con el resultado, había cosas que no le habían gustado de la actitud de su novio con respecto a ella y mucho menos la idea que tenía de ella…

Salió de su habitación dispuesta a mirar en la cocina qué cosas tenía que comprar y tras ello marcharse, pero de repente alguien se metió por medio. Era Kari que había ido hacia ella sin que se percatara de su presencia.

- ¿Mimi, vas a comprar?- ante la afirmativa con la cabeza de ésta, continuó- me voy contigo, necesito ir a comprar preservativos…

- De acuerdo- dijo Mimi sin inmutarse por lo que le había dicho que iba a comprar, ya comenzaba a estar acostumbrada.

- Vale, pues en un momento estoy, ¡espérame por favor!- dijo Kari alegremente y se alejó de allí.

Mimi entonces fue a la cocina a buscar la lista que había confeccionado para ir a comprar y después se sentó en el sofá a esperar a Kari, allí estaba Sora tumbada en una esquina del sofá con la piernas apoyadas sobre el respaldo del sofá limándose las uñas. Nada más sentarse, Sora le dijo:

- ¿Vais a ir a comprar?

- Sí
- contestó Mimi- ¿Quieres que te traiga algo?

- Pues mira ahora que lo dices…- dijo Sora al notar que su lima acababa de partirse en dos- tráeme unas cuantas de estas.

- Vale, te traeré unas limas- dijo Mimi y tras mirar las uñas cortas de Sora le preguntó- ¿Por qué te limas tanto las uñas? Así no las dejas crecer…

- Es que si las tengo cortas no me las muerdo… soy propensa a ello- dijo Sora intentando otra vez a duras penas limarse otra uña con la lima rota.

Justo en ese momento apareció Kari ya preparada para salir y ambas salieron de casa despidiéndose de Sora.

Se dirigieron al supermercado primero a comprar todas las cosas que Mimi había puesto en su lista, allí había mucha gente comprando y resultaba agobiante intentar pasar entre los pasillos, pero las dos chicas tomaron una cesta y comenzaron a empujar a la gente que se aglomeraba en las cajas de pago para poder acceder al recinto.

Una vez dentro, las dos comenzaron a llenar la cesta con todo lo que tenían que comprar de manera eficiente y rápida, Kari se rió cuando ya habían cogido todo lo necesario diciendo:

- ¡Qué rápidas somos! Formamos un buen equipo, ¿no?

- Ya te digo
- corroboró Mimi sonriendo- tenemos a partir de ahora que ir a comprar las dos que tardaremos menos…

- Vamos a la cola antes de que se nos cuele alguna vieja- dijo Kari señalando la cola que aumentaba por momentos.

Corrió hacia allí sin dejar de reír y lograron ponerse delante de una señora que soltó una maldición al ver que las chicas se habían adelantado, pero ninguna de ellas la hizo caso. Llegó su turno y fueron colocando las cosas para pagarlas:

- ¡Oye Mimi! ¿Tienes algo que hacer esta noche?- preguntó Kari mientras alejaba la cesta con el pie de su camino.

- No, ¿por qué lo dices?- preguntó Mimi.

- Porque hoy ya empieza el fin de semana y nosotras pensábamos salir con mi hermano, Matt e Izzy.

- ¿Pero vosotros no salíais entresemana y los fines de semana cada uno con vuestros amigos?- preguntó Mimi confundida.

- Sí, eso solía ser el plan- le explicó Kari- pero Matt me llamó ayer y me dijo que tenía una sorpresa para todos y que teníamos que estar todos nosotros.

- ¿Vais a hacer otra fiesta en casa?- preguntó Mimi un poco molesta.

- ¡No!- se apresuró a negar Kari- nos iremos de fiesta por ahí, no vamos a estar en casa.

- ¿Entonces por qué me preguntas si tengo algún plan?- preguntó Mimi.

- Por si querías salir con nosotros esta noche- dijo Kari- ya sé que la última vez pasó eso con mi hermano y tal, pero ellos también quieren que vengas y Tai no hará nada raro, ya verás.

Mimi se quedó callada, pensando en esa posibilidad. En cierto modo, temía volverse a encontrar con Tai de esa manera por si intentaba algo, pero en los días anteriores, el chico no había mostrado ningún atisbo de interés hacia ella... Luego recordó la discusión con Michael hacía unas horas sobre que era muy influenciable con respecto a sus compañeras, frunció el ceño ligeramente al acordarse de ello y tomó una decisión:

- De acuerdo, saldré esta noche con vosotros- Ya estaba dicho, le demostraría a Michael que era capaz de salir con sus compañeras sin hacer ninguna tontería.

- Bien, me alegro de que vengas- dijo Kari abrazándola como era habitual en ella.

Pagaron y guardaron todo en bolsas, luego se dirigieron a comprar los preservativos para Kari a un sex shop de la esquina, ella entró con la naturalidad propia de alguien que entra a comprar a menudo a un lugar, sin embargo Mimi la siguió sintiéndose enrojecer por momentos. Sabía que no tenía ningún motivo, ya que el sexo no era algo desconocido para ella, pero estaba acostumbrada a que Michael fuera el que se encargase de todo lo relativo a los preservativos y se sentía incómoda en aquel lugar.

Kari al contrario que ella, entró saludando a todo el mundo y rápidamente comenzó a entablar conversación con el dependiente y ambos se reían de cosas que solo ellos entendían. Mimi se acercó a donde estaba Kari y se quedó a su lado intentando evitar mirar a ningún lado. Kari entonces reparó en la presencia de Mimi al lado suyo y dijo:

- Mira, ella es mi compañera de piso americana, Mimi.

- Encantado- dijo el dependiente de forma muy amable- eres bienvenida a mi tienda y siempre que necesites algo yo te ayudaré…

- Gracias, lo tendré en cuenta…- dijo Mimi aunque sabía que por allí no tendría ninguna necesidad de entrar más.

- Bueno, vengo a buscar una caja de preservativos que ya no tengo- dijo Kari.

- ¿Solo una?- preguntó el dependiente.

- Sí, mejor una sola porque ahora no tengo dinero y aun tengo que esperar el pago de la "residencia".

- ¿Aún tus padres no saben que vives con Sora?- preguntó el dependiente dándole la caja.

- Y me parece que no lo sabrán nunca…- dijo Kari pagándole y tomando la caja- ¡Nos vemos!

Mimi una vez oír aquellas últimas palabras, se apresuró a salir de allí cuanto antes seguida de Kari que no parecía tener mucha prisa. Una vez fuera, Kari miraba a su compañera sonriente:

- ¿Nunca habías entrado en un sex shop Mimi?

- La verdad es que no…- dijo Mimi- creo que mi novio y yo somos un poco reacios a estas cosas para ser sincera…

- Bueno, no pasa nada- dijo Kari- cada uno es como es…

- Si esto se lo hubiera dicho a Sora seguramente se hubiera reído de mí…- dijo Mimi riéndose.

- Seguramente- dijo Kari- pero no lo hace con mala intención, solo que es así…

- Lo sé- dijo Mimi- ¿vamos para casa?

Kari asintió y las dos se alejaron de allí en dirección a su casa contándose cosas y riéndose juntas. A Mimi le agradaba mucho Kari, era una persona muy agradable y comprensiva y no le importaba para nada su promiscuidad… Pensó que sería más fácil hablar con ella con respecto a lo de las fiestas en casa todas las semanas y por lo de los problemas que había en la casa…

Llegaron a casa y Mimi comenzó a sacar las cosas de las bolsas, Kari se apresuró a ayudarla y entre las dos guardaron las cosas en el lugar que Mimi tenía asignado para cada cosa. Mimi no entendía por qué razón podía ayudarla a colocar las cosas y luego era incapaz de recoger sus cosas del salón u ordenar su habitación…

Sora apareció de repente en la puerta de la cocina con cara de confusión y Mimi le tendió sus limas y ella la miró aun más confundida:

- ¿Por qué me traes esto?

- ¿No me habías dicho que querías unas limas?-preguntó Mimi extrañada.

- ¡Ah sí, es verdad!- dijo Sora dándose un golpe en la frente al haberlo recordado- perdona, no sé dónde tengo la cabeza.

- Sora- dijo Kari- Mimi ha decidido venir esta noche con nosotros.

- Estupendo- dijo Sora bostezando- bueno me voy a echar un poco, que esta noche me quedé jugando hasta las 5 y no he dormido nada.

- ¿No tienes clase?- preguntó Mimi.

- ¡Qué le den!- dijo Sora y desapareció por la puerta.

Se quedaron solas terminado de recoger las cosas, Mimi no dejaba de pensar en Sora y su extraña actitud y miró a Kari que no dejaba de mirar a la puerta con el ceño fruncido, entonces le preguntó:

- ¿Qué pasa Kari?

- Ya vuelve otra vez con lo mismo-
dijo Kari con un tono de molestia en la cara.

- ¿Con qué?- preguntó Mimi mientras abría la nevera buscando algo.

- ¿No te has dado cuenta?- preguntó Kari- está totalmente atontada… me da que ha vuelto a los porros, la muy estúpida…

Mimi no dijo nada, la verdad es que era algo que se imaginaba desde hacía mucho tiempo de ella, esa forma de vida no era muy normal y aunque no hubiese dejado olor por la casa, ella sabía que esperaba a que no hubiera nadie o estuvieran durmiendo para colocarse hasta las cejas…

- Lo imaginaba aunque no lo quisiera creer…- dijo finalmente.

- No sé qué vamos a hacer con ella la verdad… hace tiempo ya parecía que lo había dejado, pero creo que nos equivocábamos todos…- dijo Kari- pero bueno, ella verá qué pretende hacer con su vida…

Kari entonces se marchó de la cocina cuando ya había colocado sus cosas y dejó a Mimi en la cocina pensando, no sabía cómo, pero debía encontrar el momento de descubrir a Sora en plan acción y conseguir ayudarla… no soportaba la idea de que alguien estuviera echando su vida a la mierda de una manera tan absurda…

El día pasó más o menos rápido y llegó la hora de marcharse, Mimi había optado por salir normal, ya había aprendido la lección de la última vez y para no ir demasiado arreglada decidió ponerse unos vaqueros ajustados, una camisa de fiesta gris y como no, sus zapatos de tacón finos de 10 centímetros con
los que la chica se movían con una soltura propia de una modelo, se arregló el pelo y se maquilló  tranquilamente frente a su espejo.

Cuando terminó, contempló su obra y sonrió. Era muy coqueta y lo sabía, le encantaba verse atractiva frente al espejo y pasarse horas frente al espejo probando cosas nuevas qué hacerse o nuevos peinados qué estrenar.

Llamaron de repente a la puerta, Mimi dijo en voz alta que pasase y entró Kari en su habitación, también iba muy guapa con un vestido corto de color rosa y una sandalias a juego. Se acercó a ella y le dijo: 

- ¡Mimi! ¿estás preparada?

- Sí, acabo de terminar
- dijo Mimi levantándose y cogiendo una chaqueta para meterla en su bolso- ¿Sora está lista?

- Sí, está en el salón- dijo Kari- estás guapísima, Mimi.

- Tú también, Kari- dijo Mimi sonriendo.

Ambas chicas salieron de la habitación y Sora ya estaba en la puerta esperando, ella iba con unos pantalones cortos de color negro y una camiseta blanca de tirantes, sencilla pero siempre con aquella belleza natural que no necesitaba de nada para aparecer, para envidia de Mimi.

Sora al verlas, les señaló la puerta con la mano y se dirigieron a ella sin decir ninguna palabra, Mimi se fijó en Sora y la notó mucho más espabilada que por la mañana, así que intuyó que no había fumado nada en todo el día y se alegró, pero no le dijo nada.

Ya en la calle, caminaron en dirección al lugar donde habían quedado con el resto, Mimi se dejó guiar por sus compañeras ya que ella no conocía esa zona pero no dejaba de fijarse en todo lo que iban pasando.

Al fin llegaron, pero aun no había llegado nadie, así que se sentaron a esperar en un banco que había allí, en frente de ellas había una discoteca muy grande donde entraba mucha gente en grupos muy grandes, pero debían de pasar el control de los porteros que cortaban el paso a cualquiera que no fuera adecuado para la entrada.

- ¿Vamos a entrar ahí?- preguntó Mimi señalándola.

- Sí- dijo Kari- se está muy bien ahí dentro.

- Sobre todo porque no dejan entrar a menores de edad- dijo Sora mientras se encendía un cigarro- me alegro, ver tanto niñato junto me saca de quicio…

Sora no llegó a terminar su frase, ya que de repente Kari dijo sonriente:

- ¡Mira allí vienen los chicos ya!

Las tres voltearon la vista a mirarles y pudieron distinguir a Izzy y a Tai que iban delante y detrás iba Matt con otra persona que no les alcanzaba a ver. Tai parecía haberlas visto y levantó su brazo en dirección a ellas saludando alegremente. Mimi volvió a sentir aquel extraño vacío como cada vez que lo veía aparecer, solo verle le recordaba aquel día y le hacía ponerse nerviosa e intranquila.

Los chicos llegaron allí corriendo y venían bastante sonrientes, Mimi pudo notar las caras de sorpresa de sus dos compañeras cuando vieron al otro chico que no conocía que saludaba tímidamente, era un chico guapísimo muy alto y delgado, tenía el pelo rubio brillante y sus ojos eran azules claros, en la cara se parecía un poco a Matt, así que supuso que se trataría de algún pariente suyo, pero lo que más llamaba la atención de él era su enorme y cálida sonrisa que aún lo hacía mucho más atractivo de lo que ya de por sí era…

- Bueno chicas, esta era la sorpresa- dijo Matt y volviéndose a Mimi le dijo- Mimi, éste es mi hermano pequeño Takaishi Takeru, acaba de venir de pasar un año en Francia con nuestros abuelos maternos. Ella es Tachikawa Mimi, la compañera de piso americana de Sora y Kari.

- Encantado de conocerte- dijo el joven sin borrar su sonrisa- puedes llamarme TK si te resulta más sencillo.

- Igualmente TK- dijo Mimi sonriéndole también.

- Bueno, ¿entramos ya?- preguntó Tai de repente cortando la conversación.

Todos se dirigieron a la puerta de la discoteca, Mimi iba entretenida con los dos hermanos que le estaban contando cosas sobre su vida y ella de repente se dio cuenta de algo y preguntó:

- Me acabo de acordar de algo, ¿tú no te apellidabas Ishida, Matt?

- Sí
- contestó él simplemente.

- ¿Entonces por qué tenéis apellidos diferentes?- preguntó ella confusa.

- Porque nuestros padres están divorciados y yo vivo con nuestra madre y Matt con nuestro padre- le explicó TK.

- ¡Oh vaya!- dijo ella.

- ¡Bah, no te preocupes, mujer!- dijo Matt riéndose- llevamos así mucho tiempo y estamos acostumbrados…

Mimi le sonrió aun sin comprender cómo podían tomarse algo así de una forma tan natural, pero pensó que sería porque había sido así desde que eran pequeños…

Ambos rubios empezaron a acordarse de cosas que solo ellos entendían y se reían de forma ruidosa, Mimi entonces se volteó a mirar donde estaban el resto del grupo, vio a Tai que iba junto con Izzy y Sora fumando, él había saludado a todas con normalidad y no le había hecho ningún trato especial, cualquier persona se hubiera sentido aliviada de que no se hubiera vuelto agobiante o intentase acosarla… pero en cambio ella se sentía desplazada y en el fondo de sí misma quería volver a hablar con él olvidando todo lo que había pasado… pero no podía…

De repente, se dio cuenta de un dato importante, ¿dónde estaba Kari? Se giró a ambos lados y no la veía por ninguna parte, al final la descubrió caminando detrás de ellos cabizbaja y metida en sus propios asuntos, no entendía qué le ocurría, hasta hacía un momento estaba encantada de salir y contentísima…

Pero no le pudo preguntar, ya que habían llegado a la puerta de la discoteca y le pedían documentación, tras dársela y ver que todos eran mayores de edad les permitió pasar, Mimi se apresuró a dejar sus cosas en algún lugar para ver que le ocurría a su compañera, pero de repente Sora fue hacia ella y le dijo:

- ¡Ven yanqui! Te voy a enseñar a beber.

- No Sora, de verdad, no me apetece- dijo Mimi intentando zafarse de su brazo.

- No digas tonterías- dijo Sora y tras enseñarle un billete añadió- nos invita Matt y hay que aprovecharse de él.

- Está bien- dijo Mimi- pero solo una.

Fue junto a Sora hacia la barra y ésta pidió algo que ella no pudo oír, cosa que hizo que Mimi se temiese lo peor, mientras les servían, echó una mirada buscando a Kari y la encontró hablando con su hermano, así que se quedó tranquila.

Sora le pasó una copa y la cogió de manera automática, contempló el contenido intentando averiguar qué sería lo que Sora habría pedido:

- Tranquila que no es matarratas- dijo Sora riéndose y acercando su vaso al de Mimi dijo- brindemos yanqui.

Ambas brindaron y tomaron su copa, Mimi la tomó de forma cautelosa y notó que aquel líquido no le abrasó la garganta tanto como la primera vez que bebió e incluso estaba bueno, bebió un poco más y dijo:

- ¡Qué bueno está!

- ¿Verdad que sí?
- dijo Sora.

Justo en ese momento los chicos fueron hacia ellas para también pedirse algo, notó que Kari ya no iba con ellos, así que le preguntó a Tai:

- ¿Dónde está Kari?

- Me dijo que iba al baño un momento
- dijo él sin darle mucha importancia.

- ¿No la has notado un poco decaída?- preguntó Mimi.

- ¿Decaída? Pues no sé, no me he dado cuenta, ¿por qué?- preguntó Tai confuso.

- No por nada- contestó Mimi- deben ser imaginaciones mías.

Pero sin embargo, el tiempo avanzaba y Kari no volvía, Mimi trató de distraerse riéndose de las anécdotas surrealistas de Matt y de las burlas de Tai y Matt hacia Izzy, pero estaba preocupada por Kari y no dejaba de mirar hacia la puerta del baño de cuando en cuando:

- Yo también estoy preocupado por Kari- la voz de Tai llegó a sus oídos haciéndola mirarle de repente.

- ¿Está tardando mucho no?- dijo ella intentando evitar su mirada.

- Bastante…- dijo Tai.

- Voy a ir a ver si se encuentra bien- dijo Mimi.

- De acuerdo, yo es que no puedo entrar, me matarían entre todas- dijo él con una ligera sonrisa que le hizo sonrojarse un poco.

Se alejó de allí y empujó la puerta del baño para adentrarse en él. La encontró enseguida, Kari se encontraba frente a los lavabos con los brazos apoyados en ellos con la mirada perdida en dirección al espejo, se acercó a ella preocupada y preguntó:

- ¡Kari! ¿Pero qué…?- entonces pudo verlo, Kari había estado llorando, lo notaba en sus ojos enrojecidos y en su estropeado maquillaje.

- Mimi…- dijo Kari simplemente.

- ¿Qué ocurre?- preguntó Mimi abrazándola- ¿Por qué lloras?

- ¿Por qué tuvo que volver?- dijo ella- ¿Por qué tuvo que volver a destrozarme la vida?

- ¿Volver? ¿Takeru?- preguntó Mimi creyendo ya entender algo.

Kari simplemente asintió y Mimi se sintió confusa:

- ¿Pero fuisteis novios? ¿Qué pasó?

- No… ojalá hubiera sido así…- dijo Kari volviendo a dejar su mirada perdida en otro punto.

- Pero…- comenzó Mimi pero Kari seguía hablando.

- Porque yo lo quería tanto… pero él me odia y desprecia… cree que soy una puta…

Mimi se quedó blanca ante tal declaración y entonces Kari rompió a llorar desconsoladamente sobre su hombro, sabía que ella la necesitaba y que aquel no era un buen lugar para hablar sobre ello, así que la separó de ella para poder mirarla a los ojos y le dijo:

- Kari… vamos a casa, allí estaremos más tranquilas.

- ¡No!- dijo Kari- tú te lo estás pasando bien… no quiero arruinarte la fiesta.

- No me importa- dijo Mimi- ahora tú eres más importante, vamos a decirle a tu hermano que nos vamos… él también está preocupado.

Kari entonces asintió y ambas salieron de allí. Se acercaron a donde habían colgado las cosas dispuestas a irse, pero Tai vino de repente y preguntó contrariado:

- ¿Qué ocurre?

- Kari está mala…- le mintió Mimi- dice que no se encuentra muy bien y no quiero que se vaya sola a casa.

- ¿Estás bien Kari?-le preguntó Tai a su hermana preocupado.

- Solo estoy un poco enferma- dijo Kari intentando sonreír- pásatelo bien, ni-chan.

- Yo voy con vosotras- dijo Tai buscando sus cosas.

- No hace falta- dijo Mimi, ya que sabía que Kari no quería que su hermano se enterara de lo que le ocurría- yo me puedo ocupar de todo sin problema.

- ¿Seguro?- preguntó Tai no muy seguro.

- Te lo aseguro- dijo Mimi- pásate mañana por casa para que te quedes tranquilo.

Tai parecía ceder y de repente se inclinó hacia Mimi y le dio un beso en la mejilla, tras ello le dijo:

- Muchas gracias por preocuparte por ella, Mimi. Mañana me pasaré por allí.

- Bien…- dijo Mimi sin saber qué más decir- ¡Adios!

Y por fin se alejaron de allí las dos dejando a los demás de fiesta, pero Mimi no se sabía que le ocurría, aún sentía el roce cálido de los labios del chico sobre su mejilla…

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