Posted by : Unknown
jueves, 22 de enero de 2015
Capitulo 3:Amistad
Los pequeños rayos de luz del sol, inundaron la ciudad de París, los hombres y mujeres se iban a trabajar, los niños y adolescentes a la escuela, y los jóvenes a las universidades.
Pero habían jóvenes que hacían la excepción, no muy lejos de un lugar céntrico de la ciudad, al fondo de un teatro abandonado y viejo, donde ya nadie iba ni visitaba, se encontraban escondidos un pequeño grupo de jóvenes que no pasaban de los 20 años, que por cuestión de dinero, no podían ir a la universidad, y mucho menos ir a su país. Anteriormente se había dicho que ellos fueron estafados por una beca de estudios.
Y allí estaban ellos: un chico que tenía el cabello negro largo y desordenado, tenía piercings en las cejas y nariz, al estilo punk-metal, se encontraba durmiendo profundamente en los asientos cómodos de primera fila, de cabello oscuro corto y también desordenado, estaba echado, durmiendo cerca al telón del escenario para calentarse, a su lado estaba una chica de cabellos azules, se encontraba abrazada a él, como si no quisiera separarse de él.
Y había otra chica, que ya se había levantado hace unos minutos, tenía el pelo rojo escarlata, miraba a través de la pequeña ventana de la gran puerta que sellaba el teatro para que nadie los encuentre.
Llevaba una expresión preocupada, su amigo no había llegado el día anterior.
Tenía miedo a que se encuentre arrestado, o que se encuentre en peligro.
"Natsu" pensó "Espero que estés bien."
Cerró los ojos resignada, si él seguía demorándose, tendría que buscarlo y traerlo de vuelta.
Volteó y se dirigió hacia donde estaba el chico que se encontraba dormido cerca al telón. Le dio una pequeña patada en el estómago.
- ¡Auch! – Se levantó el chico de golpe y miró molesto a la chica quien lo había golpeado – ¡Erza! ¿No ves que estoy durmiendo?
- Es hora de levantarse – Le dijo seriamente, miró a la chica que había estado durmiendo al lado del chico, se estaba sobando los ojos para quitarse la pereza del sueño – Juvia, despierta, y si quieres dormir acaramelada con Gray, deberían de dormir en los camerinos.
Juvia se sonrojó bastante, haciendo que toda su cara se vea roja – ¡N-no! ¡J-Juvia n-no lo hizo a p-propósito!
Gray, un poco sonrojado, carraspeó y le dijo a Erza: – No tenías por qué levantarnos así, a no ser que tengas algo importante que decirnos.
- Natsu no ha venido – Dijo Erza – Hace un día que no está aquí, pensaba que regresaría en la noche, pero nunca regresó… – Suspiró – Nunca le debiste de decir que robe semejante joya, grandísimo idiota – Dio un golpe a Gray en la cabeza.
- ¡Auch! – Dijo Gray sobándose la cabeza – ¡Pero por lo menos pégame más suave!
- Tengo miedo que la policía lo haya atrapado – Dijo Erza bajando la mirada – ¿Qué haremos?
- Juvia piensa que él está bien, Natsu es un chico listo – Dijo Juvia.
- Juvia tiene razón – Dijo Gray – No te preocupes, él no es tan idiota como crees.
Erza chasqueó los dientes – Más le vale venir temprano o si no sufrirá una tremenda paliza – Miró al otro chicho que seguía durmiendo en los asientos de la primera fila – ¡Oye Gajeel! ¡Levántate y mueve el trasero! ¡Hoy tenemos cosas que robar!
- ¡Ya deja de gritar como bruja que me quedaré sordo! – Dijo Gajeel levantándose de los asientos.
Erza se quedó en silencio pensando. En realidad, con las cosas que habían robado, habían alcanzado la mitad del dinero que necesitaban para que todos regresaran a Magnolia. Necesitarían más, pero tenía miedo a que a alguien le pase algo por robar cosas de mucho valor.
No quería que alguien vuelva a desaparecer como Natsu lo había hecho el día anterior, estaba segura de que él volvería, pero ahora tenía miedo de que él se encuentre en peligro.
No, no quería, ella como la mayor del grupo, y la líder, se encargaría de que no le pase nada a nadie. No importa si tomaría tiempo recaudar el dinero necesario para salir de allí, lo importante era que salgan, pero juntos, sanos y salvos.
- Chicos – Dijo llamando la atención de los 3 jóvenes – Escuchen, de aquí en adelante, cuando hayan cosas de mucho valor que robar, no las robaremos solos, las robaremos juntos.
Todos la miraron, asintieron y volvieron a prepararse para salir a robar unas cuantas cosillas.
Natsu despertó, se sobó los ojos para quitarse la pereza, miró hacia el techo. La elegante pintura barroca seguía allí arriba, los grandes candelabros del techo colgaban viejos y oxidados, miró hacia su izquierda, las pequeñas velitas se habían apagado. Volteó a su derecha y se asustó un poco al chocarse con la mirada de Lucy muy cerca de él.
- ¡L-Lucy! – Dijo Natsu sentándose de golpe – ¿Qué haces?
- Te miraba cuando dormías toda la noche – Dijo ella mirándolo inocentemente, luego sonrió – ¿Sabes? Haces mucho ruido roncando y pones una cara de bebé cuando te duermes, oh y te mueves mucho, aunque eso no me incomodaba.
Natsu se sonrojó. Nadie le había dicho eso, ya que siempre dormía solo.
- Eh…okey – Dijo mirando su reloj, eran las 9:30 de la mañana – ¡Rayos! ¡Es tarde! ¡Si no voy al teatro Erza me va a matar! – Se levantó, dirigiéndose a la pequeña puerta.
- ¡E-espera Natsu! – Dijo Lucy, haciendo que Natsu volteara a mirarla.
Natsu la miró con ternura, sabía lo que Lucy estaba pensando. Pero él no sería capaz de hacerlo.
- N-no quiero que me d-dejes – Dijo Lucy un poco sonrojada – No quiero que me abandones.
Natsu rió levemente, Lucy parecía una niñita cuando se sonrojaba. Se acercó lentamente hacia ella y le dijo: – No te preocupes Lucy, soy tu amigo y no te voy a dejar – Le sonrió – Vendré pronto, no me demoraré, traeré a algunos amigos.
Lucy lo miró preocupada – ¿Volverás? ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo – Le dijo Natsu abriendo la pequeña puerta para salir.
Una vez que salió, Lucy se quedó sola, como siempre lo había estado.
Suspiró. Se sentó en el suelo, dispuesta a esperar a Natsu.
Mientras tanto, Natsu se dirigía a paso rápido hacia el centro de la ciudad, donde se encontraba su "hogar", el viejo teatro central abandonado. Veía constantemente a todos los lados, como si fuera paranoico, tenía miedo a que la policía lo reconozca por la ropa que llevaba.
Hasta que sintió que alguien lo seguía. Asustado de que sea un oficial, aceleró el paso, casi corriendo, se metió a un callejón sin salida. "Mierda" pensó, volteó a mirar quién era la persona que lo estaba siguiendo.
La persona de su mismo tamaño vestía un gran abrigo, llevaba un sombrero, no se podía distinguir su cara, porque una bufanda color marrón tapaba la mitad de su rostro.
Aterrado, buscaba una salida con la mirada. Pensaba correr esquivando a esa persona. Intentaba tener una buena estrategia para no ser capturado.
Hasta que esa persona estalló a carcajadas, Natsu lo miró extraño.
- ¡Tienes que ver tu cara de idiota asustado! Jajaja – La persona se quitó el sombrero y la bufanda, Natsu sonrió al reconocer a su amigo.
- ¡Gray! – Dijo Natsu acercándose – ¡Idiota cabeza de hielo!
- ¡Cállate rosadito! – Dijo Gray sonriendo – ¿Dónde te metiste? Erza quiere matarte.
Natsu puso su cara de espanto, otra cosa terrorífica aparte de saber que es ahora un amigo de una fantasma, es saber que Erza quiere matarlo. Seguramente estaba furiosa.
- P-ues – Dijo Natsu un poco nervioso – Es una larga historia, tengo que contarles a todos ustedes – Lo miró serio.
- ¿Es algo bueno o malo? – Preguntó Gray
- No lo sé – Dijo Natsu mirando hacia el suelo, luego dirigió su mirada hacia Gray – ¿Tienes crédito en tu celular? El mío tiene la batería baja y no pude contactarme con ustedes. Lo siento si los preocupé.
Gray miró a Natsu – Da igual, estás bien, pero ¿Dónde pasaste la noche? Oh cierto… ¿lograste robar la joya?
- ¡Es de eso lo que quiero contarles a todos ustedes! – Dijo Natsu recordando a la linda e inocente Lucy – Y sí, robé la joya y me costó correr por casi media ciudad para que la policía no me capture – Sacó el collar lleno de diamantes de su bolsillo, enseñándole a Gray
Gray rió levemente, su amigo podría ser un idiota, pero era ágil y muy astuto para asuntos delincuentes.
- Bien hecho – Le dijo dándole una pequeña palmada en el hombro a Natsu – Y eso que quieres que todos veamos ¿Nos lo vas a enseñar hoy?
- Sep – Dijo Natsu guardando el collar en su bolsillo de su chaqueta – Llama a Erza y a los demás, diles que vayan a la vieja mansión Heartfilia, que queda cerca a los suburbios de la ciudad.
- Entendido – Dijo Gray sacando su celular, dispuesto a llamar a los demás, mientras seguía a Natsu, dirigiéndose hacia su destino.
- ¿¡En donde mierda estabas!? – Gritó Erza exaltada – ¡Me tenías preocupada como idiota!
- ¡Pe-p-per-perdón! – Dijo Natsu aterrado, estaba sorprendido que ni Lucy podía llegar a asustarlo como Erza lo hacía – ¡No fue mi intención esconderme tanto tiempo! ¡Es por eso que los traje hasta aquí para que me crean!
Erza suspiró por enésima vez. Todos estaban allí parados como idiotas frente a la gran vieja y tétrica mansión.
- Sea lo que sea Natsu – Le dijo la chica escarlata – No vuelvas a desaparecer así de la nada ¿sí? Nos tuviste preocupados a todos.
- ¡A mí no! – Dijo Gajeel
- ¡Tú cállate metalero compulsivo! – Dijo Natsu.
- En fin – Dijo Erza parando la pequeña discusión de ambos chicos – ¿Qué nos quieres enseñar Natsu? Aquí no hay nada ni nadie, este ambiente está muy triste y…tenebroso ¿no crees?
- Juvia tiene miedo – Dijo Juvia acercándose a Gray.
- Bien, síganme – Dijo Natsu caminando hacia la pequeña puerta trasera a la mansión – Espérenme aquí, ah y lo único que les pido es que cuando entren, por favor, no tengan miedo – Dijo entrando a la mansión, dejando a sus amigos afuera.
Una vez que Natsu estuvo solo en la gran mansión, comenzó a buscar a Lucy con la mirada.
- ¿Lucy? – Dijo mirando a los alrededores de la mansión – Lucy soy Natsu, ya llegué, ¿Dónde estás?
Natsu comenzó a caminar por los rincones de la elegante sala principal, mirando los cuadros. Voltea a ver a donde se había quedado a dormir, los pequeños candelabros seguían en el piso como él los había dejado.
Pero ¿dónde estaba Lucy?
- ¿Natsu?
Al escuchar su voz, él voltea a verla, ella estaba cerca a las grandes escaleras, seguía con su largo vestido, toda pálida y hermosa. Aunque un poquito demacrada por lo muerta, pero eso no importaba mucho.
- ¡Lucy! – Dijo Natsu corriendo hacia ella – Ya llegué.
Lucy sonrió, pero luego bajó la cabeza – Tenía miedo a que me hayas abandonado.
Natsu la miró seriamente – Eso nunca, yo soy tu amigo, y los amigos no se abandonan unos a otros.
Lucy alzó su mirada a verlo, él le dedicó una sonrisa. Ella sonrió también.
- ¡Oh cierto! – Dijo Natsu – Traje a mis amigos, quiero presentártelos, quiero que también sean tus amigos.
- ¿Tus amigos? – Dijo Lucy curiosa – ¿Podrán ser mis amigos también?
- ¡Claro! – Dijo Natsu – Solo no te asustes, ellos son un poco raros, pero no importa, te caerán bien, como ellos a ti. Estoy seguro – Se dirigió hacia la pequeña puerta para abrirla. Lucy siguió a Natsu y escuchó que él decía un "Hey tira de tontos, ya pueden pasar".
Fue entonces cuando vio que cuatro personas de aspectos y ropa muy extraña como la de Natsu entraban en la vieja mansión. Eran dos chicos y chicas.
Ella se asustó y fue a correr a esconderse detrás de Natsu para buscar refugio.
- Whoah – Dijo Gajeel – Esto está de locos, de seguro los dueños que este lugar se han debido de cagar en dinero.
- Oye no hables así – Dijo Natsu
- ¡Juvia piensa que este lugar ha debido de ser hermoso!
- Oh yeah – Dijo Gray mirando a los alrededores.
Erza palideció y con una cara de espanto, vio a Natsu.
- ¿Erza? – Dijo Gray – ¿Qué sucede?
Erza siguió mirando aterrorizada a Natsu, y alzó su mano, temblando, señalando a su amigo.
- N-Na-Nat-¡Natsu! – Dijo ella con los ojos bien abiertos – D-de-detrás t-t-tu-tu-tuyo.
Todos miraron detrás de Natsu y vieron a una mujer de blanco, pálida, demacrada, que los miraba atemorizada, escondiéndose detrás de este.
Todos pusieron una cara de espanto y palidecieron.
- ¿Eh? – Natsu volteó y sonrió – ¡Oh estabas aquí Lucy!
- ¡AAHHHHHHHHH! – Gray dio el grito más gay de su vida, cayéndose al piso debido a que sus piernas se flaquearon.
- ¡NATSU HAY UN FANTASMA DETRÁS DE TI! – Gritó Erza espantada.
- ¡Hey cálmense y escúchenme! – Dijo Natsu mientras intentaba calmar a todos.
- ¡CORRAN! – Gritó Gajeel dirigiéndose a la salida, pero Natsu se opuso, jalándolo fuertemente.
- ¡ESCÚCHENME TIRA DE IDIOTAS! – Gritó Natsu, haciendo que todos se callen y lo miren con temor. Natsu volteó a ver a Lucy, que no se había despegado de él, con esa mirada asustada y tímida.
- ¿Te encuentras bien? – Le dijo Natsu, él sabía que a Lucy no le gustaba que la gente se espantara de ella.
- U-un poco – Susurró Lucy.
Natsu volteó y dirigió una mirada molesta a sus amigos – Bien, les dije que no se asustaran, pero lo hicieron – Suspiró – Cuando intentaba escaparme de los policías, encontré esta mansión, me infiltré aquí para esconderme, como vi que esta mansión era grande y tenía cosas de valor, intenté robar unas cuantas, pero Lucy me lo impidió, al principio me asusté un poco, pero la fui conociendo y descubrí que no es una mala chica – Volteó y sonrió a Lucy, ella también le sonrió – Ella es un fantasma de la hija de los dueños de esta gran mansión, chicos, les presento a mi amiga, a la Señorita Lucy Heartfilia.
Todos se quedaron mirando a Lucy, ella los miraba tímidamente, de una manera muy curiosa y un poco miedosa.
Juvia miró a Lucy, ella había sido la que no se había asustado tanto, le pareció aterradora la presencia de Lucy, pero un poco de su temor se fue cuando Natsu les explicó a todos que ella no era mala.
Y en efecto, Lucy se seguía escondiendo detrás de Natsu, con una mirada un poco nerviosa e inofensiva.
¿Pero por qué se asustaba Lucy? Si de todas maneras estaba muerta.
Juvia se acordó cuando era pequeña, siempre había espantado a la gente por ser rara y muy callada, a pesar de ser una chica que no hacía daño a nadie.
Tal vez Lucy se asustaba por que todos se espantaban cuando la veían, como muchas personas la veían a ella cuando era pequeña.
"Juvia es mala, siempre trae mala suerte con esa mirada espantosa"
"P-pero Juvia sólo quiere ser tu amiga"
Recordar esos tiempos dolorosos del pasado, ahora ya no valía la pena ahora. Estaba muy agradecida con ser amiga de personas que sí la aceptaban tal y como ella era. Sonrió, tal vez pueda ser amiga de alguien que había sido como ella.
Así que se acercó amistosamente, vio que Lucy se escondía cada vez más detrás de Natsu, como si fuera una pequeña niña tímida.
- Hola – Dijo Juvia sonriendo – Juvia está muy encantada de conocerte – Lucy la miró sorprendida y se alejó un poco de Natsu, acercándose a Juvia – Y Juvia quiere ser la amiga de Lucy.
Lucy miró a Juvia y luego miró a Natsu, él le sonrió y le susurró un: "Está bien Lucy."
Ella sonrió y se dirigió a Juvia – Mucho gusto en conocerle Juvia.
- Ehh… Lucy, cuando tienes amigos significa que no tienes que hablarles de "usted" – Dijo Natsu haciéndole recordar lo que él ya le había dicho el día anterior.
- ¡Oh es cierto! – Dijo Lucy un poco avergonzada – L-lo siento J-Juvia, n-no quise incomodarte.
Juvia sonrió – Juvia piensa que Lucy es una chica muy tierna.
Erza estaba sorprendida. Vio que Lucy no era un "espíritu malo" como lo había escuchado de todas las personas a quienes ella escuchaba siempre.
Y se sorprendió más cuando Juvia se le acercó sin tener miedo. ¡Y sobre todo al saber que Natsu era su amigo!
Tal vez no todos los espíritus no son tan malos. Tal vez sí habían los buenos.
Y algo en su interior decía que Lucy era uno de ellos, de los espíritus buenos que estaban en extinción.
Miró a Gray y Gajeel que no salían de su trance. Respiró unas tres veces, intentando salir de su trance y de su miedo. De todas maneras, a un ser humano común y corriente siempre le va a asustar un ser del más allá.
Se dirigió hacia sus dos amigos miedosos que seguían con los ojos abiertos.
- Gray, levántate – Le tendió la mano para que su amigo se apoye en ella y se pueda levantar – Gajeel, ¿vamos a saludar a Lucy? No parece un alma mala.
Sus amigos la miraron raro.
- ¿¡Estás loca!? – Le dijo Gray - ¡Mírala! ¡Está blanca como su vestido! ¡Su aspecto es terrorífico! ¿Quién sabe si nos puede engañar y nos envía al más allá?
Gajeel miró a Lucy, que se encontraba conversando amenamente con Juvia y Natsu. Tal vez Erza tendría razón.
- Se parece a una coneja – Dijo Gajeel riendo levemente – Toda blanca. Genial, creo que iré a conocerla. Conocer a una muerta sería de locos ¿no?
- ¿Qué? ¡Gajeel! – Protestó Gray.
- ¡No seas marica! – Le dijo el metalero caminando junto a Erza hacia donde se encontraba Lucy.
Gray gruñó, no quería quedarse atrás. Le daba pánico mirar a un muerto. Cuando era pequeño, su hermana solía contarle muchas historias sobre fantasmas, y algunas veces lo asustaba mientras dormía.
"Terrorífico" pensó él.
Bufó y se dirigió hacia donde estaban sus amigos, tenía que afrontar su miedo como sea.
- ¡Hey Gray! ¡Lucy es tan tierna! ¡Conócela! – Dijo Erza
Gray tembló un poco cuando vio a Lucy, ella lo miraba con sus grandes ojos achocolatados.
- Ehh…hola, soy Gray, gusto en conocerte Lucy – Le dijo tratando de sonar lo más "normal".
- E-el gusto es m-mío.
- ¿Lo ves? – Dijo Erza – ¡Es tan tímida y tierna!
Gray se quedó sorprendido, cuando Lucy le habló no sintió miedo. Se sintió estúpido por espantarse ante una chica tan tierna.
- No te preocupes Lucy – Le dijo Natsu – Gray es un tarado y no sabe comportarse con las señoritas. Le daré su paliza luego.
- ¿¡Qué dijiste cabeza rosada!? – Dijo Gray correteando a Natsu por todo el gran salón principal, haciendo que todos se rían.
Lucy sonrió. Ahora ya no se sentía sola, ya no sentía que el ambiente de su empolvado y viejo hogar era lúgubre, triste y tenebroso.
Sentía que el ambiente ahora, era tan cálido, tan afectuoso, tan genial.
Ese día se dio cuenta que, gracias a Natsu, tenía a personas que ya no se asustaban de ella. Tenía amigos, tenía a personas que no la iban a dejar estar sola.
- Natsu – Le dijo Lucy mientras los demás estaban mirando el lugar.
- Dime Lucy – Dijo el mirándola.
- Gracias.
Natsu la miró raro – ¿Eh? ¿Y por qué?
Ella le dedicó una dulce mirada inocente – Por no abandonarme, por ser mi amigo, y por hacer que yo tenga más amigos.
Él la miró y sonrió – No hay de qué Lucy.