Posted by : Unknown
miércoles, 28 de enero de 2015
Capitulo 5: Resaca y Lamentos
Los rayos de sol penetraban a través de la ventana con la intensidad propia del mediodía, Mimi abrió sus ojos con esfuerzo, notando cómo le abrasaban las cuencas de los ojos cada vez que intentaba parpadear ligeramente.
Se incorporó a duras penas en la cama, se sentía realmente enferma, el estómago le dolía como si hubiera tomado un veneno y la cabeza aun le daba vueltas por la borrachera que no terminaba de marcharse. Su boca sabía a cenicero y sentía mucha sed.
"Así que así se siente una persona tras una noche de fiesta" pensaba ella mientras se reñía mentalmente a sí misma por haberse dejado llevar de esa manera por sus compañeras de piso. "Nunca más volveré a beber en mi vida…"
De repente, notó a alguien a su lado que se removía en sueños, Mimi se estremeció por un momento, no se acordaba de nada de lo que había ocurrido desde que Kari había decidido que se fueran a casa del vecino y no sabía que había hecho. Se dio la vuelta para descubrir quién se encontraba a su lado y para su alivio descubrió los cortos cabellos castaños de Kari.
La contempló dormir profundamente y trató de recordar cómo había llegado a su habitación y en qué momento había logrado ponerse el pijama y se había acostado, y otra pregunta importante, que era cómo Kari había llegado a su habitación…
Kari de repente se sacudió ligeramente y abrió sus ojos claros, un poco confusa, pero al encontrar su mirada con la de Mimi sonrió y dijo:
- ¡Buenos días! ¿Qué tal te sientes?
- Hola…- dijo Mimi confundida- pues un poco mal… ¿qué pasó ayer?
- Bueno…- dijo Kari esforzándose por recordar cada detalle de la noche anterior- estuvimos en casa de Ken de fiesta, pero tú te pusiste bastante enferma y no podías moverte sola así que te llevamos a casa entre mi hermano y yo. Te echamos en la cama y fuiste a vomitar dos veces, luego ya te dormiste y vinieron los demás…
- Uff- resopló Mimi resignada a no recordar nada de la noche- no me acuerdo de nada… ¿Y cómo es que tú estás aquí?
- Tai y Matt se quedaron a dormir en mi habitación al final y como Sora vino acompañada por un tío me vine a dormir contigo… Espero que no te molestase.
- No, para nada- dijo Mimi- gracias por acompañarme… Espero no haber hecho nada irreparable porque no me acuerdo de nada.
Pero vio de repente que el gesto de Kari se torcía ligeramente como si no supiera que decirle que no pasó desapercibido por Mimi que preguntó asustada:
- ¿Hice algo?
- Bueno…- comenzó Kari pero de repente se oyó desde el salón la inconfundible voz de Sora que la llamaba salvándola del aprieto- ahora vengo, Sora me llama.
- ¡No! Kari cuéntame qué paso- dijo Mimi levantándose de la cama y siguiéndola.
Llegó al salón detrás de Kari y allí se encontró con Sora sentada en el sofá, pero no estaba sola, junto a ella se encontraba un chico mayor que ella que no conocía de nada lleno de tatuajes y piercings, ambos miraron a las recién llegadas con curiosidad.
Entonces Mimi se dio cuenta de que las dos se encontraban en pijama delante de un desconocido y se quedó parada en la puerta muerta de vergüenza, lo que provocó que los allí presentes se empezaran a reír y Sora dijo:
- ¡Ven aquí, yanqui! Que no te dé vergüenza, todos aquí somos familia.
Mimi entonces se acercó al salón resignada y se sentó en una silla junto a Kari. Sora y el chico estaban juntos en el sofá y éste tenía pasado su brazo por los hombros de Sora. Entonces Mimi no pudo aguantar más y preguntó:
- Sora… ¿no nos presentas a tu amigo?
- Yanqui, él es Yuu, Yuu esta es nuestra yanqui- dijo Sora tranquilamente.
- En realidad me llamo Mimi- dijo la aludida molesta por esa presentación.
- Ya lo sé- dijo el chico con una risa burlona- eras la chica que estaba borracha… Menuda noche, ¿verdad?
- ¿Qué ha querido decir?- dijo Mimi mirando ceñuda a Sora y Kari alternativamente.
Ellas se miraron y se echaron a reír, Kari entonces dijo:
- No sé si querrás saberlo… Te vas a enfadar bastante.
- Ya estoy enfadada- contestó Mimi muy enfadada- así que me lo vais a contar ahora mismo.
- ¿Contar el qué?- de repente Matt había aparecido por la puerta bostezando de forma exagerada.
- Mimi quiere que le contemos lo que pasó anoche- dijo Kari.
- ¿Anoche?- dijo él riéndose- menuda noche Mimi, no imaginaba que supieras divertirte tanto…
- ¿Alguien me quiere explicar qué pasó ayer?- gritó la joven ya fuera de sí- estoy harta de escucharos reíros de mí, ¡quiero saberlo ya!
- ¿Qué parte?- dijo Matt sin dejar de reírse- ¿Cuándo empezaste a vomitar nada más acabar la copa en casa de Ken o cuándo te liaste con Tai en el suelo de su salón?
Tras oír aquello, el rostro de Mimi se contrajo en una mueca de desagradable sorpresa y dijo gritando:
- ¿Qué hice qué?
- Pues eso- continuó Matt hablando como si nada- primero que liaste con Tai y después de un rato te acabaste la copa que tenías y vomitaste… Una noche completa ¿no?
- No me lo puedo creer…- dijo Mimi, pero no pudo terminar la frase ya que una oleada de nauseas la volvió a asaltar y se marchó corriendo al baño, chocando con Tai en el camino que acababa de aparecer por la puerta.
Éste se quedó parado mirándola alejarse confuso, luego miró a sus amigos y preguntó:
- ¿Qué le pasa?
- Nada, solo que el nombrarte le producen arcadas- dijo Matt con las manos en la nuca.
Tai simplemente le tiró una toalla que llevaba al hombro a la cara y preguntó a su hermana:
- ¿Qué hay para desayunar?
- No sé… coge lo que quieras- dijo ella sentándose al lado de Matt- pero no te pases comiendo porque luego no me queda nada a mí…
Él desapareció por la puerta de la cocina y al rato volvió con una bolsa de magdalenas en una mano y con otra en la boca aun masticándola. Se sentó al lado de su amigo y ambos comenzaron a comerse la bolsa entre los dos. Kari los miraba divertida:
- ¡Hombres! Si es que no paráis de comer a todas horas…
Justo en ese momento, apareció Mimi por la puerta, miró a todos los allí presentes hasta que cruzó su mirada con la de Tai que la recibió con otra magdalena en la boca. Ella sin darle tiempo a tragarla lo tomó del brazo con brusquedad y lo hizo levantarse con una frase:
- Tengo que hablar contigo.
Lo arrastró hasta el pasillo, pero él se dejaba llevar obedientemente. Se puso frente a él muy seria, pero él no lo vio de esa manera y dijo:
- ¿Qué tal te encuentras? Ayer estabas tan enferma…
- Estoy bien, gracias- dijo ella cruzándose de brazos.
- Me alegro- dijo él sonriendo de forma atractiva y se inclinó para besarla.
Pero ella no le dejó. Puso se brazo entre los dos y comenzó a hablar:
- ¿Por qué me besaste?
Esa pregunta le dejó completamente confundido y preguntó:
- ¿Cómo que por qué te besé?
- La pregunta es fácil- dijo Mimi cada vez más enfadada- ¿Por qué me besaste ayer?
- ¿Qué clase de pregunta es esa?- preguntó él desconcertado- pues yo que sé, porque surgió, tú me dijiste que te gustaba físicamente, yo te dije lo mismo y solo nos besamos, tampoco es para tanto… luego te pusiste enferma y te tuvimos que traer a casa.
- ¿Cómo que no es para tanto?- dijo ella escandalizada- tengo novio en Estados Unidos y le quiero…
- Pues entonces haberlo pensado en lugar de haberme correspondido- dijo él empezando a sentirse molesto- porque pudiste haberme apartado, pero en lugar de ello me correspondiste, no es culpa mía solo… además, no pasa nada, solo fue un rollo pasajero sin más, no tienes por qué ponerte así y tu novio no tiene que enterarse de nada.
Ella se quedó callada, sabía que él tenía razón pero no quiso decírselo, estaba demasiado enfadada como para intentar pensar en frío, pero más que enfadada con él estaba enfadada consigo misma… Así que dijo:
- Tengo que irme a clase- tras decir eso, se alejó de él y cerró la puerta de su habitación tras de ella.
Tai solo suspiró con cansancio, de repente se oyó una voz detrás de él:
- ¿Problemillas con tu novia americana?- era Kari que observaba a su hermano apoyada en la puerta.
- ¿Por qué nadie me dijo que tenía novio?- dijo él molesto.
- ¿Acaso te gusta?- preguntó ella arqueando las cejas.
- No es eso- dijo él rotundamente.
En ese momento, se oyó el timbre de la casa sacándoles de la conversación, al rato oyeron a Matt gritar:
- ¡Oh! Si es mi pequeño ordenador con patas, ¡ven y dame un abrazo!
Los hermanos se echaron a reír al oírlo y fueron a saludar con Izzy. Acababa de entrar el joven por la puerta, parecía cansado pero mucho más espabilado que sus amigos, ya que él había sido el único que había decidido marcharse a su casa y volver al día siguiente a buscar su portátil y a sus dos amigos borrachos.
- ¿Qué tal habéis dormido?- preguntó Izzy.
- Mal- dijo Matt poniendo cara triste- ¡tú no estabas conmigo!
- ¡Oh, vaya!- dijo Sora rodando los ojos- olvidábamos vuestro rollo homosexual…
- Anda, ¡vámonos!- dijo Izzy pasando de todo lo que decían- ¡Matt! Traje tu coche y nos vamos ahora, que quiero ir a clase.
- ¿Mi coche?- preguntó Matt- ¿Desde cuándo tienes permiso para coger mi coche?
- Sí, vámonos ya- dijo Tai haciendo que todos ignoraran la pregunta de Matt- ¡mañana volveremos!
- ¡Eso!- dijo Sora que seguía sentada junto a su ligue y ambos se reían- tienes que venir a buscar a tu yanqui…
Tai simplemente no contestó, en lugar de ello se apresuró a salir de la casa empujando a sus dos amigos en el intento de escapada, pero Izzy fue a buscar su portátil y Matt empezó a recoger las cosas que se había dejado en el salón, así que no le quedó otra opción de irse él solo a esperarles al coche. Una vez que desapareció por la puerta, Matt comenzó a susurrar:
- ¡Oye! Se ve que la cosa no terminó bien al final…
- La verdad es que no- dijo Kari negando con la cabeza- los seguí hasta el pasillo y les oí discutir algo sobre el novio de Mimi y quién tenía la culpa o algo así… luego mi hermano me dijo que no sabía que tuviera novio y parecía bastante enfadado.
- De seguro que le atrae más de lo que él querría- dijo Sora encendiendo un cigarro- nunca le había importado si sus ligues tuvieran o no novio…
- Ya, pero ellas nunca le habían dicho al día siguiente que pasara de ellas…- dijo Matt mientras se ponía su chupa de cuero- no creo que le haya sentado muy bien el rechazo… ¡Izzy! ¿Por qué no le vamos a putear un rato?
- ¡Qué cabrón, Matt!- dijo Izzy guardando su portátil en la bolsa- no entiendo dónde está la gracia de machacar a una persona que acaba de ser rechazada…
- Tú no lo entiendes porque no eres humano- dijo Matt simplemente- bueno nosotros nos vamos, nos vemos ya mañana… -se volvió a su amigo y añadió- vámonos antes de que Tai se cargue mi coche de lo rechazado que se siente… juju ¡cómo me voy a divertir!
Ambos cerraron la puerta tras de sí y tras unos segundos que se les oía discutir llegó el ascensor y se marcharon.
De repente, el lío de Sora se levantó del sofá y le dijo:
- Bueno Sora, creo que me voy a ir ya, mis cosas se han quedado en el piso de Ken y espero que ya esté despierto.
- De acuerdo- dijo ella levantándose también y tras darle un largo beso añadió- ¡Ya hablaremos!
- Seguro- dijo él aunque sus ojos no decían lo mismo, se volteó a Kari y se despidió de ella también- encantado de conocerte Hikari.
- Igualmente- dijo ella y se fue a la cocina.
Sora lo acompañó hasta la puerta y tras cerrar la puerta, Kari asomó la cabeza en dirección a su compañera y ambas se echaron a reír:
- ¿Qué se creerá?- decía Sora entre risas- ¿qué le llamaré y me pondré a rogarle como una adolescente patética?
- A leguas se le veía la cara de "no pienso volver a saber nada de ti"- dijo Kari- ¡Qué imbécil! No somos tan tontas como para creernos algo así…
Mientras, Mimi seguía en su habitación, había oído a los chicos marcharse y también al ligue de Sora, pero aun así no se atrevía a salir de allí, no quería enfrentarse a sus compañeras ni a sus burlas ni a sus reproches.
Había estado mirando su ropa en el armario sin decidirse por nada qué ponerse, su cabeza no estaba en la ropa ya que no dejaba de esforzarse por recordar algo de lo que ocurrió en aquella maldita noche. Solo le venían a la mente imágenes difusas y mezcladas que no lograba poner en orden, lo único que aun pervivía en ella como testigo de aquella noche eran los destrozo de su maquillaje y peinado y el olor a tabaco de su pelo…
Por fin se decidió por algo que ponerse y lo tiró con brusquedad contra la cama, consultó su reloj, eran las 12 y media de la mañana y ya se había perdido la mayor parte de las clases… Se maldijo una vez más por ser tan influenciable y le vino a la mente Taichi… no recordaba nada sobre aquel desliz que todos sabían, pero se sentía extraña, a pesar de no acordarse de ello sentía que había ocurrido y el sabor de su boca aún perduraba en la suya… y no le disgustaba para nada…
Sacudió la cabeza ligeramente apartando aquel pensamiento de su cabeza y obligó a su cerebro a recordar a Michael, el pelo rubio de Michael, los ojos claros de Michael, la sonrisa de Michael…
Suspiró aliviada y se recordó a sí misma hablar con él esa misma noche a través de Skype, pero no le contaría nada sobre lo ocurrido la noche anterior, fue algo que sucedió sin que ella se diese cuenta y no quería estropear lo que tenía con su chico por una tontería así…
Se dirigió al baño con la ropa que pensaba ponerse en el brazo, oyó a sus compañeras reírse en el salón y se alegró de que no se hubieran enterado de que había salido de la habitación.
Se metió de lleno en la ducha y al sentir las cálidas gotas de agua sobre su piel se sintió tranquila por primera vez desde que se había levantado y había descubierto la terrible realidad, no dejaba de pensar en ello y todas sus cavilaciones siempre llegaban a la misma conclusión: la culpa de que todo eso hubiera pasado era solo suya y no de Tai o de sus compañeras, si no hubiera decidido ponerse a beber como una loca no se hubiera emborrachado y hubiera podido llevar la situación a su manera… en ese momento se prometió a sí misma no volver a beber alcohol en su vida…
Al fin salió de la ducha, se vistió y ya por fin decidió hacer algo con su pelo y su cara, se contempló en el espejo con resignación al verse demacrada y ojerosa y empezó a sacar todo su arsenal de maquillaje.
Contempló con alegría cómo sus ojeras desaparecían bajo su mano y sus ojos hundidos volvían a adquirir el brillo que habían perdido tras una noche sin dormir. Se miró durante un segundo por fin arreglada y sonrió, el día había empezado mal pero a partir de ese momento todo empezaría a ir bien.
Salió de su habitación dispuesta a enfrentarse a quien estuviese en el salón o en cualquier parte de su camino, pero para su sorpresa allí no había nadie. El salón seguía tal cual lo habían dejado la noche anterior aun con las botellas en la mesa y las cajas vacías de pizzas en el suelo, pero allí no había ni rastro de ningún alma viviente.
Caminó por el salón en busca de alguna señal de sus compañeras llamándolas cuando de repente se encontró con una nota pegada en la pantalla de la televisión. Mimi la tomó y pudo distinguir la desordenada caligrafía de Sora que se dirigía a ella únicamente, en ella rezaba:
"Yanqui, Kari y yo nos hemos marchado a comprar comid, tabaco y unas cuantas cervezas porque ya no quedan, cómo imaginamos que serás tan tonta que iras a clase, nos vemos en la noche… No te sientas mal por haber rechazado a Tai, se lo merece por capullo y Kari opina lo mismo que yo… Nos vemos en la noche… No te pierdas. Tus queridas compañeras."
Tras leer aquella nota, Mimi empezó a reírse a carcajadas, sus compañeras no cambiarían nunca, seguían sin importarles nada de lo que hiciera con su vida privada y en el fondo se alegraba de que no tomaran en cuenta el hecho de haberse liado con su mejor amigo y hermano teniendo novio y luego lo hubiera rechazado, así no tendría que dar explicaciones a nadie… más que a sí misma.
Sí, se sentía mal por haberle hecho al chico, ya que él no sabía nada de su novio y ella encima había sido muy desagradable con él… sabía que tendría que arreglarlo de alguna manera, pero no sabía cómo…
De repente su móvil comenzó a sonar en alguna parte del salón, maldijo su mala suerte al no recordar donde lo había dejado y se puso a buscarlo de forma frenética desordenando más la habitación más de lo que ya estaba hasta que por fin dio con él detrás de un cojín del sofá, miró la pantalla y vio que era Yolei, rápidamente descolgó el teléfono y dijo:
- ¡Hola Yolei!
- ¿Mimi?- se oyó la voz de Yolei al otro lado del teléfono que parecía un poco alterada- ¿Dónde te has metido?
- Estoy aún en casa, me acabo de levantar- contestó Mimi masajeándose la cabeza en un intento de calmar el dolor de cabeza que sentía- es que menuda noche, ya te contaré…
- Tienes que venir enseguida a clase, Mimi- la interrumpió Yolei- en la siguiente clase tenemos que exponer el trabajo… ¿no te acordabas?
Mimi empezó a hacer memoria y de repente cayó en la cuenta y se le encogió el estómago, tenía una exposición de Historia de la literatura japonesa en una hora que es esencial para la nota final y se le había olvidado por completo:
- ¡Dios! Soy estúpida… Voy para allá, no te preocupes que en media hora estoy allí con toda mi parte
- Vale te esperamos aquí- dijo Yolei ya más tranquila- hasta ahora.
- Hasta ahora- dijo Mimi antes de colgar.
Entonces se apresuró a tomar su carpeta con todo lo que necesitaba para el trabajo a la vez que cogía su bolso y sacaba las llaves para abrir la puerta, en menos de un cinco minutos ya había abierto la puerta de la casa y la cerró asegurándose de dejarla bien cerrada antes de abalanzarse al ascensor para irse lo más rápido posible y no llegar tarde.