Posted by : Unknown miércoles, 28 de enero de 2015






Capitulo 4: Noche de desfase

Cuando Mimi salió de su habitación ya preparada se encontró con que los allí reunidos habían llenado la mesa del salón de cajas de pizzas y ya estaban sentados alrededor de ella devorando la comida con la mirada.

La joven entró en la sala y todos se volvieron hacia ella para mirarla, se sintió fuera de lugar al haber elegido para la ocasión un vestido rosa pálido por las rodillas y con un escote palabra de honor y unos zapatos de tacón fino del mismo color muy bonitos, pero al ver que los demás iban con vaqueros y camisetas de calle, se sintió ridícula y dispuesta a cambiarse de ropa cuando de repente dijo Kari:

- ¡Estás guapísima Mimi! Yo después de cenar me cambiaré, pensaba también ponerme un vestido, menos mal que tú también vas arreglada ya tenía miedo de parecer la única…

- Menos mal- dijo Mimi aliviada.

Los chicos no habían aun apartado su vista de ella y Sora se percató de ello, así que sacó a relucir su característico sarcasmo:

- Tierra llamando a babosos… a ver que es una mujer, ¿nunca habéis visto una?

- En esta casa no- dijo Tai como si tal cosa recibiendo una colleja en la nuca por parte de su hermana a lo cual contestó- ¿Qué? ¡Es verdad!

- Sin palabras me has dejado- dijo Sora con sarcasmo ante las carcajadas de sus amigos, incluso Mimi dejó escapar una débil sonrisa.

- ¡No te quedes ahí parada Mimi!- dijo Kari desde el sofá- Ven y siéntate a mi lado.

Mimi se apresuró a obedecer y tomó asiento entre sus dos compañeras, sintiéndose más protegida entre ellas dos y tomó un trozo de pizza entre las manos dispuesta a comerlo.

Comieron animadamente las porciones de pizzas mientras bromeaban y contaban anécdotas, Mimi entonces supo más sobre los tres amigos de sus compañeras, Izzy tenía 20 años como ella y estudiaba Ingeniería Informática, era el primero de su clase y solían sacar unas notas magníficas llegando a tener varias Matrículas de Honor, sus padres murieron cuando era un bebé y fue adoptado por unos parientes lejanos de su padre biológico a los que consideraba sus padres de verdad.

- ¡Vaya no sabía nada!- dijo Mimi sin saber que más decir.

- No te preocupes- dijo él tranquilamente- nunca los conocí y al final he acabado por ver las cosas de manera más objetiva.

- No recuerdo ninguna vez que tú no hayas pensado con objetividad…- dijo Matt poniendo los ojos en blanco- tú eres como un ordenador…

- No soy como un ordenador- dijo Izzy sin entender la gracia.

Todos se echaron a reír por la ingenuidad del joven que seguía mirándoles sin entender nada, Tai entonces dijo:

- Izzy nunca entiende las gracias ni los sarcasmos, si lo que decimos… es un ordenador ambulante…

Entonces, cambiando el tema de conversación sobre Izzy, Matt comenzó a hablar sobre su vida, era un año mayor que ella y estudiaba Física, era muy inteligente pero no le interesaba nada más que su grupo de rock juvenil y su guitarra eléctrica. Mencionó que no tenía novia, solo "buenas amigas" y tras decir ello echó una fugaz mirada a Kari sin que su hermano mayor se percatara de ello y ella se la devolvió con una pequeña sonrisa.

Mimi miró a Tai de reojo, él simplemente se reía del comentario de su amigo rubio sin darse cuenta de que se refería a su hermana pequeña, seguramente sí se diese cuenta allí correría la sangre, así que decidió distraerle preguntándole:

- ¿Y tú Tai? ¿Qué hay de ti?

Él desvió su mirada de su amigo para centrarse en Mimi y sonrió de manera encantadora antes de decir:

- Nuestra relación está mejorando mucho, ¿no, mi amor? Ahora quieres saber más cosas de tu sexy novio japonés.

Ella solo sonrió con la gracia ya más acostumbrada a las salidas de todas esas personas y él comenzó a relatar a grandes rasgos su vida, tenía 21 años como Sora y Matt y estudiaba Derecho, pero no le gustaba nada porque su padre le había obligado a ingresar en ello y ni siquiera se molestaba en asistir a clase, cosa que escandalizó a su hermana:

- ¿Cómo que no vas a clase?

- No- dijo él como si no le importase.

- ¿Entonces era por eso por lo que os reíais vosotros, par de imbéciles?- preguntó Kari lanzándoles su servilleta hecha un ovillo a sus amigos.

- Sabes que paso de esa carrera, Kari- dijo él sin sentirse culpable ni nada por el estilo.

- Pues entonces déjala, ¿no?- dijo Kari- ¡Qué manera de perder el tiempo!

- ¡Qué graciosa!- dijo él- no es lo mismo dejar la residencia que dejar la carrera, nuestro padre se entera antes…

- ¿Y qué piensas hacer?- preguntó Kari.

- Dejar que pague la carrera hasta que me haga mayor y vea que no he hecho nada… él se lo ha buscado- finalizó su hermano mayor llevándose las manos a la nuca.

Se quedó la sala en silencio tras aquella discusión entre los Yagami y no sabían de qué hablar. Mimi notó el ambiente tenso que se había creado en torno y se dio cuenta de que ese era un tema delicado de los dos hermanos, de repente Sora saltó de repente cortando el ambiente:

- ¡Empecemos a beber!- tras ello, cogió los dos cartones de pizza ya vacíos y los arrojó al suelo para el disgusto de Mimi al ver tanto desorden y suciedad.

Matt tomó las tres bolsas que Tai había traído y sacó de ellas tres botellas de sake y luego otras tres de whisky que colocó encima de la mesa ante la mirada estupefacta de Mimi y dijo:

- ¿Vais a beber todo eso?

- - dijo Sora que acababa de entrar de nuevo al salón con un montón de vasos de distintos tamaños y tras poner uno en la mesa frente a Mimi añadió- Y tú la primera.

Mimi entonces se apresuró a decir:

- ¡Ah no! Yo no bebo… nunca bebo.

- Pues mira, la mejor manera de conocer un país…- dijo Matt mientras cogía el vaso para chupitos que Sora había dejado para Mimi y lo llenaba de sakees bebiendo su alcohol.

- ¡Venga yanqui!- dijo Sora sentándose a su lado- demuestra la fuerza americana y bébetelo de un trago.

Mimi contempló el vaso ya delante de ella como si fuera un veneno letal que la mataría con solo tocarlo. No quería beber, nunca le había visto la gracia a sentirse embriagada y hacer tonterías por la calle haciendo el ridículo… pero todos allí la estaban mirando expectantes y le pareció mal rechazarles la invitación, así que cogió el vaso y lo tragó sin más miramientos.

De repente, sintió el ardor característico del fuerte alcohol pasando a través de su garganta y notó como que el aire dejaba de pasar ante el escozor en la garganta y le producía una violenta tos, produciendo una sonora carcajada a los demás.

- ¡Los yanquis no saben beber verdadero alcohol!- dijo Sora a duras penas mientras intentaba dejar de reírse.

- Te acostumbrarás, seguro- dijo Tai mientras se servía él mismo whisky en una copa.

Mimi sintió el orgullo herido al ver que no creían que fuera capaz de beber como ellos así que cogió el mismo vaso y dijo a Matt que aun tenía el sake en la mano:

- Échame otro más.

Matt la miró sorprendido y sonrió diciendo:

- Dicho y hecho, señorita.

Le volvió a llenar el vaso hasta casi derramarlo y Mimi volvió a tomarlo de un trago para no tener que soportar aquel ardor por mucho tiempo y volvió a dejar con fuerza el vaso.

La noche avanzaba de forma animada y el alcohol ya empezaba a dejar los primeros síntomas de su presencia, sobre todo en Mimi. Ella no solía beber nunca cuando estaba en Nueva York y allí entre unos motivos u otros no dejaba de beber chupitos sin parar.

Se sentía bastante mareada y le costaba hablar con claridad, notó el impulso de hablar por los codos y contar a todos miles de cosas, ya no se sentía incomoda, sino al contrario, como si aquellas personas fueran sus amigos de toda la vida…

- Y bueno… mi profesora de Literatura japonesa es una payasa… siempre hablándonos a los extranjeros como si fuéramos bebés… ¡Pero si yo hablo mejor que ella! ¿Qué se creerá esa imbécil…?- decía ella completamente alterada hablando sin tapujos alentada por el alcohol.

- Sí… la verdad es que hay cada profesor más cabrón…- contestó Kari- tengo uno que te aprueba si te acuestas con él y todo el mundo sabe la cantidad de alumnas que han pasado por su cama…

- ¡Eso no es justo!- dijo Matt mientras se encendía un cigarro-¿Y los tíos qué? ¿ellos tienen que estudiar para aprobar?

- ¡Pero si tú te has tirado a tu profesora de Física cuántica!- dijo Tai que estaba llenándose su copa por cuarta vez.

- Ya pero ella nunca me aprobó…- dijo Matt como pensativo- ¡Menuda cerda! Solo se aprovechaba de mí…

- Nadie te obligó a hacerlo imbécil- dijo Sora ácidamente riéndose de su amigo- la culpa es tuya por creer que las mujeres somos tan estúpidas como vosotros… mira que acostarte con una profesora para aprobar…

Todos se echaron a reír, Mimi ya se había dado cuenta de que Sora y Matt se pasaban el día insultándose en broma y lanzándose comentarios sarcásticos, pero se podía ver a leguas la buena relación que tenían.

De repente se empezó a oír a través de las paredes el sonido elevado de música tecno, eran el vecino, otra de las pesadillas de Mimi, cuya afición más conocida era lo mucho que le gustaba las fiestas en casa hasta altas horas de la mañana…

- ¡Oh no!- dijo Mimi sin pensar- ya empieza otra vez con las fiestas.

- Espera un momento- dijo Sora levantándose y encendió el equipo de música- vamos a demostrarles cómo se hace una fiesta.

Entonces pulsó el botón del volumen hasta el máximo hasta que la música se volvió insoportable retumbando a través de las paredes mezclándose con la música de la casa de al lado de una manera estridente. Pero oyeron que allí no se quedaron cortos y subieron más su música.

- ¿Con que esas tenemos?- gritó Sora dando golpes a la pared.

Al momento dieron como respuesta tres golpes secos y Kari se echó a reír mientras decía:

- ¡Qué cabrón! Siempre está igual.

- ¿Qué pasa?- preguntó Mimi desde el sofá mientras se echaba otra copa sin ningún reparo.

- Dice que si tenemos cojones para ir allí a ver quien hace mejor fiesta- dijo Kari ante la sorpresa de todos.

- ¿Y cómo eres capaz de saber que ha dicho eso?- preguntó Izzy mirándola como si fuera un bicho raro.

- Tres golpes significa que vayamos a su casa- dijo Sora simplemente- el resto se lo inventa Kari o lo lee de la mente del vecino.

- ¿Quiénes son tus vecinos Kari?- preguntó Tai mirándola ceñudo.

- Es un solo estudiante- dijo Sora- Se llama Ichijoji Ken. Y parece que está haciendo una fiesta guapísima…

- ¿Una fiesta?- preguntó Matt momentáneamente- ¿Aquí al lado? ¿Con chicas?

Sora apagó la música y puso la oreja en la pared y oyó risas femeninas y masculinas  entremezcladas junto con la música que estaban poniendo y añadió:

- Pues parece que si hay chicas, pero también mucha gente…

- Pues vamos- dijo Matt ya levantado y dispuesto a ir allí.

Sus amigos rodaron los ojos con resignación. Las palabras chicas y fiestas a oídos de Matt significaban que se olvidaban cualquier otro plan que tuvieran pensado y debían ir a esa fiesta.

- ¿Una fiesta en casa de ese vecino loco?- preguntó Mimi a duras penas debido al nivel de alcohol que llevaba en el cuerpo- yo no voy.

- ¿Cómo que no?- dijo Kari- ¡Venga! Ya verás que bien lo pasamos.

- Es que apenas puedo moverme…- dijo Mimi con cara de pena y llevándose la mano a la cabeza como si temiese que se le fuera a caer.

- ¡Venga yo te llevo!- dijo Tai ayudándola a levantarse- seguro que bailar un poco hará que te baje un poco la que llevas.

- Vale…- dijo Mimi aferrándose a su brazo con fuerza- pero no me sueltes.

Él simplemente la tomó por la cintura para sostenerla mejor y caminó al paso de ella, sus amigos observaban la escena con una mirada de malicia, a la que él se apresuró a contestar:

- ¿Qué? La chica no se siente bien…

- Ya…- dijeron todos a la vez sin decir nada más.

Salieron de la casa todos juntos solo cerrando la puerta de un golpe sin echar la llave y se acercaron a la puerta contigua desde donde ya se oía el ruido de la música tecno. Kari tocó la puerta dos veces.

Al momento abrió la puerta un chico japonés con una larga melena negra y de ojos azules, llevaba varios piercings en la cara e iba vestido con unos pantalones vaqueros rotos y una camiseta de tirantes negra, los miró durante un segundo y dijo sonriendo:

- Vaya… Las vecinas de al lado.

- Hola Ken- dijo Kari- ¿Podemos pasar?

- Claro- dijo el chico sin inmutarse- esta es vuestra casa.

Fueron entrando poco a poco en la casa y por último entraron Mimi y Tai, entonces ella levantó la cabeza y al ver a su vecino clavó su mirada en él con una mueca de enfado y dijo:

- ¡Tú! Tú eres el de la música todas las noches… ¿es que nunca duermes?

- ¡Vaya!- dijo él sin hacer caso a lo que ella le había dicho- Por fin conozco a la nueva vecina… ¿La norteamericana? Kari me lo ha contado cuando estuvo aquí…- tras decir eso, sonrió de una forma pervertida.

Tai le miró extrañado por esa sonrisa y el tono que había empleado al referirse a su hermana, pero pensó que estaba imaginándose cosas que no eran y decidió no decir nada y llevarse a Mimi al interior del lugar.

Aquella casa era igual a la suya en distribución, el salón estaba lleno de gente bailando y bebiendo, todos los muebles estaban movidos de una forma desordenada y en una mesa que tenían en la esquina del otro extremo de la sala llena de diferentes bebidas alcohólicas que la gente se servía a su gusto.

Tenían el sofá como ellas, frente a la televisión, pero era un sofá destartalado de color marrón muy feo y sobre él estaban varias personas ocupadas en liarse cigarrillos de tabaco e incluso porros.

Era una fiesta fuera de control, pero a nadie parecía escandalizarle. Matt nada más entrar se encontró con una de sus amigas especiales que estaba en la fiesta y ésta le estaba presentando a sus amigas, a las que saludaba con una sonrisa irresistible en el rostro y también presentaba a Izzy a las chicas el cual intentaba aparentar sentirse cómodo hablando con ellas.

Kari hablaba con Ken animadamente de un rincón apartado intentando que su hermano no le viese ligando con un tío delante de sus narices.

Pero Tai se había olvidado de su hermana, llevaba aún a Mimi a cuestas que no se le pasaba la borrachera y Sora iba con ellos dispuesta a acabar con todas las provisiones de alcohol de la fiesta. Mimi la miró por un segundo y le preguntó:

- ¿Piensas beber más?

- Sí- dijo ella tomando una botella de whisky que estaba por la mitad- al contrario que otras yo tengo aguante para el alcohol- miró a Tai un momento y le preguntó- ¿Tú quieres otra?

- Sí- dijo él- casi no he bebido nada…

- Yo también quiero otra entonces- dijo Mimi de repente eufórica- quiero ser como Sora…

- Tú estás muy mal- contestó Sora- no debes beber más…

- ¡Quiero beber!- exigió Mimi con una mueca enfurecida en su rostro.

Ambos la miraron sin acabarse de creer que ella había dicho eso, pero finalmente Sora le dio su copa y dijo:

- Tú sabrás qué es lo que haces…

- Gracias- dijo ella cambiando drásticamente de comportamiento tomando la copa con felicidad.

Sora y Tai se miraron contrariados y se echaron a reír mirando lo feliz que era la chica con la copa, ella entonces volvió a colgar del brazo de Tai resoplando:

- ¡Puff casi no me tiendo en pie!

- Normal…- dijo Sora.

- Sora…- dijo Mimi con ojitos suplicantes- ¿Podemos sentarnos en algún lado? Aunque sea en el suelo…

- ¡Ja! Ni hablar, no debiste haber bebido tanto- concluyó Sora sin más miramientos.

Entonces, decidió pasar al siguiente objetivo, apretó más el brazo de Tai y mirándole igual que a Sora dijo:

- Tai… por favor… me siento muy mareada.

Él se la quedó mirando a los ojos y no pudo resistirse a aquellos ojos suplicantes:

- Vale, vamos a sentarnos un poco… no sea que vayas a caerte aquí encima delante de todo el mundo y quedes en ridículo.

Sora los vio alejarse en dirección a una esquina cerca de la ventana sonriendo maliciosamente, parecía que al final su compañera se había desmadrado como dios mandaba. De repente, alguien tocó en su hombro en un intento de llamar su atención, ella se dio la vuelta y se encontró de lleno con un chico muy alto que parecía más mayor que ella, era moreno y tenía los ojos marrones claros y su cuerpo estaba lleno de tatuajes y piercings, justo como a ella le gustaban, él sonrió con malicia y dijo:

- ¡Hola! Veo que tus amigos te han dejado… ¿estás sola?

Ella se rio y contestó:

- No, ya no, ¿quieres pasar un buen rato?

- Soy Yuu- dijo él acercándose más a ella.

- Yo Sora- contestó ella- pero basta de presentaciones…

Tras decir aquello acortó más la distancia con sus labios y comenzaron a besarse con pasión delante de todos sin apenas conocerse de nada.

Mientras Mimi y Tai se habían sentado en el suelo apoyados en la pared, Tai entonces sacó del bolsillo de su pantalón su paquete de cigarros, sacó uno y se lo llevó a la boca, Mimi miraba lo que hacía y mientras él buscaba un mechero en sus bolsillos, le preguntó:

- ¿Me das uno?

Él dejó de buscar el mechero y se quedó mirándola incrédulo:

- ¿Tú fumas?

- No- dijo ella que no le miraba- pero quiero probarlo, ninguno de mis amigos ha fumado en su vida, pues entonces nunca lo he probado…

- Vaya… ¿tú estabas en una secta o qué?- preguntó él que ya había encontrado el mechero y le estaba encendiendo el cigarro.

- No…- no llegó a terminar de hablar porque un ataque de tos acababa de interrumpirla.

- Ya se nota de que nunca lo habías probado- dijo él riéndose ligeramente mientras encendía el suyo y le daba una calada- yo tampoco debería pero ya ves… soy algo terrible…

- ¿Por qué?- preguntó ella mientras le daba otra calada al cigarro haciendo un esfuerzo por no toser.

- Soy jugador de fútbol en la Universidad- dijo él- llevo jugando desde que era pequeño y estoy intentando que me concedan una beca deportiva para irme a Estados Unidos…

- ¿En serio?- dijo ella- ya decía yo que tendrías que ser deportista…

- ¿Y eso?- preguntó él bebiendo un trago de su olvidada copa.

- Pues… no sé… físicamente estás muy bien…- dijo ella sin darse cuenta de lo que estaba diciendo dejándose llevar por el influjo del alcohol.

- ¿Ah sí?- dijo él de repente interesado al cien por cien de lo que ella decía- ¿Te parece que estoy bien?

- ¡Oh si!- Mimi seguía hablando sin parar- lo pensé cuando nos conocimos en la calle, cuando esa chica extraña te perseguía… pero no pensé que nos volviésemos a ver más.

- A mí también me pareces atractiva, ¿sabes?- dijo él acercándose más a ella- no sé si te acuerdas pero… me gustan las chicas occidentales…

Se iba acercando más a ella y ésta no parecía tener ninguna intención de apartarse o de rechazarle, él no sabía qué pensar, si era por el alcohol o si era porque ella realmente quería pero no pensaba desaprovechar aquella oportunidad…

La besó de improviso sin que a ella le diera tiempo a reaccionar, movió sus labios encima de los de ella intentando que ella le recibiese. Para su sorpresa, Mimi le correspondió abriendo su boca para que sus lenguas se uniesen en una deliciosa danza que a ambos les hizo suspirar.

Mimi estaba completamente entregada a aquel beso olvidando en algún lugar de su memoria que aun tenía un novio esperándola en Estados Unidos, pero estaba demasiado ebria para poder acordarse de cualquier cosa…

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