Posted by : Unknown
viernes, 23 de enero de 2015
Capitulo 4: Estrellas
Hace cinco días que Natsu Dragneel conoció a Lucy Heartfilia.
Y a pesar de que eso suene algo loco y distorsionado, pues a él y a sus amigos les parecía de lo más genial que les haya pasado. Aunque no parezca muy creíble, todos se estaban acostumbrando en poco tiempo a ver a la chica demacrada y muerta.
Pero Natsu estaba preocupado.
Si Lucy se acostumbraba a estar mucho tiempo con ellos, entonces ¿Qué sucedería cuando ellos se fueran a Magnolia?
Lucy se quedaría sola. Completamente sola.
No, él le prometió que la iba a liberar antes de que él se vaya, no importa qué.
Miró a Lucy que estaba conversando amenamente con Juvia, mientras ella limpiaba los cuadros pequeños de la mansión con un trapo húmedo. Ese día, todos habían acordado en hacer una limpieza al hogar de Lucy, para que no se vea tan "terrorífico". Aunque Lucy se había negado rotundamente, ya que les costaría mucho trabajo limpiar toda la mansión, ellos estarían dispuestos a hacerlo por su amiga, para que el lugar no se vea tan feo y tétrico.
Fastidiado, gruñó y se volteó hacia donde estaban las escaleras del segundo piso, toda la santa mañana se la había pasado barriendo el piso para que Gray pudiera darle una trapeada. En cuanto llegó hacia el segundo nivel donde no había nadie – ya que los demás todavía seguían limpiando el primer nivel – siguió barriendo el suelo empolvado, mientras que se preguntaba miles y miles de veces sobre cómo rayos se puede liberar a un fantasma.
Barrió y barrió con más rapidez, pensando y pensando, estaba tan sumido en su mente que no se dio cuenta de que chocó con una gran puerta.
Alzó su mirada. A pesar de ser muy antigua, la puerta todavía conservaba sus detalles lujosos. Miró a su alrededor, pasillos, espejos y cuadros enormes, más habitaciones, más escaleras, más ventanas gigantescas, más mesitas, candelabros, en fin, muchas cosas dignas de personas con mucho dinero.
Miró otra vez a la gran puerta. Quizá ya se le iba a ocurrir algo para liberar a Lucy, o tal vez robaría un libro de esas cosas de muertos y fantasmas, o Dios sabe qué. Ahora iba a seguir limpiando.
Giró la perilla con cuidado, esperando que no esté cerrada con llave o atorada.
La puerta se abrió, rechinó cuando Natsu la empujó, esperaba que esa sea una especie de estudio o de biblioteca. Pero se encontró con una habitación bastante oscura.
Temeroso, se adentró a la habitación, se acercó y abrió las grandes cortinas de las ventanas, haciendo que gran cantidad de luz del día iluminara la habitación.
La habitación era enorme y se podía apreciar que claramente era de una mujer: contaba con unos sillones antiguos, decorados al estilo de la realeza, grandes roperos donde se guardaban bellos y finos vestidos, dos grandes estantes llenos de libros, un gran espejo frente a una mesa donde estaban los adornos y algunos collares y anillos con diamantes incrustados.
Algo de allí le llamó la atención, cerca a la gran cama con grandes edredones, en la mesita de noche, se encontraba una especie de cuadernito pequeño, parecido a un libro. Con cuidado, agarró el pequeño cuaderno y le echó una ojeada.
Fue en ese momento que él se dio cuenta de que la dueña de esa habitación era Lucy Heartfilia
.
Ese pequeño cuadernito era su diario. Con minuciosidad leyó el último fragmento que había casi al final del cuaderno.
Ese pequeño cuadernito era su diario. Con minuciosidad leyó el último fragmento que había casi al final del cuaderno.
"11 de Julio de 1789.
Mi vestido está perfecto: blanco como la nieve, mi cabello está sujetado con un lindo peinado. Hoy me he echado el perfume más caro que tenía. Toda la mansión está decorada con bellísimos detalles y flores blancas, veo desde mi ventana que muchos invitados de la nobleza vienen a la mansión, escucho desde mi habitación la bella música agradable acompañada de violines, violonchelos y piano, que viene desde el salón principal. Hoy por fin ha llegado mi día especial, el que tanto he esperado con muchas ansias. Hoy por fin cumpliré el sueño que siempre soñé desde que era pequeña, recuerdo cuando mamá me contaba muchas historias de romance cuando era pequeña, y al final siempre todo era felicidad: el príncipe se quedaba con la princesa y terminaban siendo felices para siempre.
Pero a pesar de todo ese contexto de lo que es el amor en las historias y libros que he leído, yo no estoy segura de lo que es sentir eso, el amar, el sentir, el querer, el sentirse completamente apasionada y entregada hacia esa persona tan especial.
Aunque no lo conozca, yo sé que él será una buena persona y me va a querer como mi papá quiso mucho a mi mamá. Eso me hace muy feliz porque mamá me dijo que lo mismo le pasó a ella: se casó con el hijo del noble Heartfilia, y sin conocerse, con el tiempo se enamoraron y fruto de ese amor nací yo.
Hoy estoy tan feliz porque me casaré, y esperaré con ansias aquí en mi habitación a que vengan los sirvientes y me digan que la boda comenzará en tan sólo unos momentos..."
- ¡Natsu! – Se escuchó la voz de Lucy.
Con rapidez cerró el cuaderno, lo dejó en su sitio y volteó a ver a la fantasma. Lucy se encontraba en la puerta de la habitación con una cara de espanto.
- ¿N-No leíste nada? ¿O sí? – Lucy se encontraba nerviosa – ¿Y-y por qué estás en mi habitac-
- ¿Esta es tu habitación? – Natsu fingió estar sorprendido para que Lucy no sospechara de que él estuvo leyendo su diario – ¡Es hermosa Lucy! Oh, y el libro sólo lo agarré, pero no leí nada, ¿De qué es? ¿Es un cuento?
- ¡No! – Dijo ella casi gritando – E-es algo aburrido…no te gustará, así que no lo vuelvas a agarrar, ni mucho menos a leer ¿entendido?
Natsu la miró extraño ¿Qué de malo tenía agarrar su diario?
- Ehh…okey
- Bien – Dijo Lucy calmándose un poco – Oh por cierto ¿qué significa "okey"?
Natsu abrió la boca para poder explicarle, pero otra persona invadió la habitación de Lucy.
- Chicos, acabo de escuchar la voz de Lucy un poco exaltada – Dijo Erza entrando a la habitación mirando acusadoramente a su amigo – Natsu, no sabía que te gustaban las rubias, pero si tocas a Lucy eres hombre muerto.
- ¿¡Qué rayos!? – Dijo Natsu – ¿Acaso estás loca? ¡Ni siquiera podemos tocarnos!
- No importa – Dijo Erza con voz autoritaria – Vuelve a trabajar, yo seguiré quitando el polvo de las cosas – Dio media vuelta – Y ya no toques a Lucy.
- ¡Estás loca! – Dijo Natsu exaltado con una Lucy un poco sonrojada.
- ¡Juvia está muy cansada! – Dijo Juvia cayéndose al suelo.
- Bueno, por lo menos hicimos gran parte hoy, el primer nivel está totalmente limpio – Dijo Erza.
- Tsk, pensar que mañana tendremos que venir aquí otra vez para seguir limpiando – Dijo Gajeel
- ¡Y todavía nos falta el segundo, el tercer y el cuarto nivel! – Dijo Gray echándose al suelo junto a Juvia – ¡Qué cojud-
- ¡No digas malas palabras en frente de Lucy! – Dijo Natsu viendo que Lucy estaba a punto de tapar sus oídos – Serás idiota Gray.
- ¿¡Qué dijiste estúpido!? – Dijo Gray dirigiéndose a Natsu.
- Estoy muy cansado para pelear cabeza de hielo, toda la mañana estuve barriendo – Dijo Natsu sentándose en el piso.
- Igual que cenicienta – Bromeó Gajeel, haciendo que Gray suelte una carcajada.
- Como sea – Dijo Erza parando las bromas infantiles de sus amigos – Se está haciendo de noche muchachos, son las seis de la tarde, lo mejor será irnos antes de que anochezca.
Todos se miraron, Erza tenía razón, si no actuaban rápido la policía los iba a reconocer porque en la noche era donde muchas patrullas andaban en vigilancia por la ciudad. Dicho esto, todos se pararon, dirigiéndose hacia la salida.
- ¡Esperen un momento! – Dijo Natsu corriendo hacia ellos – Lucy odia quedarse sola. No puedo dejarla así.
- Entonces quédate con ella – Dijo Erza – Pero no hagan cosas indebidas.
- ¿¡Estás loca!? – Gritaron todos.
Erza se había acostumbrado tan rápidamente a Lucy, que prácticamente la trataba como una amiga común y corriente como lo hacía Natsu con ella. Tanto así, que gran parte de su tiempo se olvidaba que Lucy era un fantasma.
Hubo un corto silencio en la mansión.
- Entonces – Dijo Natsu mientras todos lo miraban – Supongo que me quedaré – Miró a Lucy mientras ella sonreía.
- Está bien – Dijo Erza – A partir de hoy, te quedarás a cuidar de Lucy ¿vale?
- ¿¡Qué!? – Dijeron todos
- ¡Oye Erza! ¿No crees que Natsu tenga miedo a quedarse a dormir con la muerta? – Dijo Gray.
- Idiota su nombre no es muerta y lo sabes – Dijo Natsu molesto – Y por mí estaría bien que me quede con ella, ya he dormido con ella la primera noche.
Erza los miró sorprendida – ¡Tan rápido ustedes dos!
- ¡Por el amor de Dios Erza! – Dijo Gray – ¡No pienses en cosas asquerosas!
- Además que la coneja es un fantasma, no se le puede hacer nada – Bromeó Gajeel.
- Juvia piensa que Erza debería de dejar de leer esas novelas eróticas – Agregó Juvia, haciendo que todos se sorprendieran, excepto Lucy, que no entendía muy bien sobre esas "cosas eróticas".
- ¿Es en serio? – Preguntó Natsu incrédulo – ¿Tú Erza? ¿Miras porno? ¡No lo puedo creer!
- ¡De seguro lees mis revistas! – Dijo Gray exaltado.
- ¡Gray-sama! – Dijo Juvia decepcionada de que el chico que le gusta mire a otras mujeres en las revistas.
- ¡N-No es eso! – Dijo Erza sonrojada intentando justificarse – Bueno, sí leo unas cuantas novelas de esas cosas, pero no veo las revistas de Gray... – Dijo mirando a todos que la veían con cara de incredulidad – Oh vamos, todos hemos leído cosas así en algún momento ¿vale?
Hubo otro silencio. Pero más incómodo.
- Bueno – Dijo Gajeel rompiendo el silencio mientras se iba a la salida – Yo me voy.
- Sí yo también – Dijo Gray siguiéndolo – Nos vemos Lucy, suerte Natsu.
- Adiós, cuídense chicos – Dijo Lucy sonriendo a todos, despidiéndose de cada uno, hasta que toda la mansión quedó en silencio, a su lado estaba Natsu
Ella se sonrojó un poco, no es que tuviera de esos pensamientos como toda chica a su edad los tiene cuando se encuentran solas con un chico en su hogar, no, Lucy no tenía esa clase de pensamientos en su mente. Ella era demasiado inocente como para pensar en esas cosas.
- Ehh…Natsu – Dijo ella un poco tímida.
- Dime Lucy – Natsu volteó a verla.
- G-gracias por quedarte – Se sonrojó un poco más – E-espero no ser una molestia, s-solo q-que no quiero estar sola y-
- No te preocupes Luce – Natsu se acercó a ella, sonriendo, haciendo que ella lo mire a los ojos – Somos amigos ¿vale?
Lucy miró a los ojos verdes de Natsu, por un momento pensó que eran los más lindos que había visto en su vida y en el tiempo en que estaba muerta.
- Eh… ¿Me has dicho Luce?
Natsu rió – ¿No te gusta? Luce suena un poco gracioso, Lucy.
Lucy hizo un puchero – Eres un tonto.
Natsu se sonrojó un poco, le pareció tierno que Lucy haga un puchero, parecía una niña pequeña. Negó con la cabeza ligeramente, ella era un fantasma, sería raro que piense que ella era tierna, aunque sinceramente a él, desde casi el principio, Lucy le pareció tierna y linda, no le importaba si lucía demacrada y pálida.
Se dirigió a los candeleros y con su encendedor comenzó a prender fuego a cada velita, iluminando el lugar. Una vez que terminó de iluminar todo, vio que el lugar ya no se veía tan terrorífico como hace unos días porque toda esa mañana se la habían pasado limpiando el lugar. El suelo estaba limpio, los cuadros como nuevos, no había telarañas. Pero aún faltaban los demás pisos, aunque eso lo limpiaría con los chicos al siguiente día.
Miró bien el lugar, según lo que había leído hace unas horas, el 11 de julio de 1789, Lucy estaba celebrando su boda, pero ¿Por qué se había quedado incompleto su diario justo en ese día? E incluso se notaba que ella había escrito hasta antes que empezara su boda, no contó lo que venía siguiente.
Otra cosa misteriosa era que, cuando la conoció por primera vez ella dijo la misma fecha que el último fragmento de su diario tenía, además también mencionó que su boda estaba a punto de comenzar.
Ahora entendía el por qué de la minuciosa elegancia de la mansión que había. Cuando él por primera vez entró a ese lugar, vio que todo estaba adornado, como si en ese momento estuvieran celebrando algo importante.
"Como por ejemplo una boda" Pensó Natsu.
Para liberar a Lucy tendría que averiguar lo que en realidad pasó y lo que llevó a cabo la razón por la cual Lucy es un alma prisionera.
- ¿Natsu? – Preguntó Lucy sacando a Natsu de sus pensamientos – En la mañana, cuando terminaste de barrer mi habitación, Erza lavó los edredones y cortinas, además Juvia quitó todo el polvo… – Se sonrojó – M-me preguntaba s-si es que quisieras dormir en mi habitación…ya sabes…eres mi amigo y sería de mala educación mía dejarte dormir en el suelo…
Natsu sonrió, asintió y subió las escaleras acompañado de Lucy, abrió la puerta de la habitación de la rubia – Hey Luce ¿Quieres acompañarme?
La fantasma se sonrojó y asintió tontamente, hasta ahora en años, ningún hombre ha entrado en su habitación.
Natsu entró a la habitación con un candelero en su mano para iluminar la habitación, a comparación de lo que estaba hace unas horas, ahora estaba limpia, ordenada y no había ningún rastro de polvo, suspiró pesadamente, sólo barrer y quitar el polvo de esa habitación había sido bastante difícil para él y para los demás, ese pedacito de la habitación de Lucy habían logrado limpiar lo que era del segundo nivel, el resto de habitaciones faltaban, mañana tendría un largo día de limpieza.
Colocó el candelero en la mesita de noche, permitiendo alumbrar una parte de la habitación.
Se sentó en la cama, miró a Lucy que lo miraba desde la puerta de la habitación, su cara estaba toda roja.
Rió levemente, Lucy era tan ingenua.
- Hey Luce ¿No vas a venir?
- Oh ¡C-Claro! – Dijo ella torpemente sentándose al lado de él.
Permanecieron en silencio un rato, a pesar de que ambos no podían tocarse, sentir la mano del otro, o lo que es abrazarse o estrecharse la mano como signo de amistad, para ellos, eso era lo de menos. Se contentaban con saber que contaban con la compañía de ellos mismos, que esta noche y las demás que iban a venir, no estarían solos.
La cama de Lucy estaba inclinada para donde daba la gran ventana. Natsu estaba empezando a sentir calor por culpa del fuego de las velitas de los candelabros. De pronto se le ocurrió una idea.
- Oye Lucy ¿Quieres ver las estrellas y la luna?
Lucy abrió los ojos – ¿La luna y las estrellas?
Natsu asintió – Sí Luce.
Lucy sintió una pequeña emoción y nostalgia, cuando era pequeña, a ella le fascinaban las estrellas, siempre las veía cada noche y pedía un deseo: que ella sea la chica más feliz del mundo, junto con el chico de sus sueños.
Natsu se bajó de la cama, deslizó las gigantes cortinas, permitiendo ver a las ventanas, las abrió y un suave y fresco viento inundó la habitación.
Sonrió, esa noche estaba hermosa, miles de estrellas estaban acompañando a la grande y hermosa luna llena.
Lucy llevó las manos al lado izquierdo de su pecho, en donde estaba su corazón, se encontraba feliz, nostálgica y emocionada. Una lágrima deslizó por su pálido rostro, todo este tiempo había olvidado lo hermosa que era la noche junto a las estrellas y la luna.
Natsu se echó en la cama y sopló las velitas del candelero, permitiendo que la habitación sólo sea iluminada por la luz de la luna.
- Es hermosa…– Dijo Lucy contemplando a la luna.
- Desde aquí se ve mejor Luce – Dijo Natsu que estaba echado en la cama, se movió un poco para darle espacio a Lucy – Ven, cuando estás echada, puedes ver todo el panorama, es genial.
Lucy acomodó su gran vestido y se echó junto a Natsu.
- ¡Oh tienes razón! – Dijo Lucy con una gran sonrisa – ¡Es tan hermosa la noche! ¡Mira esa estrella es hermosa! – Señaló con su dedo una estrella pequeña.
Natsu sonrió mirando a Lucy, le parecía la chica más linda que había visto en su vida, cuando sonreía y miraba al cielo, su inocencia e ingenuidad la hacían perfecta.
Negó levemente para borrar esos pensamientos. "No puede suceder Natsu, abre los ojos, ella es un fantasma" Pensó.
Cerró los ojos, mientras que sin querer, se acomodaba más cerca a Lucy.
Él dormiría con ella, mientras que ella disfrutaba de lo hermosa que era la noche.
Sonrió y pensó en que la idea de tener a Lucy como amiga sería genial, pero no, él le había hecho una promesa a ella, además sus planes era regresar a Magnolia con los demás lo antes posible, así que mañana le diría a Erza que tenían que actuar ya para buscar la forma de liberar a Lucy.
Porque si dejasen que el tiempo pasase, estaba seguro que iba a extrañar más a Lucy.