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jueves, 29 de enero de 2015
Capitulo 8: Terror Gastronomico I
El día comenzaba de forma con mal pie, o al menos eso pensaba Mimi al levantarse por la mañana y descubría que llovía con fuerza y el viento agitaba con violencia los árboles de la calle. No era que no le gustase la lluvia, solo que le resultaba molesta para ir a clase, el llevar paraguas le dificultaba el paso teniendo que tener cuidado con no dar a nadie con él o esquivar el de otra personas, además que le disgustaba enormemente tener que mojarse los pies…
Pero no le quedó más remedio que suspirar resignada y sacar de su armario las botas impermeables que traía para esas ocasiones. Una vez que se había vestido salió de su habitación para desayunar, llegó al salón y allí no había nadie, recordó que Kari tenía clase por la mañana a primera hora y que Sora estaría seguramente durmiendo.
Se preparó el desayuno alegremente mientras encendía la pequeña radio que tenían en la cocina y escuchaba los éxitos nacionales de Japón. Desayunó en la mesa de la cocina tranquilamente consultando su reloj de poco en poco, eran las 9 de la mañana hora japonesa y mentalmente calculó la hora americana, serían las 9 de la noche más a menos, así que Michael estaría conectado a esa hora.
Mimi se entristeció de repente, aún no había hablado con él desde que le había dicho lo de su borrachera y tenía mucho miedo de que él creyese que a ella no le importaba lo que había pasado por no haberse conectado en esos días, pero no era eso, a ella le importaba muchísimo y por esa misma razón no se atrevía a hablar con él, temía lo que él le fuera a decir…
Terminó de desayunar y limpió todos los utensilios que había utilizado, tras terminar con ello, respiró profundamente, no podía demorar más tiempo su deber así que salió disparada de allí en dirección a su cuarto impidiendo mirar a ningún lado por si alguna cosa pudiera servirle de excusa para retrasar su
cometido.
Llegó a su habitación y mientras encendía el portátil, lo colocaba en la mesa y acomodaba su silla, necesita hacer un poco de tiempo mientras su ordenador se encendía para calmar los nervios que sentía… ¿Qué le diría él? ¿Cortaría con ella o lo dejaría pasar? Solo de pensar en que su querido Michael cortase con ella la llenaba de desesperación… pero sabía lo que haría a continuación… mataría primero a Tai por besarla y luego a sus compañeras por hacerla beber…
Su ordenador ya estaba preparado y pulsó con rapidez al Skype, rezaba en silencio porque Michael estuviese allí y terminar con aquella agonía… y estuvo de suerte, Michael mientras ella le buscaba iniciaba conversación con ella:
- ¿Mimi?- decía él y le pudo ver en la webcam.
- ¡Estoy aquí!- dijo ella activando su webcam también.
- ¡Vaya al fin puedo hablar contigo!- dijo él con el rostro inescrutable- ¿Qué ha pasado?
- Lo siento- dijo ella y mintiendo un poco dijo- es que mi compañera Hikari ha estado un poco mala y no he tenido tiempo de conectarme entre ella y las clases.
- Vaya…- dijo él creyéndose la mentira- ¿Y qué tal está?
- Ahora mucho mejor, ya fue a clase y todo- dijo ella.
Michael sonrió ligeramente, pero no dijo nada, cosa que hizo que la angustia que ella sentía aumentara por momentos, esperando a ver qué ocurriría a continuación…
- Bueno…- dijo entonces Michael volviéndose serio de repente- quería hablar contigo sobre lo del otro día… no sé cómo empezar… bueno… primero de todo te quiero pedir disculpas por cómo me porte contigo, luego cuando te fuiste lo pensé más fríamente y ya no estaba enfadado, solo fue el mosqueo del momento- paró un momento para ver si su novia le estaba escuchando bien y siguió hablando- bueno por otra parte, entiendo que estas en un país extranjero por primera vez sola y que es normal que te desmelenes un poco y que puedas cometer alguna tontería… pero no por una tontería así vamos a echar por tierra todos estos años de relación…
- ¿Entonces quieres decir…?- dijo Mimi sintiendo que la felicidad inundaba todo su ser.
- Que te perdono y que no te atormentes más con ello- dijo Michael sonriendo.
- ¡Te quiero!- dijo ella emocionada sintiendo el impulso de besar la pantalla.
Él solo sonrió y dijo:
- Yo también te quiero, por eso no quiero estropear lo que tenemos… además me fuiste sincera y te lo agradezco.
- Me alegro tanto de tener un novio tan estupendo como tú- dijo Mimi sonriendo a la webcam.
- Exagerada- dijo él y de repente añadió- por cierto, ¿al final qué vas a hacer? ¿te vas a ir del piso o te quedas?
- Me quedo- dijo Mimi completamente segura- ya nos hemos puesto de acuerdo las chicas y yo y vamos a llevar un orden.
- Bien- dijo Michael- entonces ya nos quedamos tranquilos.
- ¿Quedamos?- preguntó Mimi- ¿Has hablado con mis padres de esto?
- No con tus padres no- dijo Michael- le conté a Stacey esto, ya que hacía muchas semanas que no hablabais y estaba preocupada.
Mimi entonces recordó a su amiga Stacey, era cierto hacía mucho que no coincidían por Skype y se sintió mal por ello, entonces dijo a su novio:
- Es cierto, dile que lo siento, es que casi no coincidimos.
- Lo imaginábamos, no te preocupes, pero en cuanto puedas habla con ella, está deseosa de contarte cosas, me ha dijo- dijo Michael.
- Bien- dijo ella sonriendo- ¿no me cuentas nada más?
- Bueno… que lamentándolo mucho me tengo que ir- dijo él con cara de pena- mañana tengo un examen y aun me queda un poco por estudiar.
- ¡Oh vaya!- dijo ella- bueno estudia mucho… ¡Te quiero!
- Yo también- dijo él antes de desconectarse.
Entonces él se desconectó y a Mimi le dieron unas irresistibles ganas de gritar de alegría, se habían arreglado las cosas al fin, se sentía tan agradecida de tener un novio tan comprensivo y que la quería tanto…
De mejor humor, siguió en su habitación hablando con otros amigos que se habían conectado hasta que se hicieron las 11 de la mañana, entonces oyó ruido de pasos hacia el salón, supuso que sería Sora que al fin había decidido levantarse porque Kari aun no llegaba de clase hasta la hora de comer…
Consultó su reloj y al ver la hora que era decidió ordenar su habitación y apagar su ordenador, ya era hora de ponerse en marcha, miró un momento lo que debía de hacer antes de marcharse a clase y entonces salió de su habitación.
En el salón se encontró con Sora que estaba de pie mirando con la ventana abierta, estaba hablando por el móvil mientras con su otra mano sostenía un cigarro que humeaba:
- Bueno, pues nada… nos vemos esta noche. ¡Adiós!- decía Sora mientras colgaba.
Se dio la vuelta y se encontró con Mimi en frente de ella, arrojó el móvil con indiferencia en dirección a la mesa, pero no acertó y este cayó al suelo, provocando que la tapa trasera se saliera, Mimi le dijo disgustada:
- ¡Sora! ¿Por qué tratas las cosas así?
- ¿Qué más da?- dijo Sora dando otra calada- a ver si se rompe de una vez y me dan otro… ¡Dios me estoy helando de frío! ¿Cómo me has convencido para hacer esto?
Mimi la miró con una sonrisa de triunfo, aunque ella tampoco se lo creía, pero hacía unos días había impuesto la prohibición de fumar dentro de casa con las ventanas cerradas, "no es justo que nosotras respiremos tu asqueroso humo", le había dijo a Sora unos días antes como explicación al porqué de esa nueva norma.
Sora se lo tomó muy mal y se marchó a su cuarto muy enfadada, se negó en rotundo a acatar aquella norma por lo que al principio fumaba en todas partes a modo de protesta. Pero Mimi y Kari tenían un plan B, cada vez que Sora encendía un cigarro ellas hacían un ruido insoportable con unas bocinas que habían comprado para ello por detrás de ella, cosa que la irritaba y hasta que no lo apagaba o se iba a fumar a la ventana, no dejaban de hacerlas sonar.
Finalmente, Sora terminó rindiéndose y aceptó las normas de fumar en el balcón, en una ventana abierta o en su habitación con la puerta cerrada. Y lo acató, pero claro siempre que ellas estuvieran en casa porque sabían que cuando estaba sola haría lo que le daba la gana…
- Kari ha llamado- dijo Sora- dice que no va a venir a comer a casa porque se marcha con Daisuke que la ha invitado a un restaurante por la semana juntos… ¡semana juntos! ¿Te lo puedes creer? ¿Es que van a celebrar hasta las 24 horas de novios?
- Déjalos, mujer- dijo Mimi aunque no muy convencida- si están enamorados…
- Puff…- dijo Sora llevando una mano por detrás de la cabeza- no sabes lo raro que suena escuchar las palabras Kari y novio juntas en una frase…
- Sí, la verdad es que sí…- dijo Mimi.
Acababa de acordarse de que Sora no sabía nada sobre los verdaderos sentimientos de Kari y tampoco pensaba informarla sobre ello, era una cosa que solo sabían ellas y aunque Kari se negase rotundamente a aceptarlo, Mimi lo sabía. Sabía que salía con Daisuke por resentimiento… Lo sentía por él realmente, las veces que había estado en casa desde que salía con Kari le había visto tan feliz y enamorado que se moría de lástima…
De pronto, empezó a sonar el portero automático varias veces seguidas, ambas se miraron extrañadas, ninguna de las dos esperaba visita, Sora fue hacia allí y descolgó el telefonillo:
- ¿Quién es?- al rato dijo- ¿Qué haces aquí tú? Sí sube… más te vale que sea importante, que tenemos cosas que hacer- entonces colgó y le dijo a Mimi- es Matt, dice que tiene un plan estupendo para hoy o no sé qué…
- Vaya…- dijo Mimi divertida, solo escuchando la manera de hablarle, ya sabía quién era- ¿Qué será?
Al rato, escucharon los pasos ágiles y fuertes del joven que parecía que iba dando grandes zancadas, llamó al timbre y Sora fue a abrirle.
Matt entró en la sala como si se tratase de su casa, sonriendo a las dos presentes, la verdad es que ese día estaba muy guapo, iba vestido con unos pantalones negros estrechos, una camiseta blanca con el nombre de un grupo de rock y su chupa de cuero negra, su pelo rubio estaba empapado debido a la lluvia le caía de forma atractiva a ambos lados de su rostro y sus ojos azules brillaban con su usual brillo travieso.
- Buenos días señoritas, ¿me echaban de menos?
- Para nada- dijo Sora ya empezando a fastidiarlo- estábamos estupendamente hasta que viniste…
- Di que no, Matt- dijo Mimi riéndose- siempre eres bienvenido aquí.
- Gracias, Mimi- dijo Matt sonriendo- si no fuera porque eres la novia de Taichi ahora mismo te pediría salir.
Mimi le miró mal y él empezó a reírse a carcajadas, siempre que se veía tenía que saltarle la misma broma y de la misma manera, le daba lo mismo incluso que el propio Taichi estuviera delante o no estuviese. Pero ya le daba igual, hasta le parecía divertido, pero Sora en cambio no se rio y dijo:
- ¿Qué era eso tan importante que tenías que decirnos?
- ¡Ah sí!- dijo Matt y sin que nadie le dijera nada se sentó en el sofá- hace unos días tuve una revelación, y me di cuenta de que hace mucho tiempo que no cocino nada por mí mismo.
- ¡Oh que novedad!- dijo Sora bufando- si desde que te fuiste de casa de tu padre no has dado un palo al agua en tu casa.
- Ya bueno- dijo Matt- pero es que era más fácil comprarlo precocinado y cuando vivía con mi padre teníamos que hacer vida sana… Bueno, el caso es que he decidido empezar a cocinar como hacía antes…
- ¿Cocinabas antes?- preguntó Mimi.
- Sí claro- dijo Matt- solo que no sé por qué mi padre siempre decía que mejor comiéramos en un restaurante…
- Creo que nos imaginamos el motivo- dijo Sora- venga Yamato suéltalo de una vez, que quieres pedirnos.
- Que vengáis hoy a casa a comer con nosotros- dijo Matt- y así probáis las delicias de este gran chef.
Sora se quedó mirándole detenidamente como si tratara de buscar la broma en su rostro, pero al no encontrarla y ver que realmente estaba hablando en serio, empezó a reírse a carcajadas sin parar, Mimi y Matt se quedaron mirándola en silencio hasta que logró decir:
- ¡No me puedo creer lo que estoy oyendo! ¿De verdad que tú vas a cocinar?
- Aunque parezca extraño que yo lo diga… sí eso pienso hacer- dijo Matt sin inmutarse ni un segundo ante las burlas de su amiga.
- ¡Dios! Ahora mismo la imagen tuya en mi cocina con un delantal rosa me parece tan grotesca que no puedo pararme de reír- dijo Sora notando que volvía una oleada de carcajadas.
- Ya…- dijo Matt con una cara que no auguraba nada bueno- veo donde esta lo grotesco… ¡Qué pervertida! Me estás imaginando solo con un delantal rosa en tu cocina… Sora, Sora, luego yo soy el cerdo siempre.
Sora pasó de contestarlo y le miró molesta, pero no enfadada, nunca se enfadaba con Matt por muchas tonterías que le dijera, Mimi se había dado cuenta de que si hubiera sido otra persona quien le hubiera dado esa contestación que no fuera él, ya le habría lanzado alguna de sus contestaciones llenas de veneno.
- ¿Qué me dices Mimi?- dijo Matt que ahora la miraba fijamente a ella- ¿Te apuntas?
- Yo por mí sí- dijo Mimi y mirando a Sora preguntó- ¿Tú qué dices Sora?
- Miedo me da lo que nos prepare éste, pero tengo curiosidad- dijo Sora.
- ¿Kari no está?- preguntó entonces Matt buscándola con la mirada.
- Está con su novio, hoy no venía a comer- le dijo Mimi.
- Es verdad, su novio- dijo Matt frunciendo el ceño- me lo contó Tai el otro día y no parecía nada contento.
- ¿Tai lo sabe?- preguntó Mimi preguntándose cómo habría reaccionado.
- Sí, vino Kari un día a casa con el chico y se lo contó, luego ellos dos se fueron y Tai estaba bastante enfadado, creo que hasta han discutido.
- Normal- dijo Sora que ya había abierto otra vez la ventana para fumarse otro cigarro- a mí no me parece muy normal esa relación…
Matt no la respondió, sino que se quedó mirándola detenidamente y acto seguido empezó a mirar la casa de un lado a otro como si algo no fuera como él se esperaba, finalmente dijo:
- ¡Oye! ¿O soy yo o aquí las cosas son distintas?
- No sé a qué te refieres, la verdad- dijo Sora sarcásticamente mientras encendía el cigarro en la ventana.
Entonces Matt miró a Mimi y dijo:
- ¿Tú has tenido que ver con esto, verdad?
- ¿Con qué?-preguntó Mimi que aun no entendía.
- ¡Venga ya!- dijo Matt- esta casa está reluciente y antes daba terror pisar por aquí y Sora está fumando en la ventana… de verdad, que eres la persona más valiente y admirable del mundo… Dime tu secreto… ¿la has amenazado con algo o empezaste a hacerle un boicot hasta que se rindió y tuvo que ceder?
- Bueno…- dijo Mimi algo incomoda, pero eso hizo a Matt averiguar todo.
- ¡Jaja! Sí, ya sé qué has hecho… ¡Buen trabajo!- dijo Matt riéndose de Sora.
- Una palabra más Yamato y te meto este cigarrillo por el culo- dijo Sora mostrándole de forma amenazadora el cigarro humeante- y sabes que no estoy bromeando…
- Bueno, si, mejor me callo ya…- dijo Matt tragando saliva y decidió cambiar de tema- bueno, ¿nos vamos ya?
- Está lloviendo a cantaros, Matt- dijo Mimi- no me apetece mojarme.
- He traído el coche- dijo Matt- lo tuve que aparcar un poco lejos, y como no traje paraguas pues por el camino me he empapado.
- Bueno, pues entonces vámonos- dijo Sora tirando el cigarro por la ventana- ¡Mimi! ¡Trae los paraguas! No quiero mojarme como este idiota.
Mimi se quedó mirándola sorprendida ante cómo la acababa de llamar y dijo extrañada:
- ¿Hola? ¿Cómo has llamado, Sora?
- Pues Mimi- dijo Sora- ¿no te llamas Mimi? No te voy a estar llamando yanqui toda la vida que es muy largo…
Mimi no dijo nada y se dispuso a ir a buscar su abrigo y los paraguas cuando de repente se acordó de algo:
- ¿Pero vosotros vivís lejos de aquí?
- Sí, un poco- dijo Matt- cerca de mi facultad y demás.
- Es que luego tengo clase y me pilla lejos- dijo Mimi disgustada.
- No te preocupes- dijo Matt- luego o te llevo yo con el coche u obligo a Tai a que mueva el culo y te lleve.
- Sí, que ejerza su deber como novio sustituto en Japón- dijo Sora riéndose de su amigo- bueno ya quisiera él ser al menos eso…
Mimi no le hizo caso, ni siquiera quiso saber a qué venía aquello, tenía Michael y lo demás le importaba lo mínimo. Fue a buscar las cosas y cuando volvió Sora ya se había puesto su fina chupa negra y se encaminaba junto con Matt a la puerta, fue hacia ellos y le tendió a Sora su paraguas, Matt entonces preguntó:
- ¿Y yo con quién voy?
- Tú te jodes y te mojas- dijo Sora sonriendo de forma malévola.
- ¿Mimi?- preguntó él poniendo cara de perro mojado que lo hacía tan guapo.
- Sí, vas conmigo- dijo Mimi- no hagas caso a Sora.
Cerraron la puerta y bajaron al portal, vieron que estaba lloviendo un poco menos que antes y abrieron los paraguas, empezaron a correr en la dirección donde Matt les indicaba que había aparcado el coche. Caminaron bastante seguido y aún no llegaban, Sora ya parecía cansada porque le dijo a Matt:
- ¿Dónde lo has aparcado? ¿En Kyoto?
- Ya estamos llegando- dijo Matt simplemente.
Justo en ese momento, se pararon ante un flamante coche blanco con un par de años y bastante grande, Mimi vio que Matt miraba su coche cómo si fuera lo más importante de su vida y sintió el impulso de reír, los chicos y su pasión por los coches traspasaba fronteras…
Matt abrió la puerta de los asientos de atrás y ellas accedieron al interior, vieron que en el asiento del copiloto, Matt lleva una guitarra enfundada en su funda y cuando él accedió a su lugar en el asiento del conductor, Mimi le preguntó:
- ¿Tocas la guitarra?
- Sí- dijo él mientras arrancaba el coche- toco en una banda de rock con unos amigos, tenemos bastante éxito por los locales pequeños…
- ¡Qué bien!- dijo Mimi- a ver si algún día voy a ver cómo tocáis.
- Tengo pases gratis para invitar a quien quiera- dijo Matt- luego recuérdamelo y te doy algunos.
Matt sacó al fin su coche de entre los dos coches donde se encontraba y se unieron a los demás coches a la carretera, no conducía mal solo que se emocionaba en cuanto tenía oportunidad y de vez en cuando pisaba el acelerador para ir más deprisa, pero a nadie le importaba, era agradable poder ir un poco deprisa en las embotelladas calles de Tokio.
El joven rubio sabía callejear bien por las calles de la ciudad y encontró buenos atajos para burlar los atascos y llegaron a la zona residencial donde ellos vivían, tal como decía Matt al lado de la Facultad de Físicas donde él estudiaba.
Pararon frente a un edificio residencial bastante moderno y limpio, un poco más nuevo que donde vivían ellas, Matt apagó el motor del coche y sacó la llave mientras las chicas salían del coche. Pronto el chico se unió a ellas y dijo:
- Bueno, ahora ya no llueve… bueno seguidme.
- Ya sé donde vivís- dijo Sora- y Mimi no se va a perder.
Matt no contestó y comenzó a caminar en dirección al portal, sacó su llave y abrió las puertas del portal, las chicas le siguieron hasta el ascensor y éste pulsó el número 5.
Al fin llegaron a la planta y se descubrió ante ellos un largo pasillo con la escasa iluminación que venía de la gris mañana entrando por los grandes ventanales y varias puertas al lado derecho del pasillo.
Matt avanzó a grandes pasos hasta el final del pasillo donde se encontraba la puerta de su casa, era la última y estaba un poco apartada de las demás puertas, sin pararse a percatarse de ello, introdujo la llave en la cerradura y tras un par de vueltas abrió la puerta.
Cuando Mimi entró en el hogar aquel, se encontró con un pequeño recibidor donde no había nada y en frente de ella un gran salón. Aquel salón era mucho más grande que el suyo pero tenía menos muebles y parecía que estaba casi vacío salvo por un pequeño detalle, la sala entera estaba llena de trastos por todas partes: balones de fútbol, palos de hockey, la play station en el suelo que parecía haber sido desenchufada recientemente, mandos de diferentes aparatos electrónicos, comida, ropa de deporte, una guitarra eléctrica y varios portátiles.
Mimi sintió el característico agobio que sentía cada vez que entraba en la habitación de Kari, solo que allí no terminaba de creerse lo que estaba viendo… ¿cómo era posible una sala tan grande pudiera parecer tan pequeña?
Izzy se encontraba allí sentado en el suelo junto a su play station, parecía que la estaba arreglando, Matt entonces horrorizado preguntó:
- ¿Qué le ha pasado a la play?
- Nada, tranquilo- dijo Izzy después de saludar a las chicas- solo estoy haciéndole unos trucos…
- ¿Vas a intentar que sean compatibles esos juegos que te bajaste?- preguntó Matt interesado.
- No es que lo vaya a intentar- dijo Izzy sin apartar la vista del aparato- es que ya lo tengo, solo queda probarlo…
- Si es que qué haría yo sin ti, mi ordenador con patas- dijo Matt ya empezando la coña acostumbrada.
Izzy no dijo nada, solo suspiró resignado a tener que aguantar a su amigo todos los días las mismas tonterías y siguió con lo suyo. De repente se oyó una voz que venía a lo lejos que hablaba con Izzy:
- ¡Izzy! ¿Ha venido Matt? Porque le tengo que aclarar unas cosas sobre… ¡Uy! No sabía que había más gente.
Ante los ojos de los allí presentes, apareció un Taichi que los miraba desconcertado con el pelo mojado y revuelto, el cara aun mojada y con una toalla como única prenda que le ocultase sus vergüenzas. Pero el chico en lugar de avergonzado, simplemente sonrió y dijo:
- ¡Hola chicas!
Ellas no dijeron nada, Sora lo miró como si no pasase nada y tampoco hizo ningún comentario sobre la manera en la que le recibía su amigo, pero Mimi en cambio se quedó completamente blanca y trató de evitar no mirar al chico, pero sus ojos le jugaban malas pasadas y se perdían en su bien formado pecho y en su morena piel, no podía creerse lo que estaba pasando y temía haberse ruborizado y ser el blanco de las burlas de los allí presentes.
Pero nadie se dio cuenta, ya que Matt dijo riéndose:
- Pero Tai, por dios, aquí no, ¿no ves que hay gente mirando?- acto seguido miró a las chicas y añadió- es que no falla, me ve y ya está tan cachondo que me espera sin ropa…
- ¡Eres gilipollas!- dijo Tai sacándole el dedo del medio- me voy a vestir y en un momento estoy aquí… es que acabo de venir de entrenar y me he mojado un montón.
Desapareció por la otra puerta que daba a las habitaciones y ya cuando al fin regresó, las chicas estaban sentadas en el sofá viendo cómo Izzy probaba su nuevo juego pirata. Matt se había encerrado en la cocina y se oían ruidos extraños y preocupantes allí dentro. Tai tardó un momento en ubicar los ruidos en la cocina y dijo:
- La verdad es que prefiero no saber qué es lo que está haciendo ni de qué manera nos va a envenenar- y tras decir eso, se sentó pesadamente en el sofá entre las dos chicas dejando el brazo de Sora enterrado bajo él:
- Tai, subnormal- dijo ella quejándose- ¡Levanta tu gordo trasero que me has pilado el brazo!
- Perdona, pero de gordo nada… que me paso la vida entrenado- dijo Tai fingiéndose ofendido mientras Sora luchaba por alejar su brazo de él, pero de repente se dio cuenta de algo y añadió- ¿Mi hermana no ha venido?
- No, está con su lapa- dijo Sora masajeando su brazo liberado- dijo no sé qué de celebrar la primera semana que llevan juntos.
Ante esa respuesta Tai soltó un fuerte resoplido de indignación, a lo que Mimi le preguntó curiosa por saber la opinión de Tai:
- ¿No te gusta el novio de Kari?
- No, la verdad es que no- dijo Tai- me parece idiota… cuando me lo presentó el otro día me dijo que me conocía de hacía años porque me había visto jugar al fútbol y que me admiraba mucho… parecía un maniaco ahí mirándome como si fuese un dios griego…
- ¡Joder!- dijo Sora- parece que está enamorado de ti, ¿no? A ver si está saliendo con Kari para ver si puede conquistarte…
- Pues lo lleva claro- dijo Tai- y yo que pensaba que mi hermana acabaría con Takeru… no sé… se les veía tan unidos…
- Yo también lo pensaba- dijo Sora- pero fíjate que el otro día casi ni se saludaron… ¿qué pasará?
Mimi tragó saliva ante aquella conversación, así que Tai se había olido algo entre Kari y Takeru, pero procuró no parecer muy sorprendida por ello, no quería empezar a dar explicaciones y procuró cambiar de tema:
- Pues parecen bastante felices, ¿no?
- Sí, eso parece- dijo Tai llevándose las manos por detrás de la nuca y apoyando más la espalda en el sofá- me enfadé bastante con ella por eso, no sé, debe ser que aun la veo muy cría para novios y esas cosas…
Sora y Mimi se miraron en un momento que Tai miraba al techo con una miraba de "si tú supieras" que hasta el propio chico se hubiera percatado y también notaron como Izzy se daba la vuelta discretamente para mirarlas pero de nada de esto se enteró el joven.
Justo en ese momento, apareció Matt por la puerta de la cocina con un delantal blanco puesto, cosa que hizo que todos se empezaran a reír a carcajadas, pero él no les hizo caso y dijo:
- Bueno enseguida vendrá mi hermano por aquí, en nada habré terminado y ya podremos comer- tras decir eso volvió a desaparecer por la puerta.
Los chicos en el salón se miraron con caras de miedo y horror infinito, Sora decía más para sí misma que para los demás:
- ¿Quién me mandaría dejarme convencer por este loco? Seguro que moriremos de una forma lenta y dolorosa…
- Yo no me dejé convencer- dijo Tai con cara de susto- a mí me amenazó con tirarme la Wii por la ventana…
- Y a mí con borrarme el disco duro del portátil- dijo Izzy aún más asustado- ¿Por qué le enseñaría a hacerlo?
- Bueno seguro que no es para tanto- dijo Mimi aún confiada e inocente mientras los demás se miraban unos a otros con miradas esquizofrénicas.
De repente, se oyó la voz de Matt desde la cocina:
- ¡Ya terminé!
Entonces los dos chicos y Sora supieron que su hora estaba a punto de llegar y que llegaba en forma de comida…