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viernes, 30 de enero de 2015
Capitulo 12: Terrible Verdad
Desde aquel día, Mimi no fue capaz de pensar en nada más, aquella coincidencia la había dejado completamente trastocada, no solo por aquella casualidad sino porque no era capaz de apartar de su mente la cantidad de interrogantes que se sucedían en su cerebro, interrogantes sobre el motivo que llevó a aquellas dos mujeres a no volverse a hablar, el motivo de por qué Sora no nombraba a su madre…
Durante aquellos días, siguió visitando la tienda con la excusa de conocer más sobre los arreglos florales japoneses y Toshiko Takenouchi siempre la recibía con una cordial y amistosa sonrisa en su rostro cada vez que la veía entrar por la puerta, la verdad es que Sora y ella se parecían mucho cuando ambas sonreía…
Pero Toshiko nunca mencionó nada sobre su hija y cada vez que ella intentaba llevar alguna conversación sobre hijos o algo por el estilo, la mujer sabía cómo cambiar de tema con tal maestría que Mimi ni siquiera se daba cuenta de que había cambiado la conversación hasta más tarde.
Así no podía averiguar nada y sabía que aquel tema no podía hablarlo con Sora, así que decidió ir al siguiente nivel…
- Kari- dijo Mimi a su compañera que iban juntas de la biblioteca en dirección a su casa.
- ¿Sí?- preguntó Kari.
- ¿A qué no sabes a quién conocí ayer?- le decía Mimi- a la madre de Sora.
- ¿A Toshiko?- preguntó Kari incrédula- ¿Cómo es eso?
Mimi le relató aquel breve encuentro y notó cómo Kari palidecía por momento a cada palabra que ella decía, entonces supo que a ella sí podía preguntarle:
¿Qué ocurre?- preguntó ella.
- Será mejor que no le digas a Sora nada sobre esto… no sé cómo podría reaccionar- dijo simplemente Kari, se la veía preocupada.
- ¿Por qué?- preguntó Mimi intentando sonsacarle algo- sé que ella cuando nos conocimos dijo que no se hablaban, pero no entiendo por qué…
- Yo tampoco lo sé…- dijo Kari para su decepción- pero ese tema para ella es tabú, se pone muy nerviosa cuando la nombran y le cambia muchísimo el humor… por eso te digo que no se lo digas a ella…
- Bueno… pero aún así me gustaría saber qué es lo que les ocurrió- dijo Mimi- no sé… debió de haber sido algo muy grave, ¿no crees?
- Sí… a mí también me gustaría saberlo- dijo Kari como divagando- podemos ir a ver a los chicos… Tai y Matt son amigos de Sora desde pequeños… puede que ellos lo sepan.
Mimi entonces asintió con energía, volvía a sentirse emocionada ante lo cerca que estaba de descubrir qué era aquello que atormentaba a Sora, Kari entonces sonrió y le señaló la boca de metro indicándole el cambio de rumbo.
Ambas bajaron las escaleras del subterráneo hasta los andenes y esperaron a que el metro llegase, Kari miró el itinerario de estaciones y se reunió con Mimi:
- En metro todo está mucho más cerca, son cinco estaciones solo- le dijo- aunque no me gusta nada… siempre está lleno de gente.
- Te pareces a Jou- dijo Mimi acordándose del día aquel- casi le da un ataque de ansiedad aplastado entre la gente…
- Ya, es que Jou siempre ha sido un fóbico- dijo Kari riéndose- yo creo que llegó a tener un trauma con mi hermano y Matt cuando se graduó… no sé las que le prepararían pero cuando los vio a los dos juntos en la cafetería ese día puso una cara de terror difícil de disimular…
- ¿En serio?- dijo Mimi- no me fijé…
- Bueno, seguramente no podrías despegar la vista de mi hermano, ¿verdad?- dijo Kari mirándola queriéndola molestar pero al ver la cara de Mimi añadióes coña, no te enfades… es que a este paso de tanto que lo dice Matt voy a acabar creyéndomelo…
- No me hables de Matt, por favor- dijo Mimi resoplando- que contenta me tiene…
En ese momento llegó el tren y se subieron en él rápidamente, por suerte a esa hora aún la gente no había salido de trabajar y no se aglomeraban en los andenes para volver a sus casas así que pudieron ir más o menos desahogadas.
Lentamente fueron pasando las estaciones que les separaban de la casa de los chicos y Mimi sentía que se moría de ansiedad, moría por saber la verdad, aunque en el fondo sabía que aquello no le iba a gustar nada, pero si quería entender un poco más a Sora tenía que hacerlo…
Finalmente llegaron a su destino y ambas chicas salieron del vagón hacia el andén, Kari se quedó mirando hacia las salidas que había y se decidió por una, Mimi simplemente la siguió preguntándole:
- ¿Sabes llegar desde aquí?
- Si tú tranquila- dijo Kari- será porque no he ido veces al piso de mi hermano…
Salieron al exterior y para su alegría, reconocía aquella zona de la última vez que estuvo en casa de los chicos, así que pudo andar al lado de Kari sin perderse. Por fin vieron el edificio de viviendas donde vivían.
Kari llamó varias veces sin parar al portero y Mimi le apartó el dedo del botón para que parase, Kari solo se rió, al momento se oyó la voz pausada y monótona de Izzy, parecía que como si acabase de levantarse:
- ¿Sí?- se le oyó decir pesadamente.
- ¿Kou?- preguntó Kari extrañada- ¿nos abres?
- ¡Ah sois vosotras!- dijo Izzy y al momento les abrió.
- ¿Y a éste que le pasará?- le preguntó a Mimi Kari mientras entraban en el edificio.
Tomaron el ascensor y mientras subían las chicas miraban a las puertas de forma fija sin despegarla, como si fuera lo más emocionante que allí había.
Cuando llegaron a la planta vieron que allí estaba Matt apoyado en el ventanal del pasillo esperándolas, las dos le miraron con curiosidad y Kari le preguntó:
- ¿Qué haces aquí en el rellano?
- Nada- dijo él- ¿no puedo estar aquí esperando a dos hermosas mujeres?
- ¡Anda cállate!- le dijo Mimi- que me tienes contenta…
Matt solo sonrió de forma encantadora y dejó entrar a las chicas antes que él, pero entonces gritó desde la puerta:
- ¡Tai! Han venido las cuñadas.
Nadie le hizo caso y las chicas entraron en el salón y se encontraron con un Izzy sentado en el sofá con una manta enorme, encogido de frío, estaba tomándose un café caliente y tenía bastante mala cara con unas ojeras enormes y las saludó con un débil gesto.
- ¿Estás enfermo Izzy?- le preguntó Mimi acercándose a él.
- Sí- contestó él- un resfriado bastante fuerte…
- ¿Y eso?- preguntó Kari sentándose a su lado.
- Pregúntaselo a Matt- dijo Izzy mirando mal a su amigo y las dos voltearon la vista hacia él que miraba indignado a su amigo.
- ¿Yo? ¿Por qué razón?- preguntó Matt aunque su cara parecía saber a qué se refería.
- Me dejaste esperándote bajo la lluvia y tú no aparecías con el coche… ¡casi una hora!- dijo Izzy completamente indignado señalándole con el dedo.
- ¡Jajajaja!- se rió Matt- lo siento tío… es que me entretuve.
Izzy iba a contestarle algo, pero un ataque de tos se lo impidió haciendo que las chicas le prestaran toda su atención mirándole con cara de lástima, a lo que Matt dijo:
- Anda no te quejes, mira el caso que te hacen las mujeres cuando estás enfermo, me lo tendrías que agradecer y todo…
En ese momento apareció Tai por la puerta del salón contemplando la escena aquella de las chicas mirando a Izzy y Matt riéndose, entonces le dio unos golpes en la cabeza a su amigo pelirrojo y le dijo:
- Bueno mira Izzy, ¡qué bien acompañado estás!- miró a las chicas y preguntó- ¿Qué hacéis aquí?
- Queríamos hablar con vosotros sobre algo importante- dijo Mimi contenta de que por fin alguien sacase el tema.
- Pues decid- contestó él sentándose en el sofá al lado de Izzy.
Entonces ellas también se sentaron donde pudieron y Mimi comenzó a relatarles lo que había ocurrido aquella mañana cuando conoció a la madre de Sora, entonces notó que al igual que Kari cuando se lo contó, ellos también palidecieron y se miraban unos a otros completamente preocupados, pero esta vez Mimi no se emocionó antes de tiempo… a lo mejor ellos tampoco sabían nada y solo se preocupaban porque no se lo dijera a Sora.
Cuando terminó de hablar, ella entonces preguntó:
- ¿Vosotros sabéis qué le ha pasado a Sora con su madre? Porque nunca habla de ella y ahora que la conozco me gustaría saber qué ha ocurrido…
Los tres chicos se miraron entre ellos sin saber por dónde empezar a hablar, finalmente Tai se decidió a hablar él primero:
- Bueno… realmente no sabemos qué es exactamente lo que ha pasado entre ellas, pero sí te puedo decir cuando ocurrió… fue cuando nosotros teníamos 17 años, un día Sora vino a mi casa llorando diciendo que su madre la había echado de casa y que no tenía donde ir… yo ese día estaba solo en casa porque Kari se había ido a pasar el fin de semana fuera y mis padres nunca estaban, así que la dejé quedarse esa noche…
- Nunca me contaste nada de eso ni-chan- dijo Kari.
- Es que ella me pidió que no se lo contase a nadie- dijo él y prosiguió el relato- nunca me dijo qué había ocurrido y se ponía muy desagradable cuando intentaba sonsacárselo…
- Yo también me enteré que ella estaba en su casa- dijo Matt que por primera vez se le veía serio- estuvimos entre los dos toda la noche intentando convencerla de que hablase con su madre, pero ella se negó y no había manera.
- Entonces, al día siguiente, ella se marchó sin decirnos nada a ninguno, solo una nota donde decía que se marchaba a Kyoto a vivir con su padre y no la volvimos a ver hasta que su padre murió y se vino a vivir a Tokio…- finalizó el relato Tai.
- ¿Y nunca os dijo qué hizo ese año que estuvo fuera?- preguntó Mimi extrañada.
- Sí, bueno algo nos dijo- dijo Matt- que se había graduado allí en Kyoto y que su padre había muerto de cáncer y que por eso había decidido empezar una nueva vida en Tokio, pero nunca más volvió a mencionar nada sobre su madre…
- Nosotros cuando desapareció…- dijo Matt pensativo- fuimos a hablar con su madre, ¿estabas tú también Izzy?- al recibir la afirmación de Izzy prosiguió- fuimos a decirle lo que había ocurrido y nos echó de su casa diciendo que nosotros éramos los culpables de algo que no nos explicó y que porque Sora siempre había estado con chicos había ocurrido… y luego nos cerró la puerta en las narices.
Se quedaron todos en silencio sin ser capaces de poder decir nada más. Mimi trataba de asimilar toda aquella nueva información, no era capaz de preguntar nada, prefería que ellos fueran los que fueran diciendo más cosas…
- Bueno- dijo Tai- es cierto que Sora siempre solía ir con chicos más que con chicas, pero no sé qué tendrá que ver eso con lo que quiera que haya hecho… es algo que me he preguntado desde entonces… sé que ellas dos solían discutir mucho por eso de que era poco femenina y que no le interesa el negocio de su madre, pero yo creo que eso no tiene nada de malo…
- Lo de poco femenina habría que verlo, ¿no ni-chan?- dijo Kari mirando ahora a su hermano con una mirada que decía mucho más que las palabras.
- Sí bueno…- dijo Tai ahora con una sonrisilla- pero eso fue hace mucho tiempo ya… no significó nada.
- ¿El qué?- preguntó Mimi que no se enteraba de nada.
- Que mi hermano y Sora estuvieron mucho tiempo liados- le explicó Kari- pues algo debía de significar porque llegaste a declararte después de meses así…
- Bueno, pero me mandó a la mierda, ¿no?- dijo Tai que parecía avergonzado porque hubiera sacado el tema- solo somos amigos y además ella prefería a otro… ¿verdad Matt?
Ahora todas las miradas se centraron en Matt que no había dicho nada en todo ese tiempo y parecía sorprendido de que ahora las atenciones fueran a él, así que dijo:
- Sí, bueno… pero también me dejó tirado como a ti, por si no lo recuerdas fue cuando pasó todo este rollo de su madre...
- ¿Saliste con Sora?- preguntó Mimi completamente interesada en el tema.
- No, salir no porque a ella eso de salir con una persona en serio nunca le ha interesado…- al notar que todos le miraban con reproche añadió- bueno y a mí tampoco, no sé cómo explicarlo… éramos amigos pero también nos acostábamos juntos, lo bueno de todo esto es que nunca se entrometieron sentimientos de por medio y era genial… creo que era como contigo Tai, pero tú fuiste un idiota al declararte.
- ¡Gracias por tu sinceridad Yamato!- dijo Tai sarcásticamente- de verdad que amigos como tú quedan pocos.
Todos se rieron por aquello último con ganas, pero al momento los chicos volvieron a ponerse serio al recordar el tema del que estaban hablando:
- Bueno eso es todo lo que sabemos sobre el tema- dijo Matt- pero sería mejor que no le comentaras a ella nada sobre lo que hemos hablado aquí.
- Sí- apoyó Tai a su amigo- procuramos siempre no hablar sobre ese día que vino a casa de esa manera con ella, pero la verdad es que es algo que nos molesta bastante porque no fue capaz de confiarnos algo tan fuerte como eso…
Mimi y Kari asintieron como aceptación, entonces Mimi consultó su reloj y dijo:
- Es tarde… creo que deberíamos irnos, Kari- tras el asentimiento por parte de su compañera, ambas se levantaron en dirección a la puerta.
- Os acompaño a la calle- dijo Tai mientras se dirigía a buscar su abrigo- yo también tengo que salir.
- De acuerdo- dijo Kari y miró a Izzy que seguía tosiendo de forma lastimosa- mejórate Kou… y no vuelvas a creer a este desgraciado que tienes por amigo.
Matt iba a replicar cuando de repente se oyó desde su habitación el sonido de su móvil con el volumen extremadamente elevado y echó a correr a cogerlo sin ya volver a aparecer por el salón. Izzy les dijo adiós con el brazo y los tres se fueron de allí cerrando la puerta.
Mientras esperaban que el ascensor llegase Kari preguntó a su hermano:
- ¿Adónde vas? Porque imagino que no irás a clase…
- No- dijo Tai simplemente- tengo que llevar la moto a revisión que ya es hora… ¿vosotras vais a casa?
- Sí, pero luego tenemos clase… no como otros que yo me sé- contestó Kari con retintín.
Su hermano no le contestó simplemente se rio de forma disimulada de lo que ella había dicho y no volvieron a intercambiar palabra hasta que llegaron a la calle.
En el momento que pisaron la calle, Kari empezó a saludar con la mano a alguien que paseaba por la calle y corrió hacia ella dejando a sus acompañantes esperándola en el portal, vieron que se trataba de una chica así que supusieron que sería amiga suya, entonces Tai preguntó a Mimi:
- Bueno, ¿y qué tal está Toshiko?
- ¿A qué te refieres?- preguntó ella.
- ¿Cómo la viste? ¿Qué te pareció?- contestó él intentando ser más concreto.
- No sé… la verdad es que se parecen bastante- le explicó Mimi- me pareció una mujer bastante recta y severa pero también muy educada…
- Sí, así solía ser que yo recuerde- dijo Tai perdiendo su mirada al vacío- yo creo que Matt y yo nunca le gustábamos como amigos de Sora porque éramos chicos… no sé eso pienso yo… no recuerdo nunca una palabra amable de aquella mujer.
- ¡Qué pena que no sepamos cuál fue la razón de que echase a Sora de casa!- dijo Mimi- creo que así entenderíamos mejor porqué Sora se comporta de esa manera tan rara…
- Sí la verdad es que me gustaría saberlo- contestó él ahora mirándola- me dejó realmente preocupado cuando se presentó en mi casa así y luego que desapareciera de esa forma tan drástica…
Mimi le miraba, se le notaba bastante afectado por aquello y sin pararse a pensarlo un momento, tomó la mano derecha del chico entre sus manos y la apretó como queriéndole transmitir algo de fuerzas, él también la correspondió de forma firme:
- No te preocupes… seguro que estará bien y cuando esté preparada seguro que te lo contará.
Él entonces con la mano que le había quedado libre acarició su mejilla con afecto y sonrió complacido por aquel gesto de la chica.
- Eso espero…- simplemente dijo él sin dejar de mirar a Mimi.
Ella sentía en su rostro la calidez de su mano al rozarlo y sintió cómo su corazón se aceleraba de forma más rápida de lo normal, se sentía sorprendentemente bien al lado de él y una sonrisa bobalicona apareció en su rostro mientras que no era capaz de apartar sus ojos de su boca…
- Ya estoy aquí- Kari apareció justo en ese momento haciéndolos despertar de aquel encanto íntimo.
Ambos se volvieron a Kari nerviosos intentando a la vez parecer de lo más normal, Tai fue el primero en decir:
- Bueno, me voy a buscar la moto que ya llego tarde… ¡Nos vemos!- y se alejó de allí.
Mimi esperaba que Kari dijera algo sobre lo que acababa de ver, pero la chica simplemente le indicó donde se encontraba la boca del metro sin decir ningún comentario más, no sabía si ella había notado algo raro o había decidido callarse, pero la verdad es que se sentía aliviada de no tener que dar explicaciones, ya que ni siquiera era capaz de dárselas a sí misma… ¿Qué le había pasado? ¿Desde cuándo había tomado tantas confianzas con él? Y la peor de todas las explicaciones que debía darse… ¿por qué deseaba besarle?
Durante todo el camino de vuelta, la joven no dejaba de darle vueltas a sus sentimientos llegando a varias conclusiones en un momento pero después acababa desechándolas y volviendo a tener distintas conclusiones… no entendía nada de lo que le ocurría…
- ¿Mimi?- Kari la llamó de repente sacándola de sus elucubraciones- ¿Qué vamos a hacer ahora con lo de Sora?
- No sé…- dijo Mimi volviéndose a ubicar en el tema que más debería importarle- aún me gustaría saber más y sé que Sora no va a cooperar… debe de haber alguna manera de enterarnos sin que ella nos lo tenga que decir…
- Creo que sé cómo podemos enterarnos- dijo Kari de repente- no sé si te pasa a ti, pero a mí me extraña mucho que no nos deje entrar en su habitación en ningún momento y que sea tan arisca con respecto a ese tema…
- ¿Insinúas que deberíamos entrar en su habitación a hurgar en sus cosas porque lo que buscamos está ahí y por eso no quiere que entremos?- preguntó Mimi entendiendo lo que su compañera decía.
- Exactamente- dijo Kari- sé que es algo mezquino… pero es la única forma de poder ayudar a Sora…
- Me parece bien- dijo Mimi evitando que Kari se lo pensase más y se echase atrás- creo que a estas horas está trabajando así que no llegará a casa hasta tarde, tenemos tiempo…
Y miraron las estaciones que les quedaban hasta llegar a su casa, no veían el momento de comenzar a inspeccionar…
Llegaron a casa casi corriendo y después de cerciorarse de que no había nadie en la casa, se dirigieron a la habitación de Sora y sin pensarlo presionaron la manilla de la puerta, tuvieron suerte de que aquellas puertas no tuvieran cerrojo porque si no seguramente Sora lo habría cerrado a cal y canto y se hubieran quedado con las ganas de entrar.
Abrieron la puerta con cuidado y descubrieron que la habitación se hallaba en penumbra porque Sora no había descorrido las cortinas, entraron con cuidado tras cerciorarse de que allí no había nadie y Mimi fue a correr la cortina para poder ver mejor.
Se encontraron con un panorama desolador. Libros tirados por doquier, ropa arrugada arrojada de mala manera por la cama que no estaba hecha y las sabanas estaban muy arrugadas, ceniceros llenos de colillas de pocos días atrás y montones de hojas arrugadas que se concentraban en una pequeña papelera formando una enorme montaña que amenazaba con caer en cualquier momento. Pero lo que más llamó la atención de las chicas era el olor a tabaco concentrado en el lugar que se notaba que Sora había estado fumando toda la noche y aún no había ventilado.
- ¡Puff!- se quejó Kari- no me extraña que no quiera que entremos en su habitación… menudo desastre…
Mimi la miró sin poder creerse que Kari dijese aquello ya que hasta hacía menos de un menos su habitación era igual o incluso peor que aquella, pero no le dijo nada, ya que desde que las puso a limpiar en serio, Kari había cumplido de forma recta con todo el programa de limpiezas y su habitación estaba tan ordenada que parecía otra habitación diferente a la anterior.
- Si bueno…- simplemente dijo Mimi- empecemos antes de que Sora venga.
Empezaron a buscar entre los cajones rápidamente y hurgaron en sus carpetas y en todo lo que encontraron a su paso, pero no encontraron nada.
Cansadas, se sentaron en el suelo apoyadas contra la cama mirando a su alrededor buscando algún lugar que no hubieran inspeccionado, pero no parecía que faltase nada y Mimi empezó a sentirse mal por haber violado de aquella manera la intimidad de su compañera para nada, pero de repente Kari se levantó y se acercó a una de las estanterías, Mimi vio como miraba por detrás de ella y sacaba de allí algo, parecía un cuaderno pequeño, ella entonces se levantó para reunirse con Kari que lo intentaba abrir con los dedos pero sin resultado, entonces vieron que tenía un candado. Era un diario íntimo…
- ¡Vaya está cerrado!- dijo Kari desistiendo del intento de abrirlo- estábamos tan cerca…
- ¡Kari!- dijo entonces Mimi señalando una hoja que sobresalía de entre las páginas.
Kari lo vió y empezó a sacarlo tirando de la punta que sobresalía, la hoja empezó a salir con dificultad debido a la presión que ejercían las páginas del diario cerradas pero lograron sacarlo, estaba doblada en dos y rápidamente la desdoblaron para encontrarse con…
Oyeron un fuerte carraspeo detrás de ellas y se dieron la vuelta asustadas, se encontraron delante de ellas con una Sora que acababa de llegar parada ante la puerta, su expresión era una mezcla de sorpresa al encontrarlas ahí y de un profundo enfado y furia, parecía que en cualquier momento estallaría y ellas sufrirían las consecuencias.
Pero Sora simplemente respiró hondo antes de preguntar:
- ¿Qué coño estáis haciendo aquí?
- Sora, lo siento…- comenzó Kari pero Sora no la dejó terminar.
- ¿No os he dicho que no podéis entrar en mi cuarto?- notaban como la serenidad de la que antes hacía alarde desaparecía de manera preocupante.
- Mira Sora- dijo Mimi mirando entonces a su compañera a los ojos- te voy a decir la verdad… la verdad es que estamos preocupadas por ti, nos preocupa tu forma de vivir, que no te preocupes por tu salud y que te estés destruyendo poco a poco con las tonterías que haces… pero lo que más nos preocupa es ese odio hacia tu madre tan desmedido… Queremos ayudarte, Sora, pero tú no haces nada para que podamos hacerlo…
- No necesito ayuda- dijo Sora muy enfadada- lo que haya o no ocurrido con mi madre es solo asunto mío… llevo muchos años sin verla y no la necesito… Además, no soy tonta Mimi, sé que has conocido a mi madre.
- ¿Cómo lo sabes?- preguntó entonces Mimi totalmente asombrada.
- He vivido 17 años con ella… ¿te crees que no voy a ser capaz de reconocer los arreglos florales que ella hace?- contestó Sora- me hice la tonta y no te dije nada, porque mi madre me importa una mierda…
- No creo que no te importe- dijo Mimi- Tai y Matt nos han contado lo ocurrido aquel día que fuiste a casa de Tai llorando, pero ahora sabemos mucho más gracias a esto…
Entonces le mostró la hoja que habían cogido del diario y se la mostró a Sora en la cara, ella se quedó entonces completamente blanca al ver aquella hoja y no dijo nada, simplemente comenzó a temblar de nerviosismo, parecía que en cualquier momento iba a romper a llorar…
- No tenéis ningún derecho… ¿Por qué tenéis que sacar toda esta mierda a la luz ahora?
- Porque te queremos Sora- dijo Kari que parecía haberse repuesto del susto- y también los chicos, les duele mucho que no les cuentes nada de lo que te ocurrió… queremos ayudarte de verdad.
Sora no dijo nada. Solo se dejó caer en el suelo como si sus piernas no fueran capaces de sostenerla y se quedó apoyada en la pared con la mirada perdida, cosa que asustó a sus dos compañeras que corrieron hacia ella.
- La odio- dijo Sora haciendo esfuerzos para no llorar descontroladamente- ¿Por qué me hizo esto?
- No pasa nada, Sora- le dijo Mimi sentándose a su lado- eso ya fue hace mucho tiempo…
- Es cierto- corroboró Kari sentándose al otro lado de Sora- nosotros estamos aquí contigo, no estás sola, te ayudaremos…
- Una madre no puede dar la espalda a su hija- decía Sora sin prestar atención a las chicas- una madre no puede echar a su hija de casa cuando ella le dice que está embarazada, no puede…
Mimi entonces miró la hoja que le había mostrado antes a su compañera, era una autorización firmada por ella misma para poder abortar fechada hacía 4 años, Sora solamente tenía 17 años y su madre le había dado la espalda… no sabía si ese descubrimiento había hecho algún bien a alguien y se maldijo a sí misma por haber empezado con ello.
Pero entonces Sora comenzó a llorar por fin, no parecía un llanto amargo, sino que parecía de alivio, como si se hubiese quitado un gran peso de encima y ahora estuviera equilibrado al haber sido descubierto su secreto, Mimi pudo verlo, se dio cuenta de que Sora hacía mucho tiempo que no lloraba tanto como en aquel momento y la abrazó con todo el afecto que pudo reunir, Kari lo contempló y se apresuró a imitarla.
Con alegría notaron cómo la joven correspondía a los abrazos de sus compañeras y las tres se quedaron allí sentadas en aquella esquina consolándose las unas a las otras, Sora entonces levantó la cabeza para mirarlas y dijo:
- Creo que os debo una explicación, ¿no?
- No es necesario, Sora- dijo Mimi sonriéndola- tómate tu tiempo y cuando te sientas preparada para contarnos todo estaremos ahí para escucharte.
Sora asintió y volvieron a abrazarse con cariño, pero Mimi miró a Kari un momento y ella le devolvió la misma mirada, parecía que también había llegado a la misma conclusión que ella y después tenía que hablar a solas.
Era una pregunta que le había surgido en el momento que habían desdoblado aquella autorización de aborto… ¿Quién habría sido el padre de aquel hijo de Sora que nunca nació?