Posted by : Unknown domingo, 25 de enero de 2015






Capitulo 7: Médium

- ¿Estás segura Luce? – Preguntó Natsu mientras giraba la perilla de la habitación de Lucy para entrar, dirigirse a la cama y dormir.

- Estoy muy segura, no recuerdo nada – Dijo Lucy mientras se manejaba las sienes con los pulgares de forma simultánea para intentar recordar lo que Natsu le había pedido que recuerde.

- ¿Ni siquiera un poquito? – Natsu se sentó en la cama y miró preocupadamente a Lucy.

Lucy miró a Natsu y se sentó a su lado. Suspiró, desde hacía un buen rato su amigo le había pedido que recuerde aunque sea un poco de cómo había muerto, o un hecho que ella recuerde antes de nunca despertar y estar en lo que ella había llamado anteriormente la "supuesta" pesadilla.

- No – Miró a Natsu y éste miró hacia abajo, rindiéndose, ella se sentía inútil al no recordar nada.

Después de hablar y discutir un buen rato con Jellal y Levy sobre cómo iban a liberar a Lucy, Natsu y ellos llegaron a un acuerdo, y ese acuerdo consistía en que él sería el que le pregunte a Lucy si es que recuerda algún hecho de su muerte – ya que él era el que la había conocido primero y tenía más confianza con ella, además que había leído su diario – para saber si es que en verdad fue asesinada o había muerto por otra cosa.

Natsu pensaba que la cosa sería fácil, pero no, llevaba más de media hora intentando hacer que Lucy recuerde algo, por lo menos un poquito de ese día.

Abrió los ojos, ese día, ¡Claro! Si no recordaba nada de su muerte, entonces haría que ella haga memoria del último día en el que vivió.

Respiró profundo, cruzó los dedos para obtener suerte – Entonces – Natsu miró fijamente a Lucy – Cuéntame cómo fue el último día que viviste antes de morir y convertirte en un fantasma.

Lucy miró su vestido blanco y largo y sonrió nostálgicamente – Bueno – Dio un largo suspiro – Lo único que recuerdo es que ese día yo me iba a casar, todo estaba perfecto: la mansión, los invitados, la música, la comida, el vestido, el peinado, las flores, todo… – Miró a la gran ventana abierta, donde se veía claramente las estrellas y la luna – Recuerdo que estaba muy feliz,   esperando sola aquí en mi habitación a que los sirvientes llegaran y me digan que la boda  comenzará, y así pueda bajar, hacer que la ceremonia comience y conocer a mi futuro  esposo…pero antes de todo eso… – Hizo una pausa, haciendo que Natsu preste más atención, tal vez por fin se estaba acordando – Cuando estaba aquí esperando…algo pasó… – Cerró los ojos fuertemente intentando, hasta que los abrió y miró a Natsu tristemente – Lo siento Natsu – Miró hacia abajo – No recuerdo nada después de que estuviera aquí, intento hacerlo, pero me es imposible…lo siento.

Natsu dio un suspiro mirando al techo "Estaba tan cerca".

Volteó y vio que Lucy estaba cubriéndose la cara con ambas manos.

- Ehh ¿Lucy? – Dijo él un poco preocupado.

- ¡M-Me siento tan inútil! – Sollozó la rubia – ¡Tú y todos hacen mucho por mí y yo no hago nada! ¡Q-Qu-Quisiera recordar, pero no puedo! ¡Siento que-

- Oye, está bien – Dijo Natsu mirándola cálidamente, cuánto quería abrazarla fuertemente sin querer soltarla, consolarla y decirle que no era su culpa, que todo estaba bien, que él haría todo lo posible para verla feliz y libre, pero lamentablemente no podía sentirla ni tocarla, lo único que podía hacer era hablarle – Sé que ahora no puedes recordar Lucy, pero descuida, todo estará bien, y no te preocupes, yo te ayudaré pase lo que pase.

Lucy miró a Natsu y vio que él le sonreía cálidamente, en ese momento a ella le pareció el chico más tierno del mundo, quería tocar su mano y agradecerle, o decirle a través de gestos y caricias lo bien que ella se sentía a su lado. Pero tenía miedo, no sabía si era porque ella nunca había sentido ese cálido sentimiento cuando estaba junto a Natsu o a que él no sienta lo mismo.

Así que ella sólo le sonrió – Gracias Natsu.

Hubo un momento de silencio, Natsu apagó las velas del candelabro, dejando que la habitación sea iluminada por la luz de la luna y se echó en la cama, Lucy lo miró y se echó a su lado.

- ¿Crees que algún día pueda ser libre? – Preguntó Lucy volteando para poder mirar a Natsu.

- Sí Lucy, pronto lo serás – Dijo Natsu cerrando los ojos – Y te prometo que serás muy feliz.

Lucy se quedó mirando a Natsu mientras dormía pacíficamente, a veces no entendía por qué le encantaba mirarlo dormir, ver su rostro lleno de paz, de ternura, hacía que deseara que ese momento nunca se acabe.

- Espera Luce, todavía no abras los ojos – Le dijo Natsu mientras guiaba a Lucy.

- ¿Qué es? Quiero ver ya – Se quejó ella mientras caminaba cuidadosamente.

Natsu caminaba junto a ella, sonriendo, sabía que a ella le iba a encantar cuando abra los ojos – Es una sorpresa, así que todavía no los abras.

- ¡Oye Natsu apúrate! – Gritó Erza desde al fondo.

- ¡Dame un segundo! – Dijo Natsu mientras abría la puerta pequeña y caminaba junto a Lucy hacia el jardín – Luce, esto te va a encantar.

Lucy rió, Natsu pensó en que si Lucy fuera su novia y estuvieran solos, tal vez la hubiera besado. Pero como él lo había dicho muchas veces, no era posible.

- Bien Luce, hemos llegado, abre los ojos.

Lucy abrió los ojos y se sorprendió, cubrió su boca con sus manos, no podía contener tanta alegría y emoción dentro de ella.

- ¡E-El jardín! – Dijo ella sonriendo – ¡Está lleno de flores y rosas! ¡Mira hasta la pileta la han limpiado!

Erza, Gray, Gajeel y Juvia venían hacia ella con ropas viejas cubiertas de tierra.

- Nos costó mucho, pero valió la pena ¿no? – Dijo Erza sonriendo.

- Al parecer a la coneja le encantó – Dijo Gajeel.

Gray y Juvia se miraron y sonrieron sonrojados.

- Sinceramente, por primera vez me siento orgulloso de mí mismo – Dijo Gray – Lo hicimos bien.

- ¡Juvia piensa que quedó hermoso!

Lucy miró a todos, estaban felices, pero ella no se sentía bien, les había costado mucho trabajo.

- Chicos…gracias, en serio – Dijo sosteniendo las lágrimas – Nunca había conocido a personas como  ustedes…me hacen tan feliz.

- No te preocupes – Dijo Erza – Los amigos comparten felicidad ¿no?

- Y no nos agradezcas a nosotros – Interrumpió Gray – Agradécele al tonto de Natsu, fue su idea.

Lucy volteó a mirar a Natsu sorprendida – ¿En serio Natsu?

Natsu se sonrojó y se rascó la nuca – La verdad es que sí, fue mi idea, pero los chicos me ayudaron  también.

Lucy se sonrojó y le sonrió – Gracias Natsu, eres el mejor.

Natsu pensó en que si hubiera tenido una grabadora en ese instante, hubiera grabado y reproducido una y otra vez la voz melodiosa de Lucy diciendo: "eres el mejor".

- ¿Es en serio? – Preguntó Jellal mientras cerraba su libro, no podía entender cómo Lucy no podía recordar su muerte.

- – Dijo Natsu por enésima vez, a veces no entendía por qué la gente como su amigo, le preguntaba muchas veces la cosa que ya tenía respuesta – Y seguirá siendo un sí.

- Wow – Dijo Levy que estaba sentaba sobre la mesa, leyendo un libro – Miren esto, aquí dice que el 14 de julio de 1789 el pueblo de París respaldó en las calles a sus representantes y, ante el temor de que las tropas reales los detuvieran, asaltaron la fortaleza de la Bastilla, símbolo del absolutismo monárquico – Miró a sus compañeros – O sea según esto y el resto que leí quiere decir que para este entonces algunas autoridades nobles ya habían sido asesinados – Hizo una pausa – Tal vez la mansión Heartfilia ya habían sido-

- Entendemos perfectamente a lo que nos quieres decir – Interrumpió Jellal seriamente – El problema es que Lucy no recuerda lo que pasó, quién sabe si la mansión fue saqueada, o si es que la mataron o torturaron.

- Pensar en eso me da dolor de estómago – Dijo Natsu chasqueando con los dientes – Sería horrible matar a alguien inocente.

- En fin – Habló Levy intentando mejorar el ambiente – No podemos hacer nada, a las finales está muerta – Cerró su libro y miró a Jellal, ambos sabían que si no había solución para el plan A, entonces tendrían que aplicar el plan B.

- Jellal – Dijo Levy – Sabes que si no funcionaba preguntarle a Lucy, tendríamos que aplicar la siguiente estrategia ¿no?

Jellal suspiró – Sí Levy, sólo espero que no se enoje por interrumpir su trabajo.

- No lo creo, ya sabes, ella es como tú: le fascinan los fantasmas – Bromeó Levy.

Natsu frunció el ceño, odiaba estar fuera de la conversación – ¿De quién están hablando?

Ambos jóvenes se sonrieron y voltearon a mirar a Natsu, dispuestos a decirles de quién se trataba.

- ¿Una médium? – Dijo Gray incrédulo – ¿Va a hacer una actuación o qué?

- ¿Eso no es lo mismo que ser bruja? – Bromeó Gajeel.

- ¡Cállense! – Levy frunció el ceño – Una médium no es una bruja, es una persona que posee dotes paranormales para poder comunicarse con espíritus, par de tontos.

- Cierto – Agregó Jellal – No subestimen a nuestra tía, pero Levy… ¿¡Por qué tuvieron que traer a Wendy!? – Gritó aturdidamente mientras su pequeña hermana intentaba bajarle los pantalones.

- ¡Ella quiso venir, estaba sola! A parte ¿No la ves? ¡Es tierna! – Dijo Levy juntando sus manos.

- ¡Juvia! – Dijo la pequeña de 8 años mientras se acercaba a Juvia – ¡Vamos a jugar!

- ¡Juvia piensa que Wendy es la mejor niña que ha visto!

- Y vaya qué niña – Dijo Gray – No tuvo miedo al conocer a Lucy, me sorprende bastante.

- ¡Lucy es muy linda! – Dijo Wendy sonriendo – ¡Y también es hermosa!

Jellal miró a su hermana menor con un poco de rabia, a veces lo sacaba de sus casillas cuando hacía mucho escándalo – Lo que pasa es que a Wendy y a mí nunca nos han asustado los fantasmas ni las historias de terror – Hizo una pausa – Y además como no tenemos padres, yo tengo que estudiar y trabajar mientras tía Poluchka se queda con Wendy para poder cuidarla, y como tía Poluchka es una médium, trabaja para la gente que quiere comunicarse con seres del más allá, esas cosas raras y atemorizantes que todos conocemos, por lo tanto a veces tiene que llevar a Wendy a su trabajo, cosa que a ella no le asusta en nada.

- Wow – Dijo Gajeel – Tu tía es impresionante.

- Y Wendy también – Dijo Gray que no superaba del shock al haberse enterado que Wendy no le temía a los fantasmas.

- ¿Y-Y qué cosa va a hacer tu tía en este mismo instante? – Preguntó Erza a Jellal tímidamente.

- Ya lo verás – Dijo Natsu cerrando la puerta, dirigiéndose a donde estaban sus amigos – Chicos todo está listo, ahora sólo tenemos que esperar.

Los jóvenes y la niña tomaron asiento en las mesas, en donde estaban conectadas algunas fuentes de sonidos que conectaban con las diferentes salas principales de la mansión: el gran salón principal – en donde en el centro del salón estaban solamente Lucy con la tía Poluchka dispuestas a conectar y alterar el tiempo para que Poluchka vea lo que realmente pasó allí en el pasado – la cocina, el dormitorio de Lucy, los pasillos del primer y segundo nivel, las escaleras. Les había tomado bastante tiempo en conectar todo ese rollo, pero lo habían logrado, todos se encontraban en la biblioteca, dispuestos a escuchar lo que en este mismo instante iba a suceder.

- ¿Lista Tía Poluchka? – Dijo Jellal agarrando un pequeño micrófono que conectaba con el audífono de su tía.

- Lista – Se escuchó la voz de su tía a través del pequeño parlante donde todos podían oír.

- Muy bien – Dijo Jellal – De ahora en adelante toma las manos de Lucy y cierra los ojos, imagínate que no hay nadie de nosotros y que la fecha de hoy es 11 de julio de 1789. 

En ese momento a Lucy se le llenó un escalofrío, la tía Poluchka y Wendy habían sido bastante amables con ella y les había caído bien, pero cuando Natsu le dijo lo que iba a suceder le entró un temor, y lo peor era que no sabía el por qué.

- Muy bien que comience todo – Le dijo Poluchka – Dame tus manos y ponlas sobre las mías.

Lucy con temor colocó sus manos sobre las de Poluchka y se sorprendió, por primera vez podía sentir el tacto de alguien en años.

- ¡P-pu-puedo sentir-

- No te preocupes – Poluchka sonrió y sujetó sus manos con las de la rubia – Las médiums podemos sentir a los fantasmas también.

Poluchka cerró levemente sus ojos al escuchar la voz de su sobrino a través del audífono que llevaba.

- ¿Lista Tía Poluchka?

- Lista

- Muy bien – Dijo Jellal – De ahora en adelante toma las manos de Lucy y cierra los ojos, imagínate que no hay ninguno de nosotros y que la fecha de hoy es 11 de julio de 1789.

Cerró fuertemente sus ojos y apretó las manos de Lucy – Lucy cierra tus ojos también y cuenta conmigo regresivamente desde diez a cero.

Lucy cerró sus ojos y se dispuso a contar junto a Poluchka – Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco… – Sintió el ambiente un poco frío cuando se acercaban al final de la cuenta regresiva – Cuatro…tres…dos… – Ya no había tanto silencio, ahora escuchaba a lo lejos las voces de personas y unamúsica fina y clásica – Uno…cero – Abrió los ojos y se llevó tal sorpresa, la mansión estaba como el día de su boda, todo estaba arreglado y limpio: habían flores blancas adornando el ambiente, los músicos tocaban el piano, los violines y los violonchelos, la comida, el vino y los dulces estaban sobre la mesa y la gente estaba donde ellas estaban, en el salón principal, todos vestidos elegantemente, conversando y saludándose amenamente, esperando a
que llegue el momento de que la celebración comience.

Visualizó a lo lejos a sus padres, que estaban conversando con otros nobles de esa época que había conocido durante su niñez.

- ¡Mamá! ¡Papá! – Intentó correr pero Poluchka no dejó de sujetar su mano derecha, ya que la izquierda se la había soltado.

- No puedes ir – Dijo Poluchka – No nos pueden escuchar, y no me sueltes, porque si lo haces todo lo que estamos haciendo será en vano.

Lucy tragó saliva, tenía un sentimiento amargo al ver a sus padres después de mucho tiempo y no poder ni siquiera hablar con ellos porque estaban muertos al igual que ella.

De repente se dejó de escuchar la música y la bulla de la gente, se escuchó un grito de la puerta principal seguido por el sonido de las pistolas de fuego, los guardias intentaron cerrar las puertas pero les fue imposible, ya que fueron abiertas toscamente por guerrilleros de clase media que venían a invadir con armas a la gran mansión Heartfilia.

- ¡Malditos aristócratas impostores! – Dijo un joven guerrillero al mando sosteniendo su escopeta - ¡Somos la revolución francesa! ¡Venimos con sed de justicia! ¡Basta con la desigualdad! – Al término de decir esto sus compañeros comenzaron a inundar la zona, sacando a cada invitado de la mansión, para matarlos afuera, los guardias intentaban defender, pero les era imposible: eran pocos y no disponían de tantas armas como lo tenían. La mayoría intentaba escapar por las ventanas, unos lograban salir con éxito y otros no tenían tanta suerte y eran capturados por los guerrilleros, que los guiaban hacia a fuera para matarlos y dejar sus cuerpos tirados afuera de la mansión.

Lucy observó la escena con horror, dio un grito y se tapó los ojos, había visto a sus dos padres que habían sido capturados, el resto no se quería ni imaginar de cómo había terminado. Poluchka caminó junto a ella para evitar ver la escena macabra y subieron las escaleras, pero antes de abrir la puerta de la habitación de la rubia, un guerrillero se coló y abrió la puerta, pero la sorpresa que se llevó fue que la novia no estaba.

Entonces Lucy recordó todo, absolutamente todo y el sentimiento de angustia, de sufrimiento, de dolor y terror se inundaron en ella. Luego de ver al guerrillero que estaba buscando en toda la habitación, se vio a ella misma que intentaba salir sigilosamente de la habitación y corría hacia el salón principal y así salir de la mansión y escapar, pero vio que ya no había nadie, solamente estaban los guerrilleros mirándola malvadamente. La novia dio un grito desgarrador al ver cómo fue baleada en el pecho y caía al suelo, muerta, sin vida.

En ese momento Lucy gritó desesperadamente y se soltó del agarre de Poluchka, se aferró a ella misma y se abrazó, llorando desconsoladamente al saber su trágico final de su muerte. Nuevamente todo regresó a la normalidad, la mansión estaba sola, vieja y descuidada. Natsu al escuchar su grito, salió de la biblioteca y se fue hacia ella intentando consolarla, sus amigos hicieron lo mismo, Poluchka estaba con una expresión realmente seria.

- ¿Se encuentra bien? – Dijo Gray una vez que Natsu entró a la biblioteca donde estaban todos sus amigos, inlcluyendo a Poluchka y Wendy.

- No, me ha dicho que quiere estar sola en su habitación – Dijo Natsu con una expresión preocupada – Está muy triste y asustada.

- Pobre Lucy – Dijo Levy tristemente, haciendo que todos guarden silencio, ver a su compañera triste era algo que no les agradaba en nada.

Poluchka respiró hondo, esperaba que sus amigos tomaran bien la noticia que les iba a decir en ese momento – Si bien todos dicen que para que un alma esté libre debe de cumplir un cometido que no pudo hacer cuando estuvo viva – Todos le prestaron atención – Cuando agarré su mano, y vi el momento en el que la asesinaron, Lucy había recordado todo…en ese instante sentí el sentimiento que ella misma sentía: dolor y miedo, pero además de eso, sentí que ella tenía otro sentimiento, un deseo mucho más grande que cualquier otra cosa en su vida – Hizo una pausa – Y ahora la puedo comprender totalmente…ella deseaba con toda su alma encontrar al amor de su vida y ser feliz, ella deseaba tener amor, ser amada, amar y feliz… – Miró a Natsu – Y eso lo vi también cuando ella te vio…su mirada era la de una chica muy enamorada Natsu.

- Espera – Interrumpió Jellal – Tía toda tu explicación es buena, pero ¿A qué te refieres en lo de que Lucy esté enamorada de Natsu? Ella es un fantasma y él un humano, no podrían estar juntos – Hizo un gesto con sus manos – Además ¿a qué quieres llegar con todo esto?

Poluchka respiró profundamente – Es a eso a lo que quiero llegar – Se dirigió hacia Natsu, quien lo miraba extraño y confuso.

- Natsu, para que Lucy esté libre y pueda cumplir su sueño, tienes que jurarle amor eterno y matarte.

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