lunes, 9 de febrero de 2015
-Pensábamos invitarte a ver los fuegos artificiales con nosotros y le pedimos a Tokiya que te trajera.
-Sí que se tardo ¿no?
-¿Qué estaban haciendo Tokiya-kun?
-… No tengo nada que decir al respecto…
-Hummm…. Ichinose…
-Ichi… no estarás tratando de adelantarte ¿o sí?
-¡Eh, pero no hice nada!
-¡Tokiya, no es justo!
-¿Por qué no nos das los detalles?
-No hay necesidad de eso…
-Anda Tokiya, ¡escúpelo!
-Este… chicos…
-Sí que se tardo ¿no?
-¿Qué estaban haciendo Tokiya-kun?
-… No tengo nada que decir al respecto…
-Hummm…. Ichinose…
-Ichi… no estarás tratando de adelantarte ¿o sí?
-¡Eh, pero no hice nada!
-¡Tokiya, no es justo!
-¿Por qué no nos das los detalles?
-No hay necesidad de eso…
-Anda Tokiya, ¡escúpelo!
-Este… chicos…
No se los diría.
Ni bajo pena de tortura abriría la boca.
No les iba a decir que el tuvo la oportunidad de prácticamente dedicarle una canción en público.
Jamás hablaría con ellos de como la había invitado al festival de ese día mientras los dejaba a ellos esperando.
No compartiría con nadie el que había escuchado el adorable gruñido de su estomago, que se había visto obligado a prácticamente alimentarla y que había descubierto que era incluso más adorable cuando comía.
De ningún modo hablaría con nadie de como sus mejillas se ruborizaron cuando le dijo que estaría con ella el resto de la noche.
Se guardaría para siempre el sentimiento que lo embargo cuando, estando tan cerca de ella en medio del juego de tiro al blanco, aspiro su esencia a vainilla y jengibre.
Nunca compartiría con ninguna persona el sentimiento de hermosa alegría que le recorría al verla sonreír.
Solo le diría a ella y únicamente a ella lo mucho que se divirtió.
Se guardaría celosamente el privilegio de haberla escuchado en sus momentos de angustia, de haber tenido la oportunidad de aconsejarla, de decirle que la ayudaría, que siempre estaría a su lado y de dejar en claro que el solo quería cantar lo que ella compusiera.
Quizás, solo quizás… les compartiría a ellos el odio que sintió cuando ella dijo que quería componer una canción que superara a los HEAVENZ.
Pero nunca dejaría notar el alivio que sintió cuando recapacito esa idea.
De ninguna manera sería tan suicidad como para decirles que él tuvo la oportunidad de abrazarla y que estuvo tentado, por pocos segundos, a besarla.
No les diría que también pensó en dejarlos a ellos ahí e irse con ella por el resto de la noche.
Y por ultimo: JAMAS, jamás de los jamases le contaría a nadie que esa noche había aclarado por fin sus sentimientos por Nanami Haruka, llegando a la conclusión de que, tal y como sospechaba: Estaba enamorado.
No, jamás les diría.
Ni bajo pena de tortura abriría la boca.
Ese sería su adorado y hermoso secreto.
